Obispos de San Cristóbal y Cúcuta se reúne inspirados en el Papa Francisco: “Una Iglesia sin fronteras, Madre de todos”


La solicitud para el encuentro de ambos Obispos, fue requerida por Monseñor Mario a las autoridades respectivas, quienes gentilmente accedieron y dieron las facilidades necesarias para su realización

Ramón Antonio Pérez / @Guardiancatolic
Padre Vicente Carvajal / Prensa DiócesisSC
San Cristóbal 28 de agosto de 2015.- El Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Mario del Valle Moronta Rodríguez y el Obispo de Cúcuta, Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, se encontraron en esta fecha en el Puente Internacional “Simón Bolívar” cerca del mediodía, para un intercambio pastoral entre ambos pastores de las Iglesias vecinas y hermanas con el objeto de discernir así sobre las realidades inéditas que se viven en la frontera.


Una nota de prensa emanada de la Diócesis de San Cristóbal, citó a monseñor Mario Moronta quien aclaró que esté “no era un encuentro político ni de carácter sensacionalista, sino un encuentro para buscar y ver el modo de cómo poder apoyarse entre Iglesias hermanas”. 

El encuentro refirió Monseñor Mario, se inspiró en el Mensaje del Papa Francisco de la Jornada del Emigrante, en el que ha pedido que seamos una “Iglesia sin fronteras, Madre de todos”.
El encuentro se inició en toda la franja divisoria del puente antes mencionado y allí los obispos ofrecieron sus impresiones a los medios de comunicación presentes. Posteriormente se trasladaron hasta la plaza de la Confraternidad en la que el Obispo de San Cristóbal, como anfitrión del encuentro, presentó al Obispo Víctor Manuel a las autoridades y a los representantes de diversos organismos que se hallan en el lugar: miembros del SAIME, representantes de la Alcaldía, representantes del Consulado de Colombia en San Cristóbal, Acnur, Comisión Noruega para los Refugiados, y los sacerdotes asistentes desde Venezuela. 
Seguidamente ambos obispos estuvieron en la sede del Destacamento de Frontera 212, donde saludaron a las autoridades militares y civiles presentes y en el que pudieron sostener, ambos un fraterno encuentro para discernir pastoralmente sobre la situación en la frontera por un espacio cercano a una hora a puertas cerradas. Hacia la 01:30 pm, los Obispos se despidieron en el Puente Simón Bolívar.
El abrazo como gesto de unidad

Explicó el Obispo de San Cristóbal, Monseñor Mario Moronta, que en el puente Libertador Simón Bolívar, el abrazo dado al Obispo de Cúcuta, Víctor Manuel Ochoa Cadavid y también ofrecido entre los sacerdotes de Venezuela y de Colombia allí presentes, se debe a que “la frontera para nosotros no es una línea de división sino más bien de integración”. De igual modo relató Monseñor Moronta que “los dos Obispos de Cúcuta y San Cristóbal solicitamos a los dos presidentes, Santos y Maduro y a todas las autoridades que tienen que ver con nuestras dos Naciones, primero que se encuentren y que en dicho encuentro se dé un diálogo, para buscar la solución a la crisis creada, teniendo en cuenta que son más las cosas que nos unen que aquellas que nos dividen”.
Explicaba Monseñor Mario que desde el punto de vista religioso, la palabra «crisis» es una oportunidad para crecer, no para destruir, ni para separarnos, e insiste que esta circunstancia que se está viviendo permitirá a todos los que trabajamos en este ámbito fronterizo a ayudar a abrir los ojos a todos, venezolanos y colombianos, pues la frontera solo le duele a la gente de la frontera.
Ambos Obispos colocaron su acento en la preocupación por los más necesitados y los pobres, quienes son los que más sufren en esta situación. De allí el llamado a los gobernantes y a la ciudadanía de Colombia y de Venezuela, que sin dejar de atender los grandes problemas, fijemos y centremos nuestro interés en lo más importantes que es la gente, tanto los deportados, como los que han pasado por las trochas, pero también la gente que tiene hijos, niños o familiares de personas que ahora han sido llevadas o pasado al otro lado de la frontera.
Frontera viva e integrada

Ambos Obispos reconocieron que se trata de una frontera viva, donde se da una fuerte integración. Ejemplo de ello, es el hecho de que numerosos venezolanos tienen raíces familiares en Colombia y viceversa; amén de las relaciones culturales, religiosas y de otros tipos que existen entre estos pueblos hermanados por una historia y una fe común. La preocupación más importante de la Iglesia es la atención a la misma gente, con sus derechos y sus responsabilidades. En vista de ello, se hace un llamado a todos los hombres y mujeres de buena voluntad para reforzar la solidaridad y su aporte para la solución de la crisis. “Los habitantes de Colombia y Venezuela son todos miembros de una Patria común, que tiene dos grandes padres, un padre de la Patria, que es Bolívar, y un Padre mayor que es Dios, quien nos ha creado y nos ha puesto a vivir aquí. Por eso, hemos de ser capaces de vernos y sentirnos hermanos”
De igual modo, ambos Obispos insistieron en la necesidad de evitar cualquier campaña con insultos, descalificaciones, o invitaciones a la xenofobia. Por ello es necesario recordar que todos somos hermanos. El gran lema de este encuentro realizado entre ambos Obispos, está en el mensaje de la próxima Jornada del Emigrante propuesta por el Papa Francisco quien presenta a una Iglesia sin fronteras, porque es Madre de todos.
Por su parte, Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo de Cúcuta, hizo saber que desde cuando se generó la situación ha estado en contacto con Monseñor Mario Moronta, tanto telefónicamente como a través de los presbíteros que pertenecen a cada Diócesis, por lo que se decidió promover un encuentro entre ambos Pastores de las Iglesias vecinas, como un gesto de fraternidad, de verdaderos hermanos que se unen para orar y compartir la realidad de esa frontera viva, de Cúcuta y San Antonio. Ante las situaciones que se han suscitado durante los últimos días en la jurisdicción que visitaban, indicó el Obispo de Cúcuta que “es un momento de gran sufrimiento para muchos, de ambos lados, es un problema para muchos colombianos y también hay venezolanos que esperan entrar a su patria en estos momentos desde Colombia”.
El encuentro como Gesto
Sobre la presencia de ambos Prelados como símbolo de solidaridad, Monseñor Víctor dijo: “vinimos a encontrarnos para dar un gesto, mostrar que es posible estar como hermanos, orar, compartir, discutir situaciones y para invitar a nuestros gobernantes a sentarse en un diálogo sereno y franco, un diálogo que no oculte las dificultades, un diálogo que fortalezca más bien, esos lazos históricos y de familia que nos unen”.
Agregó Monseñor Ochoa, que los que habitan en la frontera manifiestan una fe en común, lo cual se muestra, entre otras cosas por el mismo hecho de que venezolanos le piden la bendición, y él se las da, porque son de igual manera sus hijos y como Iglesia tiene la tarea de evangelizarlos a todos y de poner a Jesús en el corazón de los que sufren en este momento.
Panorama y expectativa en Cúcuta
El Obispo de Cúcuta declaró sobre el trabajo que se está desarrollando eclesialmente con las personas que lo han ameritado. Afirmó: “la Iglesia Católica en Cúcuta con nuestra pastoral social y con el centro del inmigrantes desde el primer momento acogió a esas personas”. Agregó que manejan dos cifras, la de quienes han sido oficialmente deportados y que supera los mil y el otro grupo de personas que por circunstancias personales o sociales en las que se encontraban, han decidido regresar a Colombia y cuyo número supera los cinco mil. Indicó el Pastor de la Iglesia de Cúcuta que hay varios albergues, en la que sacerdotes y diáconos, como Iglesia, están asumiendo y atendiendo en gran parte las necesidades de este grupo de personas que están retornando, con la atención espiritual, sus necesidades primarias, en especial en lo relacionado con la alimentación. También recalcó el papel importante de parte del gobierno colombiano para la atención y los cuidados necesarios para atender esta emergencia, que también catalogó como momento doloroso. Algunas situaciones se están resolviendo aunque señaló que existen casos de separación familiar, debido a que algunos venezolanos de nacimiento están del lado venezolano, mientras otros familiares están al otro lado, lo que genera una nueva situación de atención humanitaria, en la que se debe buscar por los canales establecidos la reintegración familiar. Manifestó el Obispo de Cúcuta la gratitud a la Guardia Nacional Bolivariana ya que muchos venezolanos han podido efectuar sus tratamientos médicos urgentes en Colombia y un buen número de ciudadanos han podido cruzar la frontera en ambas direcciones.
En cuanto a la expectativa el Obispo de Cúcuta sentenció que “no sólo existe un panorama complejo en Cúcuta, sino que hay también una expectativa, debido a que son dos ciudades que viven integradas, en el comercio, en el intercambio de personas por lo que el cierre ha hecho sufrir a muchos, que pasaban libremente para acá – Venezuela- o libremente a Colombia”.
Evaluación del encuentro
Según el propio Obispo anfitrión, Mario Moronta, era necesario el encuentro y considera muy positivo el hecho de haberse podido encontrar con el obispo de Cúcuta, sin ningún inconveniente, “para reafirmar los vínculos que siempre han existido entre la Iglesia de Cúcuta y San Cristóbal, porque formamos parte de la misma Iglesia Católica”. “El encuentro –opina Monseñor- sirve también como mensaje para transmitir a todas las autoridades e invitarlas a todas ellas un encuentro y a un diálogo. Además de ello, los obispos hemos tenido la oportunidad de hablar y pensar algunas cosas que en un futuro cercano se pueden desarrollar”.
Misa por la paz, la concordia y la fraternidad

Luego del encuentro entre los Obispos de la frontera, este, informó monseñor Mario Moronta, que esté domingo 30 de agosto celebrará una eucaristía en San Antonio del Táchira a las ocho de la mañana y en Ureña a las 11:00 a.m. para pedir por la paz, la concordia y la fraternidad.


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