Monseñor
García Naranjo explicó durante la ceremonia que renovar las promesas
sacerdotales significa “volver a ese amor primero” de la llamada vocacional que
Dios les hizo a ser sus discípulos, “para que con amor y a través de la
Iglesia, seamos enviados a predicar la Buena Nueva”
Ramón Antonio Pérez
@GuardianCatolic
Guarenas, 27 de marzo de 2013.- El Obispo de la Diócesis de Guarenas, Monseñor
Gustavo García Naranjo, presidió este 26 en horas de la mañana, la Misa Crismal
en la Parroquia “Nuestra Señora del Carmen”, en Araira, estado Miranda, ocasión
en la que integrantes del clero diocesano renovaron sus promesas sacerdotales, fueron
bendecidos los santos óleos, y se reconoció la autoridad eclesial del Papa
Francisco.
Caminar, construir, confesar
Durante su predicación el
Obispo de Guarenas hizo referencia a la primera homilía del recién elegido Santo
Padre Francisco con los cardenales electores.
“El Papa Francisco
reflexionó en las lecturas de ese día en tres aspectos que éstas tienen en
común: el movimiento. En la primera de ellas, el movimiento es camino; en la
segunda el movimiento está en la construcción de la Iglesia; en el Evangelio,
el movimiento está en la confesión. Caminar, construir, confesar”, dijo.
De modo que “caminar,
construir, confesar, siempre con la cruz de cristo, fueron los tres verbos en
que fundamentó el Papa Francisco esa primera enseñanza”, explicó.
Agradecer a Dios por el Sacerdocio
De igual manera, el Prelado
de la Diócesis de Guarenas invitó a reflexionar acerca de la alegría del
sacerdocio como un don maravilloso. “Tenemos la misión de ser apóstoles de la
alegría como consecuencia de esa identificación con Jesucristo”, acotó.
Sostuvo ante la feligresía
presente en el templo que: “al renovar nuestra promesa sacerdotal es el momento
de elevar un canto de agradecimiento al Señor por su misericordia infinita,
pues al regalarnos este don maravilloso tenemos la facultar de perdonar en su
nombre a las personas, de convertir el pan en su cuerpo”.
“Nunca acabaremos de
entender esa infinita bondad de Dios con nosotros”, apuntó.
“No somos vendedores a
comisión de una noticia ajena sino testigos gozosos de una Buena Noticia, tan
nuestra que ha llenado de esperanza nuestros días y llena de esperanzas al pueblo
de Dios”, señaló.
Renovación de promesas sacerdotales
Mientras la asamblea
permanecía sentada, los presbíteros se colocaron de pie alrededor del altar
para renovar sus promesas sacerdotales. Con este gesto también manifestaron su
obediencia al obispo, su adhesión a la Iglesia, y su consagración a Cristo como
cabeza de la misma. El Obispo de Guarenas les interpeló en tres ocasiones y al
unísono respondieron: “Sí, quiero”. También pidió a los fieles que rezaron por
sus sacerdotes y por la labor pastoral que realiza en la Diócesis de Guarenas.
Durante la ceremonia también
fue consagrado el santo Crisma y bendecidos los óleos que se utilizan en la
administración delos sacramentos del bautismo, confirmación, unción de los
enfermos y sacerdocio.
Organización Exquisita
El párroco del lugar,
presbítero Ramón Jesús Márquez Ñáñez no escatimó esfuerzos logísticos ni
humanos para hacer agradable la estancia de los visitantes; y en esta ocasión,
el templo de Araira fue adornado de manera exquisita.
El tono blanco predominó en
los arreglos florales distribuidos en los asientos y otros espacios
emblemáticos. La Virgen del Carmen, patrona de los araireños, estaba colocada
en el centro y al fondo del recinto religioso. Un impenetrable equipo de
protocolo tomó desde muy temprano la iglesia, y con meticuloso orden asignó la
colocación interna de los representantes parroquiales que les visitaron.
Desde la entrada de la
parroquia, los asistentes eran recibidos y se les entregaban una chapa relativa
a la ceremonia de la Misa Crismal 2013, así como un díptico para la secuencia
de las lecturas y las moniciones del día.
Los espacios aledaños fueron
acondicionados con sillas metálicas y plásticas, además de grandes pantallas
para que el resto de la feligresía vivenciara los aspectos de la ceremonia
religiosa. Un gesto muy noble fue la distribución gratuita de envases de agua
potable, ya que el calor era insoportable y algunos adultos mayores resentían
los estragos del clima en esta dura temporada de Semana Santa.
El Obispo de Guarenas
agradeció a sus sacerdotes por el empeño que le ponen en las actividades, y
durante la ceremonia les hizo un reconocimiento a cada uno de ellos.
Un clima de respeto y hermandad
se experimentó en esta Iglesia Particular que ya cumple dieciséis años de
creada por el Beato Juan Pablo II, y cuyo primer Obispo ha sido y es, Monseñor
Gustavo García Naranjo.
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