“En nuestra Arquidiócesis de Caracas el Señor nos ha bendecido con 51 nuevos sacerdotes en los últimos 15 años. Y contamos con un sostenido número de seminaristas. Pero no son suficientes”, dijo el arzobispo metropolitano
Ramón Antonio Pérez /
@GuardianCatolic
Caracas, 29 de abril de 2015.-
El Cardenal Jorge Urosa Savino confirió el ministerio del acolitado y lectorado
a un grupo de seminaristas, durante la eucaristía que presidió este domingo 26
de abril, en la Catedral Metropolitana de Caracas, en el marco de la fiesta del
Buen Pastor y la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones.
En fecha reciente el
Arzobispo de Caracas había dado a conocer un mensaje con motivo de esta jornada
convocada por el Papa Francisco, el cual además de ser escuchado en este
importante templo de la capital venezolana, fue leído en las parroquias, vicarías, iglesias filiales y colegios católicos de la arquidiócesis.
“El
Papa Francisco nos exhorta una vez más a orar a Dios Nuestro Señor por el
aumento y la perseverancia de las vocaciones al sacerdocio y a la vida
consagrada”, dijo el Cardenal Urosa en su mensaje. “La
Iglesia, en efecto, necesita muchos pastores y mensajeros de la misericordia
del Señor”, agregó.
El
Purpurado considera importante se asuma como una prioridad el trabajo de
pastoral vocacional, porque de ello dependerá el futuro de la Iglesia en los
próximos años. El mensaje completo del Cardenal Jorge Urosa Savino, con motivo de la Jornada de Oración por las Vocaciones y de hondo
contenido formativo para los futuros sacerdotes, puede ser consultado en el
Blog: El
Guardián Católico. Entretanto, la homilía de esta celebración del 26 de abril, se encuentra al final del artículo.
Los nuevos ministros de la
Iglesia
Los
seminaristas que en esta ocasión recibieron los ministerios de acolitado y
lectorado, pertenecen a los seminarios “Santa Rosa de Lima” de El Hatillo, y
“Redemptoris Mater”, también de Caracas. Todos continuarán formándose para, en
un futuro inmediato, ser consagrados a Dios y a la Iglesia, primero como Diáconos
Transitorios, y luego Sacerdotes con las funciones plenas de esos ministerios.
LECTORADO:-
Con el Lectorado, el seminarista queda instituido para el oficio de leer la
Palabra de Dios en la asamblea litúrgica. Esto significa que en la Eucaristía y
en las demás celebraciones religiosas, está facultado para proclamar las
lecturas de la Sagrada Escritura, con excepción del Evangelio que debe ser
leído por un Diácono.
Ha
sido una práctica en las ceremonias religiosas que, si llegase a faltar el
salmista, el Lector recita el salmo interleccional, enuncia las intenciones de
la oración universal de los fieles cuando no haya diácono o cantor, así como
dirigir el canto y la participación de los fieles e instruir a éstos para que
reciban dignamente los sacramentos. De igual manera debe cuidar la preparación
de otros fieles que, por eventual encargo, deban leer la Sagrada Escritura en
la liturgia.
En
este grupo de Lectores fueron instituidos: José Luis Irazo Silva por el
seminario Santa Rosa de Lima; además de Elyson Araque Hernández y Samuel
Morillo Quero, quienes pertenecen al Redemptoris
Mater.
ACOLITADO:-
Con el ministerio del Acolitado, el seminarista queda instituido para ayudar al
diácono y prestar su servicio al sacerdote. Entre sus funciones están cuidar el
servicio del Altar, asistir al diácono y al sacerdote en las liturgias,
principalmente en la Eucaristía, y distribuir, como ministro extraordinario, la
Sagrada Comunión.
De
igual manera, en circunstancias especiales se le podrá encargar la exposición
pública del Sacramento de la Sagrada Eucaristía y haga después la reserva. A la
par, podrá ocuparse de la instrucción de los fieles que ayudan en los actos
litúrgicos.
Para
este ministerio fueron instituidos: Leonardo Gabriel Crespo, Luis Antonio
García Thomas, Jesús Alexander Godoy, Alexander José Morales Hernández, Ronny
José Pérez Robles y Rolando Argenis Rojas Lozada, del seminario “Santa Rosa de
Lima”; mientras que Humberto García, Samuel Enrique García y José Daniel González,
son formados en el “Redemptoris Mater”. @GuardianCatolic
NUEVOS LECTORES Y ACÓLITOS
En esta sagrada celebración tendré el gusto de conferir los ministerios, es decir, los oficios litúrgicos de Lector y Acólito a un grupo numeroso de nuestros futuros sacerdotes de los Seminarios Santa Rosa de Lima y Redemptoris Mater. Pues bien: Si quieren ser santos sacerdotes, y así lo espero, deben estar decididos a ir por esa senda que el Señor nos plantea. Y tienen muchos ejemplos que seguir. María Santísima, nuestra madre celestial, modelo de vida de fe y de entrega a la voluntad de Dios, San Pablo y todos los Apóstoles, los grandes santos sacerdotes de la Iglesia como el Santo Cura de Ars, el Beato Mons, Romero, el Beato Paulo VI, San Juan Pablo II. Ese es el camino que al recibir estos ministerios se comprometen a seguir.
VEN Y SÍGUEME
HOMILÍA EN LA 52ª JORNADA
MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES,
Domingo del Buen Pastor, 26 de abril de 2015,
Card. Jorge Urosa Savino,
Arzobispo de Caracas
Hoy, domingo de Jesús, Buen
Pastor, la Iglesia continúa festejando la Resurrección del Señor. Él, está con
nosotros y nos acompaña, en la Iglesia, en los Sacramentos y especialmente
desde y en la Eucaristía. Y porque Jesús ha querido servirse de la cooperación
humana para realizar su presencia, necesitamos muchísimas vocaciones al
sacerdocio y a la vida consagrada. Dada la gran necesidad de vocaciones
sagradas para la vida y el futuro de la Iglesia, los Sumos Pontífices, desde
Paulo VI, han convocado a los católicos del mundo entero a celebrar una Jornada
especial de oraciones específicamente por esas tan importantes y exigentes
vocaciones
VEN Y SIGUEME (Mc 10, 21)
Jesús mismo, en su vida
pública, en su predicación de la buena nueva de la salvación, llamó a
discípulos y apóstoles, a quienes invitó a seguirlo, “a estar con él, para
enviarlos a predicar” (Mc3 14). A ellos los llamó sus amigos, les confió sus
inquietudes y alegrías, les comunicó su poder salvador, especialmente perdonar
los pecados y perpetuar el banquete sacrificial de unión y salvación que es la
Eucaristía.
Y el Señor sigue llamando en
nuestros días. Yo recuerdo mi vocación como un inmenso don de Dios, con gran
emoción al sentir que Él quería incorporarme a la excelsa misión de comunicar
su salvación a nuestros hermanos. Cada uno de nosotros, los sacerdotes, los
consagrados, los seminaristas aquí presentes, tenemos esa experiencia. Dios
llama a muchos jóvenes, a que se acerquen a Él, a hacerse sus amigos, a vivir
de acuerdo a su palabra, a identificarse con él, para que lleven al mundo su
luz, su palabra de vida y de salvación, su salvación y felicidad eternas!!!
Ven y sígueme, sigue
diciendo Jesús a muchos muchachos y muchachas en Caracas hoy, para que sean
sacerdotes, o miembros de los diversos institutos de vida consagrada. Le damos
gracias a Dios por todos los jóvenes que en nuestros seminarios, noviciados y
casas de formación han decidido con firmeza y alegría seguir a Cristo, dejando
las glorias y placeres del mundo, para llenarse de su amor. De hecho, han
realizado una elección extraordinaria. Porque Jesús nos dice que quienes lo
hemos dejado todo por El, tendremos el ciento por uno en esta vida, y luego, la
vida eterna (Cfr Mt 19,29). Sí: es una decisión y elección sumamente ventajosa,
la de seguir a Jesús.
Y por eso yo invito a mis queridos
seminaristas a apreciar cada vez más su vocación, a seguirla y protegerla.
Seguir a Jesús significa ir por el camino de la virtud, de la renuncia y
rechazo al pecado, de la renuncia a la propia soberbia y concupiscencia.
Significa estar decidido a crecer en el fervor y la piedad, y en el amor; ser
cada día menos egoísta, dominar los defectos, desarrollar las grandes
cualidades cristianas de entrega, benevolencia, magnanimidad, generosidad,
solidaridad, y viva caridad. Seguir a Jesús es ir por el camino de la plenitud
y de la felicidad.
Esto es indispensable para
asumir el sacerdocio. No cualquiera puede ser sacerdote. Debe ser
una persona virtuosa, que tenga dominio de sí mismo, madura, de gran fortaleza
interior, de intensa unión con Dios en la fe y el amor, capaz de renunciar a
todo, de gran generosidad, y decidido a morir antes que pecar. Así debe
ser el sacerdote, un hombre de Dios, identificado plenamente con Jesucristo.
NUEVOS LECTORES Y ACÓLITOS
En esta sagrada celebración tendré el gusto de conferir los ministerios, es decir, los oficios litúrgicos de Lector y Acólito a un grupo numeroso de nuestros futuros sacerdotes de los Seminarios Santa Rosa de Lima y Redemptoris Mater. Pues bien: Si quieren ser santos sacerdotes, y así lo espero, deben estar decididos a ir por esa senda que el Señor nos plantea. Y tienen muchos ejemplos que seguir. María Santísima, nuestra madre celestial, modelo de vida de fe y de entrega a la voluntad de Dios, San Pablo y todos los Apóstoles, los grandes santos sacerdotes de la Iglesia como el Santo Cura de Ars, el Beato Mons, Romero, el Beato Paulo VI, San Juan Pablo II. Ese es el camino que al recibir estos ministerios se comprometen a seguir.
OREMOS POR LAS VOCACIONES
Hoy, en esta 52ª Jornada
Mundial de Oración por las vocaciones sacerdotales y religiosas, nuestro Santo
Padre Francisco nos invita a orar permanentemente por esta grave necesidad.
Atendiendo su invitación elevamos nuestras plegarias a Dios Uno y Trino, por
intercesión de la Virgen María, para que nos conceda que muchos jóvenes en
Caracas, de nuestras familias católicas, de nuestras Parroquias y Escuelas,
quieran escuchar y seguir su llamado a ser mensajeros de la paz, de la
reconciliación, de la vida y de la salvación, misioneros, heraldos de Cristo
resucitado, “camino, verdad y vida”.
El Sacerdote es el eje y
motor de toda acción pastoral, de la vida de la Iglesia: anuncio de la fe,
celebración de la Eucaristía, animación de las comunidades; formación de los
apóstoles seglares. Los consagrados dan testimonio de que solo Dios satisface
las aspiraciones del corazón humano. Sin sacerdotes no hay Eucaristía; sin
consagrados la Iglesia se debilita. Nos jugamos el futuro de la Iglesia en este
campo: las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada
En nuestra Arquidiócesis de
Caracas el Señor nos ha bendecido con 51 nuevos sacerdotes en los últimos 15
años. Y contamos con un sostenido número de seminaristas. Pero no son
suficientes. Por ello cada Parroquia, cada Escuela, debe esmerarse en trabajar en
el campo de la pastoral vocacional y juvenil, y sentir como un deber y un
orgullo tener cada año uno o más candidatos al sacerdocio y a la vida
consagrada.
CONCLUSIÓN
Demos gracias a Dios por
Cristo, el Buen Pastor. Demos gracias a Dios porque El sigue llamando hoy a
muchos jóvenes a entregarse totalmente a Dios y al servicio de la Iglesia y del
mundo. Y debemos orar permanentemente por esa gravísima necesidad: que el Señor
nos conceda muchos santos sacerdotes y muchos santos religiosos y religiosas en
nuestra Arquidiócesis de Caracas. Y que estos nuevos acólitos y lectores de
nuestros Seminarios, sigan al Señor. Que sean santos, fervorosos y entusiastas
sacerdotes para gloria de Dios y bien de nuestra Iglesia y de Venezuela.
Pongamos esas intenciones en
las manos amorosas de nuestra Santa Patrona, la Virgen de Coromoto. Amén.
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