Venezuela: ¿Conoces a Rosa Orozco? ¡Perdonó a los militares asesinos de su hija!


 Ramón Antonio Pérez/Aleteia Venezuela | Nov 13, 2017

Desde el 12 de febrero de 2014, en las ciudades más importantes de Venezuela, se iniciaron diversas jornadas de protestas en contra del Gobierno de Nicolás Maduro. La Guardia Nacional Bolivariana (GNB), siempre ha sido uno de los cuerpos de seguridad encargados de arremeter contra los estudiantes y demás ciudadanos, que presionan al régimen socialista anhelando una mejor calidad de vida en el país bolivariano.
Bajo este contexto histórico reciente de la realidad venezolana, Rosa María Orozco, conversó con Aleteia, recordando el momento en el que su hija, Geraldine Moreno Orozco, de 23 años de edad y estudiante del quinto semestre de Citotecnología, fue asesinada por funcionarios de la GNB, frente a su residencia en el estado Carabobo.

¿Cómo ocurrió la muerte de Geraldine Moreno?

“Fue el 19 de febrero de 2014. Faltaban quince minutos para las 8 de la noche, cuando mi niña recibió varios disparos de perdigones en el rostro. Yo estaba en el apartamento, y aunque no era la primera vez que manifestaba su rechazo al gobierno, ya que siempre lo hacíamos juntas, en esa ocasión ‘Geral’ salió de primera”, recordó Rosa.
Narró que varios perdigones se le incrustaron en el rostro causándole severos daños a la joven. Geraldine corría hacia el interior de la residencia huyendo de los militares que arremetían contra los manifestantes en el sector Tazajal en Naguanagua. Volteó para ver a sus perseguidores, que eran miembros de la GNB. Éstos le dispararon por la espalda y cayó al suelo. Intentó levantarse pero se acercó un funcionario y le disparó a quemarropa en la cara. Quedó mal herida en medio de un charco de sangre.
Luego de tres días de estar internada en un centro médico de la zona, Geraldine Moreno se convirtió en la segunda víctima mortal que ese año 2014 había caído en Carabobo, a manos de los funcionarios de seguridad del Gobierno de Nicolás Maduro.

Rosa perdonó a los asesinos

Su testimonio fue presentado en las instancias judiciales de Venezuela, en la Organización de Estados Americanos (OEA), y en instituciones de otros países que defienden los derechos humanos. 
El Parlamento Venezolano fue una de las instancias en las que habló el 21 de febrero de este año. “Mi hija tendría 27 años, de no ser por ese disparo a quemarropa de parte de funcionarios policiales”, dijo a los diputados.
Explicó en medio de la conmovida Asamblea Nacional: “En una de esas tantas audiencias, le pregunté al guardia que le disparó a 10 centímetros del rostro de mi hija: ¿Por qué lo hiciste? ¿Qué te hizo mi muchacha? El GN bajó su cara, miró el piso”.
Indicó que “es muy difícil tomar este tipo de decisiones cuando nos han reprimido, nos han violentado, nos han asesinado y nos han sido vulnerados nuestros derechos”. “Yo le dije a ese guardia, yo te perdono porque yo quiero ser libre, porque mi alma quiere que sea libre, yo te perdono porque yo quiero que mi hija sea libre”, expresó.
Se describió como una mujer católica, que “ama a Dios y a la Virgen”. Por eso entendió que solo perdonando iba a poder sentir paz y llenar de fuerzas para continuar en la lucha por la justicia de Geraldine y de otros venezolanos. 
Sin embargo, aclaró: “Perdonar no significa renunciar a la justicia que el país necesita en este momento”.

Justicia, encuentro y perdón

El dramático episodio le ha cambiado la vida a Rosa Orozco, quien es relacionista industrial de profesión. También la ha afianzado en sus valores democráticos y para continuar con la lucha en diversas instancias nacionales e internacionales creó la asociación civil Justicia, Encuentro y Perdón (JEP), de la que es su actual directora.
Explicó las razones de cada concepto. Justicia: “queremos que esto se cumpla en todos los casos en los que se han visto involucrados nuestros muchachos y sus familiares”. Encuentro: “porque ya estamos cansados del odio y la división que nos han querido inculcar”. Perdón: “hay personas con mucho resentimiento y odio a raíz de que el Gobierno ha violado nuestros derechos fundamentales. Eso debe cambiar”.
Con la JEP emprendió una serie de talleres en varios estados de Venezuela, acerca de lo que significa el dolor y la justicia, especialmente en los familiares de las víctimas. Contamos con la colaboración de abogados, psicólogos y expertos en derechos humanos. Los familiares de las victimas exponen sus testimonios, reciben apoyo y acompañamiento en las distintas etapas de estos dolorosos procesos.
Decisión incompleta. Por los hechos en que perdió la vida Geraldine Moreno, los tribunales de Venezuela condenaron al sargento (GNB) Albin Bonilla Rojas, quien deberá pagar 30 años de prisión; también, al sargento del mismo cuerpo militar, Francisco Caridad Barroso, quien recibió una pena de 16 años y 6 meses de prisión.
La decisión no satisface plenamente a Rosa Orozco porque, sostiene, en esos hechos estuvieron involucradas otras personas que también deben ser juzgados de acuerdo con sus responsabilidades, por lo que sigue luchando para que la justicia los alcance.
Cifras de la JEP. En las protestas ocurridas el año 2014 en Venezuela, el Gobierno habla de que fallecieron 43 ciudadanos, pero realmente ocurrieron 36 víctimas directas de los entes gubernamentales, el resto fueron casos aislados. “De estas 36 personas, 19 víctimas eran del sector estudiantil y miembros de la sociedad civil, quienes cayeron a manos de los cuerpos de seguridad o los mal llamados colectivos”, explicó Orozco.
Citó que en 2015 ocurrió el caso del adolescente Kluiverth Roa, asesinado por policías en el estado Táchira. En 2017 ocurrieron 128 asesinatos de manifestantes a manos de los cuerpos represores del Gobierno de Nicolás Maduro. 
Lo que más nos impacta desde 2014 al 2017, es que hubo 37 personas muertas con disparos en la cabeza”, una clara muestra de que en Venezuela “ha habido ajusticiamientos”, concluyó.



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