VENEZUELA: El Universal censura a periodista católica



La compra de medios de comunicación es la práctica más reciente implementada por el régimen de Nicolás Maduro para silenciar las voces disidentes en Venezuela. Este trabajo ha sido publicado en Aleteia Buscando la Verdad

Ramón Antonio Pérez
@GuardianCatolic 

El pasado 21 de julio, la periodista venezolana y declarada practicante católica, María Denisse Fanianos de Capriles, no pudo publicar su artículo semanal en el diario El Universal de Caracas, medio en el que se mantuvo cerca de cuatro años escribiendo sobre la Iglesia, la Palabra de Dios, los derechos humanos y la situación de crisis que vive Venezuela, entre otros temas, porque una decisión del consejo consultivo del medio impreso le informó que no podían aceptar más sus artículos.

“Esta semana viví en carne propia lo que es cercenar la libertad de expresión. Desde hace casi 4 años escribía semanalmente en uno de los diarios independientes más importantes de Venezuela: El Universal (…) fue vendido y se rumora que lo compró gente afín al gobierno. Esta semana se me comunicó que el Consejo Consultivo de ese diario no podía aceptar más mis artículos”, dijo María Denisse al portal católico Aciprensa, y más tarde ratificó al corresponsal de Aleteia en Venezuela.

“El estado que nos gobierna, siguiendo el modelo comunista cubano y chino, está controlando cada vez más todos los medios de comunicación que existen en el país con la finalidad de silenciar las denuncias contra la corrupción que está destrozando a Venezuela”, denunció con fuerza María Denisse de Capriles en las redes sociales.

Nunca dejó de abordar temas sobre la familia y sus historias en el día a día de una Venezuela que vive la peor de sus crisis políticas, sociales, económicas y de valores. Habló de la dramática situación para viajar al exterior, de la escasez de comida y medicamentos; de los hospitales que no son capaces de atender a enfermos terminales; de los sueldos y salarios que no les alcanzan para vivir a los venezolanos profesionales, trabajadores y amas de casa; de la educación pública en la que se intenta imponer un sistema de adoctrinamiento político; de la quiebra de empresas productivas ante la escasez de divisas para comparar materias primas, etcétera.

Alertó, además, de la necesaria prevención ante la inseguridad ciudadana, del desbordamiento de la delincuencia y los ineficientes planes de seguridad del gobierno; de las ganas que tiene la juventud y muchos adultos de abandonar el país, porque según ellos “no hay esperanzas”. Siempre orientó que Venezuela es donde se deben quedar para luchar por un mejor futuro, “a pesar de los pesares”.

También ha sido insistente en el llamado a la paz y a la tolerancia entre los venezolanos en momentos de intensos enfrentamientos; primordialmente motivó acudir a la oración y procurar la conversión personal como punto de partida en todo cambio que se quiera realizar. Demostró ser una consistente defensora de las autoridades de la Iglesia venezolana difamadas bajo falsos señalamientos vertidos desde el gobierno socialista.

Recientemente, a semejanza de Francisco, denunció la práctica de la corrupción, y esto parece que fue el botón que hizo estallar la ira del censor en el diario El Universal.

“Hace poco realicé una serie de artículos sobre las cosas durísimas que el Papa Francisco ha dicho acerca de los corruptos y donde dice (entre otras cosas detalles que describen cómo es la vida de estos) que Cristo no habló de perdonar a los corruptos, que les llevan pan sucio a sus hijos, que están hambrientos de dignidad, que el peor corrupto es aquél que roba con una mano y ayuda a la iglesia con la otra, que si no se convierten los perros del infierno beberán su sangre, etc.”, dijo. “Pienso que a lo mejor eso remueve bastante la conciencia de quienes están en el mundo de la corrupción y por eso mis líneas pueden molestar bastante”, acotó la defenestrada periodista.

Sin embargo, lo acontecido con Fanianos de Capriles no fue casual ni es un hecho aislado. Es la constante de un gobierno que fortalece la “hegemonía comunicacional”, es decir, un sistema con todo el poder del gobierno y del estado para controlar a los medios de comunicación; cerrar emisoras de radio y televisión que no le sean afines; propiciar la autocensura o comprar el silencio de periodistas, locutores y articulistas; y por supuesto, lo más novedoso: comprar empresas mediáticas cuyos dueños han sido asfixiados por los costos de producción, leyes, impuestos y amenazas.

El diario El Universal, con 105 años de historia, -como en su momento ocurrió con la Cadena Capriles que publica el diario Últimas Noticias y otros medios impresos importantes, y más recientemente con la televisora Globovisión-, fue comprado por una empresa española (Epalisticia) pero detrás de sus compradores, hay serios indicios de personas allegadas al gobierno socialista que ahora dirige Nicolás Maduro.

De modo que esta nueva censura significa un duro golpe a la libertad de expresión no sólo para esta periodista de profunda fe católica sino para todos los venezolanos y quienes defienden los derechos humanos en el mundo entero.

María Denisse cree que en Venezuela “algún día brillará la Libertad, la Justicia y la Paz en nuestra amada Patria. Dios y la Santísima Virgen de Coromoto están con nosotros y nos ayudarán”. Aprovechó pedir a los lectores “de otros países sus oraciones por Venezuela y por tantos hermanos venezolanos que están sufriendo las terribles consecuencias de la descarada corrupción de este régimen totalitario. Por último sólo me queda decirles que el apoyo que he recibido de mis lectores a través de mi twitter @VzlaEntrelineas ha sido impresionante”.

Finalmente se conoció que el artículo rechazado por el diario El Universal: ¿Saludar aviones de enchufados?, puede ser leído en el portal Aciprensa, que le abrió una gran ventana a María Denisse Fanianos de Capriles para publicar sus puntos de vista.

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