El nuevo Obispo
Auxiliar de Caracas recibió con entusiasmo la noticia, según explicó durante
una conversación que sostuvo con el redactor. Su Ordenación Episcopal está
prevista para el 8 de julio, a las 11 de la mañana, en la Catedral
Metropolitana, en el marco de la asamblea general del Episcopado Venezolano, a
la que asistirán los obispos y el clero caraqueño en pleno.
Ramón Antonio Pérez
@GuardianCatolic
Caracas, 21 de junio de 2012.- El 4 de abril de
este año, Miércoles Santo, los medios de información católicos reflejaron en
todo el mundo que el Santo Padre Benedicto XVI nombró Obispo Auxiliar de la
Arquidiócesis de Caracas, a Monseñor Tulio Luís Ramírez Padilla, sacerdote
incardinado a la Arquidiócesis de Valencia, y quien hasta el momento se
desempeñaba como Vicario General.
Monseñor Tulio
Ramírez nació en Caracas el 28 de febrero de 1960, como él mismo dice: “en la
caraqueñísima parroquia de San Juan”. “Todos los sanjuaneros de Caracas
nacíamos en la Maternidad Concepción Palacios”, agrega con gran afecto al
hablar de la capital venezolana que le vio nacer hace 52 años. Es el primer hijo
de los esposos Tulio Ramírez Veracoechea y Norma Padilla Hidalgo de Ramírez. Su
familia se trasladó en el año 1971 desde Caracas al municipio Naguanagua,
estado Carabobo. “Vivimos mucho tiempo en San Martín y después en la
urbanización El Silencio, donde mi padre fue uno de los fundadores”, expresó
durante la conversación.
Realizó sus
estudios de primaria en la Unidad Educativa Colegio Parroquial “Padre Seijas”,
y la secundaria en el Liceo Parroquial Carabobo, y en el Seminario Menor de
Valencia, donde se graduó con el título de Bachiller en Ciencias.
Cumplió estudios
de Filosofía en el Seminario Mayor Interdiocesano de Caracas y los teológicos
en el Seminario de “San Idelfonso”, en Toledo, España. Así también, obtuvo la
Licenciatura en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana de
Roma, siendo ordenado sacerdote el 5 de agosto de 1984.
Explicó que
después de su ordenación sacerdotal trabajó de vice párroco de “San Agustín”,
en Guacara, estado Carabobo. En tierras cabrialenses ha sido párroco de
“Nuestra Señora del Carmen”, en Miranda; párroco de “San Diego de Alcalá”, en
San Diego; párroco de “Nuestra Señora de Begoña”, en Naguanagua. Ha sido
profesor del Seminario Mayor; y Juez del Tribunal eclesiástico arquidiocesano.
Actualmente es
párroco de “San Agustín", en Guacara; y desde el año 2001, es Vicario
General de la Arquidiócesis de Valencia y Moderador de la Curia.
Una gran noticia
Monseñor Tulio
Ramírez recibió la noticia de su nombramiento días entes del 4 de abril, pero
el Miércoles Santo fue cuando salió publicado en el órgano oficial de prensa
del Vaticano. Fue oficializado a través de un comunicado de la Nunciatura, y
Cardenal Jorge Urosa Savino, le transmitió la agradable noticia.
Su nueva
investidura corrió entre los católicos con gran entusiasmo. El padre Pedro De
Freitas lo informó a los fieles en la Catedral de Valencia, durante la misa de
las 10 y 30 de la mañana de ese Miércoles Santo, ya convertida para Monseñor
Ramírez Padilla, en una fecha inolvidable.
“Regreso a mi ciudad natal”
Considera que su
nombramiento de Obispo Auxiliar en la ciudad donde nació, es una gran
responsabilidad ante Dios, la Iglesia Católica y el Santo Padre. “Vengo con
inmensa alegría, con muchas expectativas, con muchos deseos de servir a Dios y
a la Iglesia de Jesucristo; con muchas ganas de servir a la feligresía
caraqueña”.
Explica que
acompañar al Cardenal Jorge Urosa Savino también es motivo de alegría. “Puedo
decir que estuve trabajando con él cuando fue Arzobispo de Valencia y conozco
de sus grandes anhelos y esfuerzo por una evangelización y una pastoral muy
hermosas en la Iglesia arquidiocesana de Caracas”, dijo.
Precisó que el
Arzobispo de Caracas le ha encargado cumplir sus responsabilidades en la Zona
Pastoral del Centro constituida por los Arciprestazgos de Catedral, Altagracia,
Chacao y San Juan Bautista.
La Vocación del nuevo Obispo de Caracas
Monseñor Tulio Ramírez
comentó que su vocación sacerdotal estuvo marcada por la formación familiar que
recibió y su vinculación a los movimientos de apostolado. “Yo vengo de una
familia católica practicante. Eso hace mucho porque Dios va trabajando en cada
persona. Es la base fundamental, que es la familia. Y luego, al estar
involucrado y trabajando desde joven en los movimientos de apostolado”.
Narró que en
Naguanagua se formó en el Colegio Parroquial “Padre Seijas” que llevan las
Hijas de María Madre de la Iglesia. “Al vincularme como joven en la Renovación
Carismática, a la Legión de María, en la catequesis, a los grupos de canto y las demás actividades, allí
fue brotando esa semilla de la vocación sacerdotal”.
“Los movimientos
de apostolado y las actividades vinculadas a la Iglesia son medios a través de
los cuales se va manifestando Dios. Son como termómetros que te van midiendo. A
mayor exigencia hay mayor compromiso,
eso ocurrió conmigo”.
Sobrino del Padre Padilla, héroe del Porteñazo
El nuevo Obispo
Auxiliar de Caracas tuvo un tío sacerdote y este también lo marcó por su
participación muy reconocida en la familia y en la sociedad.
“Se trata de
Monseñor Luis María Padilla, aquel sacerdote que aparece en la famosa
fotografía de Héctor Rondón – el fotógrafo hasta ahora único Premio Pulitzer
que tiene Venezuela – y que le valió ser reconocido como Héroe del Porteñazo”.
La mencionada
foto muestra el momento en que en el sector La Alcantarilla de la calle
Urdaneta, en Puerto Cabello, Monseñor Luis María Padilla, para entonces párroco
de Borburata y Capellán de la Base Naval, socorre en medio de la balacera a un
soldado mortalmente herido durante la rebelión cívico militar del año 1962,
conocida como El Porteñazo. Monseñor Padilla fue hermano de su abuelo y crió a
su madre. “Viendo su valentía, su responsabilidad, el hecho de que fuese un
sacerdote a carta cabal me sirvió de modelo”.
Monseñor Urosa lo recibe en el Seminario
Ingresó al
Seminario Menor a los 16 años para hacer el Quinto Año de Bachillerato, en
Valencia. “Allí hice contacto con varios seminaristas de la época que iban a
estudiar externos en el liceo donde yo estaba. El testimonio de ellos también
marcó mi vida para dar el paso hacia mi vocación sacerdotal”.
Refirió que esa
decisión fue de mucha alegría para su madre, y aunque sentía temor de que no
fuese bien aceptada por su padre, sin embargo, reconoció que él le dijo: ‘hijo
vaya y pruebe’. Pero además, acotó que sus padre lo “acompañó al Seminario
Interdiocesano Santa Rosa de Lima, en Caracas, que entonces estaba en Los
Mecedores, en La Pastora”, y recuerda que en el Seminario fue recibido por
Monseñor Jorge Urosa, quien era el rector de entonces.
“Con su
cordialidad y amabilidad de siempre recibía a los seminaristas que venían de
las diócesis del interior del país”. Manifestó que siempre recuerda esta imagen
porque “al recibirnos, le dijo a mi padre: ‘Señor Tulio, permítame la maleta y
véngase conmigo para que vea donde estará residenciado su hijo. Desde la
habitación podrá ver las imágenes del Sagrado Corazón de Jesús y Santa Rosa de
Lima’, de modo que estará protegido”, recordó con agradecimiento.
De igual manera
mencionó a sus primeros guías y padres formadores en el Seminario. “Allí
estaban Monseñor Baltazar Porras, quien era el vice rector; el padre jesuita
Leocadio Jiménez que nos acompañaba en la dirección espiritual; y el guía de
primer año de filosofía, padre Carlos Porras, quien es gran amigo mío”.
“Nuestra misión es la Evangelización”
Monseñor Tulio
Luis Ramírez Padilla estima que la labor de la Iglesia Católica en la sociedad
venezolana es cumplir con la Evangelización. “Nuestra misión siempre debe estar
clara: es de paz, de buscar la unidad entre los venezolanos y llevar a
Jesucristo a los distintos sectores. Nuestra tarea sigue siendo la evangelización”.
Formuló que
cuando se lleva el “mensaje de amor de Jesucristo, muchas personas cambian,
porque siempre lo que desean ver es el cumplimiento de la misión que les
confirió. Incluso, en todas las situaciones, es necesario llevar su mensaje”.
“Una de las
tareas de la Iglesia es la búsqueda de las personas alejadas”, explica, al
tiempo que rememora una expresión del Papa Juan Pablo II: “No tengan miedo, ábranle su
corazón a Jesucristo”. Por tanto, estima “necesario llevar la Palabra
de Dios en algunos ambientes que se consideran ‘enrarecidos’, donde está
ausente el mensaje de Jesucristo, para que queden impregnados con el signo de
la salvación”.
También habló de
la sustracción de documentos privados del que fue objeto el Santo Padre
Benedicto XVI. “Esta persona nos ha defraudado. No ha guardado el debido
respeto ante la confianza que se le ha brindado”, y lo considera como “una
falta de responsabilidad gravísima”.
Coincidiendo con
el Cardenal Urosa y otros prelados venezolanos indicó: “Nos solidarizamos con
el Santo Padre ante esta sustracción de documentos que nunca debió ser porque
la persona cuando se le da confianza y alguna responsabilidad, esta siempre
debe ser valorada”.
La Ordenación
Episcopal de Monseñor Tulio Luis Ramírez Padilla está prevista para el 8 de
julio, en la Catedral Metropolitana de Caracas, a la 11 de la mañana. Esa
actividad se realizará en el marco de la asamblea general de la Conferencia
Episcopal Venezolana, estimándose la presencia de los obispos del país y el
clero caraqueño en pleno.
Previo a su
ordenación, el 24 de junio, a las nueve de la mañana, está prevista su
despedida en la parroquia “San Agustín", en Guacara. Allí, la feligresía y
autoridades de esta jurisdicción le tributarán un merecido homenaje al nuevo
obispo caraqueño, quien por más de 27 años ha cumplido su sacerdocio en tierras
del estado Carabobo.
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