En su mensaje de Cuaresma denunció los “horrendos
crímenes generados por el afán de lucro, la venganza y el desenfreno sexual”;
además de los “asesinatos de niños y mujeres”
Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic
Caracas,
14 de febrero de 2016.- El cardenal Jorge Urosa Savino, exhorta “en el nombre
de Dios”, a “luchar por la defensa de la vida de todas las personas, a promover el
bien común, dejando a un lado los intereses propios o partidistas, y a trabajar
en la promoción de una existencia mejor, especialmente para los más
pobres”.
El
mensaje del arzobispo de Caracas, titulado “Misericordia y conversión”,
y emitido con motivo de la Cuaresma del año 2016, fue conocido este domingo 14
en todas las iglesias y capillas de la ciudad, dirigido a los sacerdotes y
diáconos, miembros de Institutos de vida consagrada, y a todos los fieles
católicos de la iglesia arquidiocesana.
Pero
otras instancias también fueron destinatarias de su mensaje. Entre estas, el
poder judicial, pidiendo a sus autoridades que “con sabiduría, firmeza y valentía,
apliquen nuestras leyes, y se acaben de una vez por todas, los delitos sin
delincuentes”.
De
igual manera, Urosa Savino alentó a los funcionarios de seguridad a “que
no cejen en la lucha contra el crimen, pero que respeten los derechos humanos; y
nunca abusen del poder y de las armas que les ha entregado la Nación”.
Los
dirigentes políticos, empresariales, gremiales y culturales, y los medios de comunicación
social, también fueron destinatarios d del purpurado venezolano, “para
que intensifiquen su espíritu de solidaridad y trabajen con gran dedicación al
servicio de la vida y de la persona humana, y en la promoción del bien común”.
En defensa de la vida
Explicó
en su mensaje que la conversión significa “enfrentarnos decididamente al
creciente menosprecio por la vida, que ha producido una horrible ‘anticultura
de la muerte’. Urosa rechazó con énfasis “la maldad intrínseca del aborto provocado”.
De
igual manera, denunció los “horrendos crímenes generados por el afán de
lucro, la venganza y el desenfreno sexual”. Alertó sobre el
aumento de los “asesinatos de niños y mujeres”; y denunció “la impunidad,
narcotráfico y la violencia callejera”.
El
cardenal Urosa en su mensaje de Cuaresma dijo que los venezolanos “sufrimos
la debilidad de los tribunales para castigar el crimen y los delitos, y la
incapacidad de los poderes públicos para resolver el horror del hacinamiento
carcelario”.
Renunciar al pecado.- El
arzobispo de Caracas invitó a “renunciar al pecado y sus consecuencias, a dejar
la frialdad religiosa y el materialismo, y a vivir de acuerdo a la palabra de
Cristo”.
Considera
que hoy es “urgente” la conversión de vida de las personas, “dado el avance del
secularismo, es decir, de la frialdad e indiferencia religiosa y del olvido y
rechazo de Dios, del avance del desenfreno afectivo-sexual”, así como rechazar otros
vicios y defectos “como la violencia y el odio, la corrupción, el despilfarro y la pereza”.
“La
conversión es cambio de vida, arrepentimiento, transformación y renovación
moral”, insistió el arzobispo de Caracas.
Solidaridad y misericordia.- En
esta Cuaresma del Año de la Misericordia, “el Papa Francisco nos anima a que,
además de intensificar la oración y la práctica de la mortificación,
intensifiquemos también la práctica de las obras de misericordia corporales y
espirituales”, recordó.
Finalmente
expresó su deseo de que cada parroquia y vicaría de Caracas, “desarrolle alguna
iniciativa permanente, como fruto de este Año de la Misericordia”. A continbuación, el mensaje en forma íntegra:
MISERICORDIA Y CONVERSIÓN
Mensaje de Cuaresma del Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de
Caracas
Miércoles de Ceniza, 10 de febrero de 2016
A los venerables sacerdotes y diáconos, a los
miembros de Institutos de Vida Consagrada, y a todos los fieles católicos de la Arquidiócesis de Caracas.
Celebramos esta Cuaresma en el marco del Año Jubilar
de la Misericordia ,
convocado por el Papa Francisco. Con él los invitamos a vivir “la Cuaresma de este Año Jubilar con mayor intensidad, como momento fuerte
para celebrar y experimentar la misericordia de Dios» (Misericordiae vultus,
17).”(1)
Durante la Cuaresma , en preparación a la Semana Santa y para
compartir con alegría el gozo de la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo,
resuenan con frecuencia estas palabras de Nuestro Señor: “Conviértanse y crean en el Evangelio”(2) . La inmensidad
de la misericordia de Dios, revelada a nosotros por Jesús, nuestro divino
Salvador, nos invita a convertirnos. El Papa Francisco nos enseña en su mensaje
de Cuaresma que la
Misericordia es «la belleza del amor
salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado» (Exh. ap. Evangelii gaudium, 36), el
primer anuncio que «siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y
siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra a lo largo de la
catequesis» (ibíd., 164). La Misericordia entonces «expresa el comportamiento
de Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para
examinarse, convertirse y creer» (Misericordiae vultus, 21” ( 3).
La conversión es cambio de vida, arrepentimiento,
transformación y renovación moral. Teniendo presente la bondad misericordiosa
de Dios para con el pecador arrepentido, los
invito, queridos hermanos, a renunciar al pecado y sus consecuencias, a dejar la
frialdad religiosa y el materialismo, y a vivir de acuerdo a la palabra de
Cristo, que es “palabra de vida eterna” (4)
Mis queridos hermanos: siempre ha sido necesaria la
conversión. Pero hoy, dado el avance del secularismo, es decir, de la frialdad
e indiferencia religiosa y del olvido y rechazo de Dios, del avance del desenfreno
afectivo-sexual, y de tantos vicios y defectos, tales como la violencia y el
odio, la corrupción, el despilfarro y la pereza, es más urgente que haya de
parte de nosotros una verdadera conversión: intensificar la práctica religiosa,
especialmente la participación en la
Misa dominical, la recepción de los sacramentos y la oración
fervorosa; dejar a un lado el pecado y acercarnos confiados al Dios de la
misericordia. Ese es el camino seguro para alcanzar la paz de la conciencia, la
convivencia social, la felicidad, y la salvación eterna. Para eso es preciso
una urgente y profunda conversión: hemos de abandonar todo cuanto vaya en la
línea del pecado, y debemos ser en nuestra familia, en nuestra comunidad y en nuestra
querida Caracas, promotores auténticos de una verdadera civilización del amor y
de la justicia.
SOLIDARIDAD Y
MISERICORDIA
En esta Cuaresma del Año de la Misericordia , el Papa
Francisco nos anima a que, además de intensificar la oración y la práctica de
la mortificación, intensifiquemos también la práctica de las obras de
misericordia corporales y espirituales. “Ellas
– nos dice el Papa - nos recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos
concretos y cotidianos, destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en
el espíritu, y sobre los que seremos juzgados: nutrirlo, visitarlo, consolarlo
y educarlo. Por eso, expresé mi deseo de que «el pueblo cristiano reflexione
durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales.
Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el
drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio,
donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina» (ibíd.,
15). Los invito, pues, a vivir la misericordia de manera concreta. Ojalá que
cada Parroquia y Vicaría de Caracas, desarrolle alguna iniciativa permanente,
como fruto de este Año de la
Misericordia.
DEFENSORES DE LA VIDA HUMANA.
Convertirnos significa enfrentarnos decididamente al
creciente menosprecio por la vida, que ha producido una horrible “anticultura
de la muerte”. En particular queremos recordar la maldad intrínseca del aborto
provocado, delito sancionado por la
Iglesia con la pena de excomunión. Con indignación asistimos
a horrendos crímenes generados por el afán de lucro, la venganza y el desenfreno
sexual; aumentan los asesinatos de niños y mujeres, crece la impunidad del
narcotráfico y la violencia callejera; sufrimos la debilidad de los tribunales para
castigar el crimen y los delitos, y la incapacidad de los poderes públicos para
resolver el horror del hacinamiento carcelario. Por ello, en esta Cuaresma, en el
nombre de Dios, exhortamos a todos a luchar por la defensa de la vida de todas
las personas, a promover el bien común, dejando a un lado los intereses propios
o partidistas, y a trabajar en la promoción de una existencia mejor para todos,
especialmente para los más pobres, que son los más débiles.
Hacemos especialmente un llamado a los miembros del
poder judicial para que, con sabiduría, firmeza y valentía, apliquen nuestras
leyes, y se acaben de una vez por todas, los delitos sin delincuentes. A los
funcionarios de seguridad: que no cejen en la lucha contra el crimen, pero que
respeten los derechos humanos, y nunca abusen del poder y de las armas que les
ha entregado la
Nación. Nuestro llamado va también a los dirigentes
políticos, empresariales, gremiales y culturales, y a los Medios de
Comunicación Social para que intensifiquen su espíritu de solidaridad y
trabajen con gran dedicación al servicio de la vida y de la persona humana, y
en la promoción del bien común.
“CONVIÉRTANSE Y CREAN EN EL EVANGELIO”
Acerquémonos confiados a Dios Nuestro Señor Especialmente
acerquémonos al Sacramento de la reconciliación o penitencia, y participemos
sin falta en la Santa Misa
dominical. Renovemos nuestro amor a Dios y
al prójimo de manera práctica y eficaz.
Que al final de esta Cuaresma podamos celebrar con un corazón renovado la
gloriosa resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Invoquemos para ello la
maternal ayuda de María Santísima, Madre Dios y Madre nuestra, la
Virgen de Coromoto.
Con mi afectuosa bendición episcopal
+ JORGE UROSA SAVINO, Cardenal
Arzobispo de Caracas,
Miércoles de Ceniza, 10 de febrero de 2016
Pedimos que este Mensaje cuaresmal sea leído en
todas las Iglesias y Capillas de
Caracas en todas las misas del primer fin de semana luego de su recepción, y en las Escuelas y Colegios católicos en la primera oportunidad.
Notas. 1- Papa Francisco, Mensaje de Cuaresma 2016; 2- Mr
1, 15; 3- Papa Francisco, Mensaje de Cuaresma, 1;
4. Jn 6,68
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