El Cardenal Urosa narra encuentro del Papa Benedicto XVI con los Obispos Venezolanos

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Como ya se conoce mediante las agencias de noticia, este lunes 8 de junio se realizó el encuentro oficial, colectivo y colegiado, del Papa Benedicto XVI con los obispos venezolanos en el marco de la visita “ad Limina.
El Cardenal Jorge Urosa Savino, mediante un boletín emanado de la Oficina de Información de la Arquidiócesis de Caracas, cuenta los detalles de este encuentro. Creo que es hora de felicitar y apoyar en su trabajo pastoral a nuestros Obispos. Enhorabuena.

Ramón Antonio Pérez

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Encuentro del Papa Benedicto XVI con los Obispos Venezolanos

Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas

Hoy, 8 de junio, los Obispos de Venezuela hemos tenido nuestro encuentro colectivo, colegial, con el Santo Padre Benedicto XVI. Ha sido el momento mas importante de la Visita ad Limina, la visita oficial que periódicamente realizan todos los obispos a Roma, para orar ante los sepulcros de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, y para manifestar y reforzar nuestros vínculos de unidad, afecto y obediencia al Sucesor de Pedro, el Romano Pontífice.
A las 12:30 p.m. el Papa Benedicto XVI nos recibió para darnos la oportunidad de manifestar y reforzar, como cuerpo episcopal, como Obispos unidos estrechamente en nuestro ministerio pastoral al servicio de la Iglesia y del pueblo de Venezuela, nuestros sentimientos de afecto, y comunión eclesial, con él y con todas las Iglesias particulares del mundo que conforman la Santa Iglesia Católica.
Luego de las palabras de S.E. Mons. Ubaldo Santana, Arzobispo de Maracaibo y Presidente de la Conferencia Episcopal, el Papa nos dirigió una hermosa y alocución en la cual indicó algunas líneas de acción para la vida y crecimiento de la Iglesia en Venezuela: incrementar las iniciativas para el anuncio de la persona y el mensaje de Jesucristo y fomentar la vida de fe y oración de los fieles, así como intensificar la vida espiritual de los propios Obispos; mantener la unidad del episcopado; atender especialmente a los sacerdotes y a los Seminarios para la mejor formación de los futuros sacerdotes; formar un laicado maduro que de fiel testimonio de su fe en el mundo; irradiar la luz del Evangelio sobre el acontecer nacional. Finalmente, luego de reiterar su apoyo y cercanía a los obispos, nos impartió su bendición apostólica, extensiva a todos los fieles católicos, y al pueblo venezolano en general.
Previamente, a las 11 a.m., los Obispos Auxiliares de Caracas y un servidor, habíamos tenido la alegría de encontrarnos personalmente con Benedicto XVI. Allí hablamos sobre la vida de la Iglesia en Caracas, sobre nuestra situación eclesial y social, sobre nuestros problemas y proyectos, especialmente la gran Misión Continental Evangelizadora que estamos realizando en estos momentos. Tuvimos la oportunidad de comprobar la cercanía, el calor, la bondad de este gran Pontífice que es Benedicto XVI. Con gran interés dialogó con nosotros, sus hermanos obispos de Caracas, y nos alentó a seguir adelante, con gran esperanza y determinación en el cumplimiento de nuestra labor de maestros santificadores y pastores del pueblo de Dios en la capital del país.
Estos encuentros han estado precedidos por reuniones de los Obispos venezolanos con los superiores de los diversos organismos que colaboran con el Santo Padre en la dirección y animación de la Iglesia en el mundo. Han sido encuentros sumamente provechosos, en los cuales hemos dialogado y reflexionado sobre diversos aspectos de la vida de la Iglesia en Venezuela.
La visita ha estado llena de momentos intensos de oración: la solemne celebración de la Eucaristía en la basílica de San Pedro, con una gran cantidad de sacerdotes venezolanos que estudian en Roma, ante la Cátedra de Pedro, en la Basílica de Santa María Mayor, para invocar la maternal protección de María Santísima sobre la Iglesia en Venezuela y, por supuesto, la diaria concelebración de la Misa en nuestra residencia.
Sin duda alguna, las experiencias religiosas y eclesiales de estos días, entre ellas la vivencia de la colegialidad y fraternidad episcopal, serán muy positivas y tendrán gran impacto en nuestra acción pastoral como Obispos de la iglesia en Venezuela. Todavía nos quedan algunos días más de encuentros y reuniones. Llevamos en nuestros corazones las intenciones de todos los venezolanos, los problemas de la Iglesia y del país. Y como Obispos de la Iglesia, sucesores de los Apóstoles, auténticos y legítimos pastores de la Iglesia Católica en Venezuela, reafirmamos en el centro de la cristiandad nuestra voluntad de servir con renovado ardor y entusiasmo apostólico a Dios y a nuestra querida patria.

Roma, 8 de junio de 2009.

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