La Santa
Misa estuvo presidida por el Obispo de la Diócesis de Puerto Cabello; Monseñor
Saúl Figueroa y concelebrada por el párroco de Catedral Alexander Chacón
Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic
NP: Sandra Marulanda / Fotos: Andis Osney Silva
El pasado Domingo de Resurrección se llevó a cabo la Santa Misa de la Bendición
del Mar en el malecón de Puerto Cabello, donde autoridades municipales,
militares y cientos de feligreses se dieron cita desde muy temprano para
presenciar la Eucaristía, tradición que arribó a 154 años.
Durante la celebración eucarística los feligreses tuvieron la
oportunidad de realizar el Sacramento de la Reconciliación con los sacerdotes
diocesanos que se dispusieron a confesar a cientos de fieles.
Antes de concluir la Misa Monseñor Saúl Figueroa, realizó la solemne bendición
de las aguas porteñas con el Santísimo Sacramento, mientras un helicóptero
lanzaba desde el cielo pétalos de rosas y las sirenas de los buques sonaban,
este fue el momento más esperado por los asistentes.
A continuación:
HOMILIA DE MONS. SAÚL FIGUEROA, OBISPO DE PUERTO CABELLO EN OCASIÓN DE
LA MISA DE BENDICION DEL MAR, PUERTO CABELLO 27 DE MARZO DE 2016
1. En este año santo de la misericordia promulgado por el papa
Francisco, proclamamos por todas partes el Evangelio de la Misericordia: “Yo
tampoco te condeno, vete en paz y no vuelvas a pecar”. Jesucristo es el rostro
de la misericordia del Padre. Ella ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret.
El Padre, « rico en misericordia » (Ef. 2,4), después de haber revelado su
nombre a Moisés como « Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira» (Ex34,
6), nos envió a su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos de manera
definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cfr. Jn 14,9). Jesús de
Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la
misericordia de Dios.
2. Hoy es el domingo de Resurrección del Señor y celebramos la Misa de
la bendición del mar. Pues bien la Resurrección de Cristo es la expresión más
contundente de la misericordia de Dios. El segundo domingo de pascua se llama
también domingo de la misericordia. La oración colecta de ese domingo dice así:
“Dios de eterna misericordia, que reanimas la fe de este pueblo a ti consagrado
con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los
dones de tu gracia, para que todos comprendamos mejor la excelencia del
bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha regenerado
y el precio de la sangre de Cristo que nos ha redimido”. Por tanto hermanos la misericordia
es el centro de la Resurrección.
3. Y La Resurrección de Cristo es la principal creencia de nosotros los
cristianos. San Pablo afirmó: “Si Cristo no hubiese resucitado, vana sería
nuestra fe” (1Co15, 14). Todo sería absurdo. Si Cristo no hubiera resucitado,
el puente entre la tierra y el cielo se habría caído para siempre. Por
consiguiente hermanos ante este imponente mar Caribe, afirmamos como San Pedro
en Jerusalén lo siguiente: “Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo
resucitó al tercer día y nos lo hizo ver (…) a nosotros, que hemos comido y
bebido con él después de su resurrección” (He 10,34-37). El nos ha abierto
nuevamente el camino al cielo. Y por eso hoy no debemos anteponerlo a ninguna
criatura o energía o fuerza extraña.
4. Debemos destacar la confianza que hoy nos trae la Resurrección. Sé
que vivimos momentos difíciles por problemas personales o comunitarios. Quién
de nosotros no tiene problemas de cualquier índole: angustias, enfermedades,
problemas para educar nuestros hijos, problemas en nuestro hogar. Tampoco
podemos ocultar la gran crisis que tiene el país. Sin embargo, después de la
Resurrección de Cristo, tenemos una respuesta para nuestra existencia, tenemos
una solución para nuestra vida y para nuestro país. El país se salvará si
ponemos nuestra confianza en Cristo no solamente en nosotros mismos. Recordemos
las palabras de
Jesús: “Yo soy la luz del mundo”. “Yo he venido para que tengan vida y
vida en abundancia”. “Yo soy el camino la verdad y la vida”. Por tanto hermanos.
Ánimo a pesar de todo, nadie nos separará del amor de Dios quien ha vencido a
la muerte y el mal.
5. La bendición del mar también es una expresión de la Resurrección de
Cristo en nosotros. En efecto, al bendecir el mar, hacemos que él se convierta
en una gran pila bautismal que nos recuerda que estamos resucitados en Cristo,
pues “Por el bautismo fuimos incorporados a Cristo por su muerte y fuimos
resucitados con él, porque si nuestra existencia está unida a él en una muerte
como la suya, lo estarán también en una resurrección como la suya” (Rom 6,
1-4). Con el bautismo, nosotros también resucitamos. El bautismo es, por tanto,
la muerte del hombre viejo y el resurgimiento del hombre nuevo.
6. Pero no es suficiente que sepamos que nuestro mar está bendito y que
llevemos agua bendita a nuestras casas y que ambas cosas nos recuerden nuestro
bautismo. Es necesario confirmar esto con hechos en nuestras vidas. Es lo que
dice San Pablo hoy en la segunda lectura a los Colosenses: Hermanos: Ya que
habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está
Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los
de la tierra.
Por tanto, es necesario que demos testimonio de la resurrección que
hemos recibido en el bautismo. Dar testimonio de la resurrección por nuestro
comportamiento. San Pablo en su Carta a los Gálatas habla de los frutos que
tenemos que manifestar como resucitados. “Los frutos del espíritu son el amor,
la alegría, la paz, la paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, modestia,
dominio de sí”. Venezuela está hoy necesitada de respeto mutuo, de paz y de
comprensión de unos con otros. Por tanto, queridos hermanos, roguemos al
resucitado que nos otorgue el don de la paz y todos nos pongamos a trabajar
fuertemente para resolver los grandes problemas que confrontamos. Unidos todos.
Aportando soluciones. Por favor ruego a Dios que no nos quedemos en la crítica
destructiva o mirando el pasado o inventando enemigos, aportemos soluciones y
trabajemos con iniciativa e imaginación.
7. Pero también al bendecir el mar, le pedimos e imploramos a Dios por
este importante recurso y por todas las personas e instituciones que dependen
de él.
Pedimos porque siga produciendo su flora y su fauna tan necesaria para
nosotros. Que abunden todo tipo de peces y demás especies marinas.
Pedimos por todos nuestros hombres y mujeres que dependen del mar para
su subsistencia, particularmente los pescadores.
Pedimos por sus guardianes. Los distintos componentes de la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana, particularmente, la Armada y la Guardia Nacional.
También pedimos por La Capitanía de Puertos.
Pedimos por las empresas públicas y privadas que están vinculadas al mar
para que sus planes y proyectos se consoliden. Pedimos por nuestro Puerto, por
Bolipuerto, por las aduanas, las navieras, las almacenadoras, los
transportistas. Por todos los directivos, empleados de estas empresas.
Pedimos por todo el eje costero del Estado Carabobo, Puerto Cabello y
Juan José Mora, para que sus ciudades y localidades se consoliden y sus
proyectos se puedan efectuar y desarrollar con gran éxito hacia nuestro pueblo.
8. Por último hago una exhortación para que como ciudadanos cuidemos
nuestro mar, lo mantengamos limpio. Recojamos la basura, cuidemos nuestras
playas y balnearios, no pesquemos aquellas especies que estén prohibidas y
cuidemos su flora.
9. Y nunca olvidemos que el mar y el agua son un signos de la presencia
salvífica de Dios. El famoso cantico de los tres jóvenes del Libro de Daniel,
exalta a todas las criaturas, entre ellas el mar:
“Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por
los siglos.
60Aguas del espacio, bendecid al Señor; 61ejércitos del Señor, bendecid
al Señor.
62Sol y luna, bendecid al Señor; 63astros del cielo, bendecid al Señor.
64Lluvia y rocío, bendecid al Señor; 65vientos todos, bendecid al Señor.
75Montes y cumbres, bendecid al Señor 78MARES y ríos, bendecid al Señor.
79Cetáceos y peces, bendecid al Señor; 80aves del cielo, bendecid al
Señor.
10. Para finalizar quiero agradecer a las autoridades nacionales,
regionales y locales, a los cuerpos de seguridad del Estado. Las autoridades
militares, a los empresarios privados (Venecia Ship) y particularmente al Sr.
Alcalde encargado y su equipo de gobierno por el interés y apoyo a esta
actividad de la Bendición del mar. Así mismo por el apoyo brindado a las
actividades de la semana santa de nuestra diócesis. Que Dios les bendiga y les
siga fortaleciendo para que puedan seguir trabajando en beneficio nuestro
pueblo.
A TODOS UNAS FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN.
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