FIESTA DE SAN PABLO Y SAN PEDRO
El Obispo de
Guarenas con su característica alegría realizó un llamado a fortalecer la fe de
los creyentes a semejanza de los apóstoles Pablo y Pedro pero también de la
esclava María Ignacia, convertida en testimonio de fe en los municipios Plaza y
Zamora del estado Miranda, a través de la Parranda de San Pedro.
Ramón
Antonio Pérez
@GuardianCatolic
Guarenas, 05
de julio de 2013.- El Obispo de la
Diócesis de Guarenas, Monseñor Gustavo García Naranjo, festejó sus 38 años de
ordenación sacerdotal, en el marco de la festividad de San Pablo y San Pedro,
cuya eucaristía presidió este sábado 29 de junio, en la Catedral Nuestra Señora
de Copacabana de esta ciudad.
El mensaje de Monseñor García Naranjo estuvo centrado
en fortalecer la fe de los creyentes a semejanza de los apóstoles Pablo y Pedro;
pero también habló de la esclava María Ignacia, testimonio de fe en los
municipios Plaza y Zamora de Miranda.
Estuvo acompañado por algunos sacerdotes y diáconos
permanentes de la Diócesis. Pero también asistió el responsable Provincial de
la Comunidad de María y José, mejor conocidos como los “Padres Eudistas”, presbítero
José Antonio Sabino, CMJ.
Otro insigne concelebrante fue el padre Adan Golec, de
la congregación de la Sociedad del Apostolado Católico (Padres Palotinos),
quien se encuentra de visita en el país. Esta comunidad tiene la
responsabilidad de llevar los asuntos pastorales en la Parroquia “La Asunción
de María”, ubicada en La Villa Panamericana, de Guarenas.
TESTIMONIO de SANACIÓN
Otra “María
Ignacia” en la Parranda
El periodista Ramón Antonio Pérez escucha el testimonio de Arquímedes Noria, acerca de su sanación. Foto EGC. |
Muchos guareneros quedaron sorprendido por la
presencia de dos hombres de igual parecido que se vistieron este año de ‘María
Ignacia’.
Al conocido Ramón Noria, se sumó su hermano Arquímedes
Noria, quien luego de más de treinta años retomó la vestimenta de la esclava,
en pago a la sanación milagrosa que experimentó hace exactamente un año.
Arquímedes comentó que debido a una bacteria que se le
activó en el cuerpo estuvo en terapia intensiva por espacio de 15 días, con el
riesgo de sufrir amputación de los miembros inferiores. El líder de la Parranda
de San Pedro de Guarenas, Pablo Núñez, ofreció ante el Santo Apóstol fundador
de la Iglesia, que Arquímedes Noria se vestiría de María Ignacia si le permitía
la sanación, como efectivamente ocurrió.
Informó Arquímedes Noria, que hace más de treinta años
atrás, él tuvo el coraje de retomar la vestimenta de María Ignacia, pero se la
dejó a su hermano Ramón, que es a quien se le ha conocido en el curioso papel
de la esclava en tiempos de la colonia.
Dijo que la enfermedad y su posterior sanación ha sido
motivo para retomar la vestimenta femenina y pasear en sus brazos a la muñeca
que semeja a Rosa Ignacia, la hija de la esclava que en su momento recibió el
milagro de sanación.
Un poco de
historia
En los años que van de 1.620 en adelante, la forma de
vida de los moradores de la zona de Guarenas y Guatire, era la agricultura. En
las haciendas de la zona el cultivo de algodón, caña de azúcar y la cría de
ganado porcino y vacuno eran las principales fuentes de vida para el momento.
La explotación de las haciendas de cultivo, era
efectuada por una mano de obra predominantemente esclava. Entre las
plantaciones de mayor fuerza y prestigio se encontraba la Hacienda de San
Pedro. En dicha hacienda regía la religión católica y, precisamente, San Pedro
Apóstol, era el santo patrón. Estaba ubicada entre los límites de Guarenas y
Guatire.
Según documentos que avalan la información que aquí
expresada, los límites de la Hacienda de San Pedro han sido desde su fundación
los siguientes:
• Por el Norte: limita con el antiguo camino que
conduce a Guatire.
• Por el Sur: Con la Quebrada de Guarenas, el río de
Caucagua; la naciente hacienda de Casarapa y la Hacienda Santa Cruz...Sin
embargo, en la época actual, no es posible determinar si pertenece a Guarenas o
Guatire.
Todavía es motivo de disputa territorial y las
diferencias se han acrecentado por la explotación urbana y comercial que los
terrenos han experimentado.
Cuenta la historia que una negra llamada María
Ignacia, esclava de una de las haciendas vecinas de Santa Cruz de Pacairigua,
hoy Guatire, contaba con la buena confianza de los patrones. Un día, su hija
Rosa Ignacia, enfermó. Agotados los recursos de los brujos y curanderos, en
medio de una gran desesperación, pidió ayuda a San Pedro Apóstol.
Como promesa al santo patrón, ofreció cantar y bailar
si su hija superaba la terrible y desconocida enfermedad. El milagro se realizó
y María Ignacia se dedicó a cumplirle la promesa a San Pedro Apóstol, todos los
29 de junio, bailando y cantando con su hija Rosa Ignacia en brazos.
¿Existió
verdaderamente la esclava María Ignacia...?
Para algunos historiadores locales, ha sido imposible
ubicar documentos que avalen su existencia. Otros en cambio sostienen que sí
existen y se remiten a pruebas ubicadas en los libros parroquiales más antiguos
de la ciudad de Guarenas.
Según el archivo Parroquial de la Catedral
"Nuestra Señora de Copacabana", en Guarenas, fue verídica la
existencia de María Ignacia. Nació el 31 de julio de 1800 y fue bautizada el 11
de agosto de 1800 por el sacerdote Juan Antonio Díaz Argote. Era esclava del hacendado
don Gabriel Blanco Uribe.
Las
características de la parranda
En la medida en que la promesa de María Ignacia se iba
consolidando, los demás esclavos se incorporaban y hacían suyo el cumplimiento.
Los hombres, durante la observancia de la promesa, se
vestían con levita y pantalones de color negro, el sombrero conocido como pumpá
y alpargatas de cuero. Además, alrededor del cuello, se colocan un pañuelo de
color amartillo o rojo, que simbolizaban a los partidos Liberales o
Conservadores.
Mientras cantaban lo hacían con estrofas de protesta
por el maltrato recibido de parte de los patrones. Zapateaban contra el suelo
usando las cotizas de cuero y diciendo: "Con la cotiza dale patrón, vuélvelo
polvo sin compasión..."
Cuando muere María Ignacia, su fiel marido se viste de
mujer y continúa con el pago de la promesa a San Pedro Apóstol. Luego,
distintos hombres se han disfrazado de María Ignacia, cargando una muñeca que
representa a su hija.
También forman parte de esta parranda:
- El Abanderado. Es el encargado de dirigir la ruta por donde
transitarán bailando.
- El Cargador. Tiene la responsabilidad de transportar la
imagen de San Pedro durante el recorrido de la parranda.
- Los Tucusitos. Son dos niños vestidos de azul y rojo.
- Los Sanpedreños. Son los seguidores de la parranda que ataviados
con cotizas debajo de las alpargatas, se encargan de bailar y contestar
las estrofas de un cantante improvisador.
En Guarenas, después de la misa solemne del 29 de
junio, la parranda recorre las calles principales, y va de casa en casa,
llevando la alegría a los vecinos de esta localidad mirandina.
La cámara edilicia de esta ciudad, con fecha 11 de
abril de 1998, emitió una ordenanza dando la potestad de la parranda a la
Asociación Civil Antonio Núñez.
Es un homenaje a la familia descendiente de los
Sanpedreños originarios, quienes conservaron la tradición durante más de un
siglo, siendo en la actualidad el más representativo de sus miembros, el
guarenero Pablo Núñez.
0 Comentarios
Comentarios de Nuestros Visitantes
Agradecemos sus comentarios, siempre en favor de nuestra Fe Cristiana Católica y de manera positiva. Si considera válido su comentario para ser publicado, se agradece no usar una cuenta anónima o desconocida.