Cardenal Urosa inicia Año de la Fe y promulga Plan de Pastoral en la Arquidiócesis de Caracas




El objetivo del Año de la Fe es “fortalecer la fe de la Iglesia toda, y animarnos a anunciarla con mayor ardor, mediante la Nueva Evangelización”, dijo durante la homilía que pronunció en medio de sus obispos auxiliares, sacerdotes, seminaristas y feligreses.

Ramón Antonio Pérez

Caracas, 3 de noviembre de 2012.- El Cardenal Jorge Urosa Savino dio inicio este sábado 3 de noviembre al Año de la Fe y promulgó el Plan de Pastoral de la Arquidiócesis, durante una celebración eucarística que presidió en la Iglesia de “Nuestra Señora de la  Chiquinquirá”, en la urbanización La Florida, de esta ciudad.

El Arzobispo de Caracas recordó que el Año de la Fe comenzó el pasado  11 de octubre de 2012, en el quincuagésimo aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y terminará en la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el 24 de noviembre de 2013.

Destacó que en este tiempo una de las prioridades será la catequesis. 

“Durante el año iremos realizando actividades que vayan en esa dirección (…) promoviendo la revitalización de la práctica religiosa y fortaleciendo la catequesis, la enseñanza de la fe a quienes aún no la conocen bien. En este campo hemos de insistir particularmente en Caracas, ya que la catequesis es una de las prioridades de nuestra acción pastoral”.

Vivir mejor la comunión eclesial

El segundo aspecto de importancia durante la celebración fue la promulgación y puesta en marcha del Plan de Pastoral Arquidiocesano (PPA).

“Se trata de un instrumento de animación y concertación  que, sin desconocer la hermosa labor que estamos llevando a cabo, nos invita y nos ayudará a realizar una acción pastoral más intensa, teniendo en cuenta prioridades específicas, y unos objetivos y líneas de acción comunes”, dijo el Purpurado.

Precisó que entre los objetivo las prioridades son: “la evangelización y la catequesis; el fortalecimiento e intensificación de la vida litúrgica y la práctica religiosa; el fortalecimiento del compromiso de los laicos y la vida familiar; la pastoral juvenil, la pastoral vocacional y la pastoral social”.


Medidas de gracia para los presos políticos

Al culminar la misa el Arzobispo de caracas también habló con los periodistas quienes mostraron su interés en los asuntos sociales y políticos que sacuden a Venezuela, y destacó que los obispos venezolanos han insistido en que se atienda la petición de medidas de gracia para los presos políticos.

“Me sumo a la petición de amnistía o de algunas medidas de gracia que pueden ser diversas; que lleven la paz a los corazones de esas personas que saben que están siendo injustamente condenadas y que lleven también al pueblo venezolano la conciencia de que en Venezuela no se atropella con castigos injustos a los adversarios políticos del gobierno”, acotó.

A continuación el mensaje completo del Cardenal Jorge Urosa Savino:
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AÑO DE LA FE: VIVIRLA  Y ANUNCIARLA
Homilía en la Solemne Eucaristía  de inicio del Año de la Fe,
y promulgación el Plan de Pastoral de la Arquidiócesis de Caracas
Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas
Iglesia de Nuestra Sra. de la Chiquinquirá, 3 de noviembre de 2012

Muy queridos hermanos todos en Jesucristo Nuestro Señor:

Bajo el amoroso amparo de María nos hemos congregados en este Templo de  La Chiquinquirá  para celebrar gozosos el inicio del Año de la Fe y la promulgación del Plan de Pastoral de la Arquidiócesis de Caracas.
Acogemos con afecto la convocatoria que nos ha hecho el Santo Padre Benedicto XVI y nos unimos a él  para iniciar este Año de la Fe, que él mismo ha convocado  para que  los fieles católicos del mundo entero, podamos  saborear, profundizar, profesar, celebrar y anunciar con mayor fuerza el inmenso don, la inmensa gracia de la Fe recibida en el Bautismo. Ella es un tesoro maravilloso, que es para nosotros fuente de gozo, compromiso de vida y camino hacia la felicidad.
En esta fiesta solemne de la Fe, tendré el gusto de promulgar el Plan de Pastoral de conjunto de nuestra Iglesia arquidiocesana de Caracas, el cual será un instrumento maravilloso para potenciar nuestra acción evangelizadora. En esta Eucaristía vamos a pedir a Dios que, acogiendo este Plan de Pastoral, unidos como hermanos  manifestemos la comunión eclesial: “un solo Señor, una sola fe, un solo Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo” ( Cf. Ef 4, 3-6).

LA DICHA DE LA FE

Nuestra reflexión está iluminada por el  hermoso texto de San Lucas proclamado en esta Eucaristía, en el cual hemos podido escuchar la alabanza de Sta. Isabel a María, su prima: “Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá” (Cfr. Lc 1, 39-47). Inspirada por el Espíritu Santo Isabel alaba a María por haber acogido con fe la misión  que Dios Padre le encomendara de ser la madre del Mesías, del Señor, del Salvador.
Grande, en efecto, fue la fe de María. Y sobre ella  nos dice el Papa Benedicto XVI en su Carta Apostólica Porta Fidei con la cual ha convocado el Año de la Fe: “Por la fe, María acogió la palabra del Ángel y creyó en el anuncio de que sería la Madre de Dios en la obediencia de su entrega (cf. Lc 1, 38). En la visita a Isabel entonó su canto de alabanza al Omnipotente por las maravillas que hace en quienes se encomiendan a Él (cf. Lc 1, 46-55). Con gozo y temblor dio a luz a su único hijo, manteniendo intacta su virginidad (cf. Lc 2, 6-7). Confiada en su esposo José, llevó a Jesús a Egipto para salvarlo de la persecución de Herodes (cf. Mt 2, 13-15). Con la misma fe siguió al Señor en su predicación y permaneció con él hasta el Calvario (cf. Jn 19, 25-27). Con fe, María saboreó los frutos de la resurrección de Jesús y, guardando todos los recuerdos en su corazón (cf. Lc 2, 19.51), los transmitió a los Doce, reunidos con ella en el Cenáculo para recibir el Espíritu Santo”(cf. Hch 1, 14; 2, 1-4). (1)
Como María, mis queridos hermanos, también nosotros estamos llamados a escuchar y cumplir la Palabra de Dios, es decir a acoger con fe su Palabra de vida, de salvación. Como María también nosotros, por la fe, tenemos la dicha de saber que Dios existe y que tanto nos ama que envió a su Hijo Jesucristo para que todos los que creamos en El, tengamos la vida eterna (Cf. Jo 3,16).

AÑO DE RENOVACION  DE LA FE

El Año de la Fe comenzó el pasado  11 de octubre de 2012, en el quincuagésimo aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y terminará en la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el 24 de noviembre de 2013. Su objetivo es fortalecer la fe de la Iglesia toda, y animarnos a anunciarla con mayor ardor, mediante la Nueva Evangelización.
Y para saber qué es el Año de la Fe escuchemos al Papa: “El Año de la fe es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo. Dios, en el misterio de su muerte y resurrección, ha revelado en plenitud el Amor que salva y llama a los hombres a la conversión de vida mediante la remisión de los pecados (cf. Hch 5, 31) (2). Nos decía también el Santo Padre: “Deseamos que este Año suscite en todo creyente la aspiración a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con confianza y esperanza. Será también una ocasión propicia para intensificar la celebración de la fe en la liturgia, y de modo particular en la Eucaristía” (3).
En su  homilía de la Misa de apertura del Año de la Fe, el pasado 11 de octubre, nos dice el Papa que este Año es necesario. Y precisa esa necesidad: “En estos decenios ha aumentado la «desertificación» espiritual. Si ya en tiempos del Concilio se podía saber, por  algunas trágicas páginas de la historia, lo que podía significar una vida, un mundo sin Dios, ahora lamentablemente lo vemos cada día a nuestro alrededor. Se ha difundido el vacío. Se ha producido una desertificación”…
Esta desertificación, ese avance del desierto de la irreligiosidad sobre los campos de la humanidad, es una realidad en el mundo moderno que quiere rebelarse contra Dios, o dejarlo a un lado con perniciosa indiferencia. Y es realidad entre nosotros, en nuestra Ciudad de Caracas, donde hay tantas personas que no conocen a Dios, e incluso hay creyentes que se han enfriado en la vivencia de su fe. Estamos sometidos a la arremetida de la anticultura de la muerte,  del secularismo, del materialismo y del hedonismo, que ponen el centro de la vida de las personas y de la sociedad en la afirmación de la autosuficiencia de la sociedad sin Dios, en los placeres,  en el culto al becerro de oro.  Y lamentablemente, - es  bueno que nos hagamos un examen de conciencia- también nosotros podemos estar  contaminados por esas corrientes malsanas.
Con toda humildad acojamos personalmente, todos y cada uno de nosotros, la apremiante invitación que nos hace el Vicario de Cristo a renovarnos, a convertirnos, a crecer en el fervor y en la práctica religiosa. ! Vivir, confesar,  y celebrar nuestra fe! Sintámonos cada vez más alegres y contentos, orgullosos de nuestra fe, de nuestra identidad católica, de nuestra  gloriosa condición cristiana de hijos de Dios, discípulos y hermanos de Jesucristo, y miembros de nuestra Santa Iglesia Católica.

ANUNCIAR LA FE

Pero el año de la Fe es también una invitación del Papa a anunciar con mayor ardor, con mayor celo apostólico, las maravillas del encuentro con Jesucristo y la belleza de la fe en El.
Por eso nos apremia y anima el Santo Padre a la nueva evangelización: “«Caritas Christi urget nos» (2 Co 5, 14): es el amor de Cristo el que llena nuestros corazones y nos impulsa a evangelizar. Hoy como ayer, él nos envía por los caminos del mundo para proclamar su Evangelio a todos los pueblos de la tierra (cf. Mt 28, 19). … Por eso, también hoy es necesario un compromiso eclesial más convencido en favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe. (4).
Este es un llamado a  toda la Iglesia, a todos los fieles,  en todas las instancias: diócesis, institutos de vida consagrada, parroquias, escuelas católicas, familias, movimientos y asociaciones de fieles. Nadie ha sido  olvidado y nadie puede eximirse. Es un llamado a intensificar nuestro anuncio de la fe, la comunicación de ese tesoro inestimable, que salva y lleva a la vida plena, feliz y eterna.  Benedicto XVI nos  llama a fortalecer e intensificar nuestra acción pastoral en una ciudad acosada por la violencia que conduce a la muerte; por el consumo y tráfico de drogas; por el modernismo de la indiferencia religiosa, de la destrucción de la familia, y de un libertinaje sexual desenfrenado; por el proselitismo de religiones nuevas y paganas, por la indiferencia religiosa entre muchos cristianos…Por esas razones, el apremiante llamado del Papa es  particularmente importante en Caracas. Nuestra Arquidiócesis necesita un anuncio cada vez más intenso de la Palabra de Dios, del mensaje de salvación, y una actividad pastoral más efectiva.
Como parte del programa del Año de la Fe el Santo Padre nos propone alimentarla y profundizarla con el estudio de  los documentos del Concilio Vaticano II, cuyo 50º aniversario estamos celebrando, y el estudio del Catecismo de la Iglesia Católica, publicado hace 20 años. Y de manera particular con  el conocimiento de la Palabra de Dios y el estudio y reflexión sobre el Credo, la concisa profesión de nuestra fe, ese compendio hermoso y antiquísimo, con el cual, en el mundo entero, los católicos nos unimos en la proclamación de la fe.
En concreto, y de acuerdo al programa arquidiocesano y al que debe establecer cada parroquia y escuela católica, durante el año iremos realizando actividades que vayan en esa dirección. Y de manera particular, promoviendo la revitalización de la práctica religiosa y fortaleciendo la catequesis, la enseñanza de la fe a quienes aún no la conocen bien. En este campo hemos de insistir particularmente en Caracas, ya que la catequesis es una de las prioridades de nuestra acción pastoral. Y, por supuesto, nos insiste el Papa en que la fe debe manifestarse en la caridad viva y operativa, el amor cristiano, la solidaridad con los hermanos y con todos los seres humanos.

EL PLAN DE PASTORAL DE LA ARQUIDIOCESIS DE CARACAS

Providencialmente, este Año de la Fe coincide con la culminación de la elaboración del Plan de Pastoral de la Arquidiócesis de Caracas. Se trata de un instrumento de animación y concertación  que, sin desconocer la hermosa labor que estamos llevando a cabo, nos invita y nos ayudará a realizar una acción pastoral más intensa, teniendo en cuenta prioridades específicas, y unos objetivos y líneas de acción comunes. Estos objetivos prioritarios son: la evangelización y la catequesis; el fortalecimiento e intensificación de la vida litúrgica y la práctica religiosa; el fortalecimiento del compromiso de los laicos y la vida familiar; la pastoral juvenil, la pastoral vocacional y la pastoral social.
Desde hace tiempo era un anhelo de obispos, sacerdotes y, religiosos y fieles de Caracas contar con un Plan de pastoral de conjunto. Pues bien: teniendo en cuenta el trabajo realizado anteriormente, durante este año 2012 el Comité de estudio del Plan intensificó sus tareas, y luego de muchas reuniones y  consultas a diversos niveles y a diversos sectores de nuestra Iglesia, hemos podido culminar este instrumento de trabajo para potenciar más nuestra acción pastoral. Al implementarlo estamos poniendo en práctica las indicaciones y orientaciones del Concilio Plenario de Venezuela, que en su documento “Instancias de comunión del pueblo de Dios para la misión” (144-146; 155-156), indica la necesidad de un plan de trabajo pastoral de conjunto. Y sobre todo, estamos poniendo en práctica el llamado que nos hacen el Señor Jesús y San Pablo a  vivir mejor nuestra unidad, cohesión y comunión eclesial también en la acción pastoral.
Precisamente en esta Eucaristía hemos escuchado unas bellísimas enseñanzas  de San Pablo exaltando la belleza de la unión eclesial. Oigámoslas de nuevo: “…poniendo empeño  en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos” (Ef 4,3-6).
Sí, mis queridos hermanos: aplicando  el Plan de Pastoral de la Arquidiócesis de Caracas viviremos mejor nuestra comunión eclesial. Y seremos también más eficaces, aunando esfuerzos, ayudándonos unos a otros, concertando nuestras actividades, focalizando en las prioridades y necesidades más urgentes. Y animándonos unos a otros  ante las dificultades, el cansancio y el desaliento.
Hoy tendré el gusto de promulgar este hermoso instrumento de evangelización y acción pastoral integral. Los invito a estudiarlo y a hacerlo propio.  Acojamos sus  propuestas con entusiasmo y humildad, y sintamos la necesidad de ponerlas en práctica, con amor, con ardor apostólico, a ejemplo de San Pablo,  los apóstoles y los grandes santos de ayer y de hoy. Estos meses de  noviembre, diciembre y las tres primeras semanas de enero serán dedicadas a la divulgación y estudio del Plan. Este entrará en vigencia el 20 de enero de  2013, y se extenderá hasta enero de 2019.

CONCLUSIÓN

Quiero concluir con unas bellísimas  reflexiones del Santo Padre Benedicto XVI sobe la fe: Escuchemos al Papa pensando en nuestra gloriosa condición cristiana de hijos de Dios, discípulos de Jesucristo y miembros de nuestra santa Iglesia católica:
Por la fe, los discípulos formaron la primera comunidad reunida en torno a la enseñanza de los Apóstoles, la oración y la celebración de la Eucaristía, poniendo en común todos sus bienes para atender las necesidades de los hermanos (cf. Hch 2, 42-47).
Por la fe, los mártires entregaron su vida como testimonio de la verdad del Evangelio, que los había trasformado y hecho capaces de llegar hasta el mayor don del amor con el perdón de sus perseguidores.
Por la fe, hombres y mujeres han consagrado su vida a Cristo, dejando todo para vivir en la sencillez evangélica la obediencia, la pobreza y la castidad, signos concretos de la espera del Señor que no tarda en llegar. Por la fe, muchos cristianos han promovido acciones en favor de la justicia, para hacer concreta la palabra del Señor, que ha venido a proclamar la liberación de los oprimidos y un año de gracia para todos (cf. Lc 4, 18-19).
Por la fe, hombres y mujeres de toda edad, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida (cf. Ap 7, 9; 13, 8), han confesado a lo largo de los siglos la belleza de seguir al Señor Jesús allí donde se les llamaba a dar testimonio de su ser cristianos: en la familia, la profesión, la vida pública y el desempeño de los carismas y ministerios que se les confiaban.
También nosotros vivimos por la fe: para el reconocimiento vivo del Señor Jesús, presente en nuestras vidas y en la historia”. (5)
Queridos hermanos: Demos gracias al Señor por el maravilloso tesoro de la fe, y reiteremos nuestro compromiso de anunciarlo, unidos como hermanos, en nuestra Iglesia arquidiocesana de Caracas. Invoquemos para ello la maternal protección de María de Coromoto, ejemplo de fe y estrella de nuestra evangelización.

Amén.


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Notas.
  1. Benedicto XVI, Carta Apostólica Porta Fidei, 13
  2.  Ibid, 6
  3.  Ibid, 9
  4.  Ibid, 7
  5.  Ibid, 13

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