La Fundación Divino Niño de Guayana
entrega más de 250 comidas por jornada en cuatro zonas de San Félix, pero no es
suficiente
Por Ramón Antonio Pérez / Especial
San Félix,
19 de julio de 2018
“La
fundación Divino Niño Guayana” se dedica exclusivamente a atender el hambre que
padecen centenares de niños venezolanos con edades entre 1 y 8 años en San
Félix, estado Bolívar. Una región pobre del sur de Venezuela, en donde la
desnutrición alcanzó incluso a adolescente y adultos mayores, como consecuencia
de la grave crisis humanitaria que se vive en el país.
Pastora
Medina, una dirigente social y creyente católica, es quien lidera esta
iniciativa que nació el pasado mes de abril, para intentar contrarrestar el
hambre que padece la región. “No podíamos quedarnos con los brazos cruzados al
ver el hambre que padecen muchos venezolanos y que golpea con rudeza a los
sectores más vulnerables, como son los niños y los ancianos”, dijo Medina,
quien fue alcaldesa del Municipio Caroní, en el estado Bolívar.
Extrema necesidad en el Cocuy
En
San Ignacio del Cocuy entregamos insumos alimenticios a las madres para que ellas
mismas los preparen los días lunes, martes, miércoles y jueves, “dependiendo de
la disponibilidad de los materiales”.
En La Batalla, en el centro de
capacitación “Monseñor Zabaleta”, con la Hermana Salesiana Sor Marisol al
frente, “entregamos alimentos los viernes y sábado; pero también llevamos
comidas casa por casa”.
“Otro
de los sectores que atendemos dos veces en la semana es El Rinconcito; igual
que un grupo de indígenas waraos que viven en los alrededores del terminal de
pasajeros. En total, son más de 250 comidas que en cada jornada les entregamos
a los niños y ancianos en situación de extrema necesidad, en estos cuatro
sectores de San Félix”.
Niños mal nutridos y en abandono
La
mayor preocupación de Pastora Medina es la situación de abandono de los niños
de la región.
“Me angustia que muchos de estos niños viven prácticamente solos
ya que sus madres se fueron a trabajar en las minas dejándolos con familiares
que de igual manera son pobres”.
Asegura
que han crecido con hambre y tienen dificultades de aprendizaje. “Sólo comen
una vez al día o llenan sus estómagos de mangos. Están barrigones y llenos de
parásitos. No han aprendido a hablar debido a la mala alimentación recibida.
Realmente es un cuadro deprimente que queremos ayudar”.
Urge un canal humanitario
Además
de Pastora Medina, en la “Fundación Divino Niño de Guayana” colaboran el
director de posgrado de la Universidad Católica Andrés Bello, Alfredo Rivas, y
la licenciada Ninoska de Sardi, entre otros trabajadores sociales,
profesionales y voluntarios que se han sumado a la iniciativa.
“Necesitamos mucha ayuda porque las recibidas muchas
veces son escasas”, puntualizó la luchadora social.
Para
poder llevar adelante este hermoso proyecto de solidaridad, Pastora se afianzó
en el corazón de los venezolanos, que en momentos apremiantes como el actual
sacan a relucir lo mejor de sí. Esa solidaridad está “fundamentada en la fe a
un Dios amoroso que no quiere que sus hijos sufran”, dijo, y clamó por la
apertura de un canal humanitario para Venezuela. “Tenemos un gobierno
totalmente divorciado de las necesidades del pueblo”, finalizó.
Llenemos las Ollas en Venezuela
¿Quieres ayudar a iniciativas de solidaridad
como la que hace la Fundación Divino Niño Guayana? Lo puedes hacer a través de la campaña
de recolección de fondos “Llenemos las ollas”, que ha sido creada para ayudar económicamente
a quienes como Pastora Medina trabajan con mucho esfuerzo para ayudar a quienes
sufren el hambre en Venezuela.
Para más información y colaborar visita www.llenemoslasollas.org
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