“Seamos
misericordiosos como el Padre Celestial es misericordioso”, pidió este 10
de julio desde la iglesia Nuestra Señora de la Paz, en Montalbán, Caracas, el
cardenal Jorge Urosa Savino. “Uno de los objetivos del Papa Francisco en
agradecer la misericordia de Dios, es romper las cadenas del mal y vivir una
vida nueva”, añadió.
El arzobispo de
Caracas fue uno de los 45 prelados que participaron en la Jornada de
Misericordia realizada en igual cantidad de parroquias de la ciudad, en el
marco de la centésima sexta asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal
Venezolana, y con motivo del Año Jubilar de la Misericordia convocado por el Obispo
de Roma.
Era la primera vez
que Urosa Savino asistió a esta zona de Montalbán I, en su condición de
cardenal arzobispo. Y vaya manera en que lo hizo, y lo vivió. El recuerdo del
Papa Francisco compartiendo con personas en extrema necesidad, se hizo presente.
Con anterioridad
el párroco del lugar Marcos Linares, dijo a los periodistas: “El Cardenal, a
imitación de Jesús y el Papa Francisco, almorzará con indigentes de nuestro comedor
Madre Teresa de Calcuta que funciona en esta iglesia desde hace 15 años”.
Fue al terminar la
eucaristía. El arzobispo de Caracas compartió un almuerzo (sopa de pollo, arroz
con pollo, jugo y helado) con al menos 80 personas que se encuentran en
situación de calle. Entre ellos había niños, jóvenes y adultos; hombres y
mujeres que han encontrado en la Iglesia la posibilidad de alimentarse física y
espiritualmente.
Ante la petición
de “no
tocar los alimentos hasta ser bendecidos por el Cardenal”, fueron
extremadamente cumplidores. Sus rostros heridos dibujaron sonrisas muy sinceras;
y sus endurecidas manos, hablaban de lo fuerte que les tocó vivir.
“Esta actividad me
recuerdan al Papa Francisco cuando habló del sacerdote con olor a oveja, pero
es también para los laicos”, dijo María, integrantes del Apostolado de Fátima
mientras asistía en el servicio de las comidas. “La gran mayoría duerme en las
calles, debajo de los puentes y tal vez no sepan más nunca de sus familiares”,
añadió.
Comiendo con los más necesitados
“Aquí
estamos con Usted, Eminencia”, dijo uno de aquellos hombres reducido a
una silla de ruedas. Plácidamente intercambiaban saludos con Urosa,
quien no despreciaba sus palabras mientras soltaba una “sonrisa de Padre”,
según el léxico de Francisco.
“El
Señor te guarde y te bendiga”, le indicaba el arzobispo tocándole el
hombro a quien, a pesar de su condición, hasta de corbata fue vestido al
encuentro.
“Bendigamos
estos alimentos y la labor que realiza el padre Linares, que ofrece comida a
los indigentes del país con mucho esfuerzo porque no escapamos a la
crisis. Pidamos a Dios para que nunca falte comida en esta mesa”, rezó
el cardenal. Al instante, se escuchó un
resonante “Amén”, y las tazas de sopa comenzaron a vaciarse.
Al fondo de la
mesa destacaba una imagen del Papa Francisco con una de sus frases más
emblemáticas: “Mi mayor preocupación es la tragedia del hambre en el mundo. Hay que dar
de comer a los hambrientos”, la cual fue recordada por el padre Linares.
Un trozo de pan y una sonrisa
Hablar con estos “hombres
de la calle” reveló su condición de ex presidiarios, de varones y hembras rescatadas
de la droga, de la prostitución o sobrevivientes de la violencia familiar; de niños
cuyos padres viven en extrema pobreza.
Pero también había
profesionales, comerciantes y deportistas. “Yo caí pero me estoy levantando. Soy
mecánico de carros y trabajo en la calle, y como no tengo casa donde vivir duermo
cerca de la Iglesia. Aquí me alimento todos los días”, dijo Enrique,
uno de los acompañantes a la mesa con Urosa, en esta Jornada de la Misericordia.
El padre Marcos
Linares, explicó que toda esta gente ha encontrado en la
parroquia un espacio para su felicidad y el amor de Dios. “Acuden desde
diferentes partes de Caracas: La Vega, San Martín, Petare; San Agustín y otras
zonas, a sabiendas de que recibirán una comida y una sonrisa, pero
también una orientación para sus vidas”.
Misericordia 2.0
Cabe destacar que
bajo la organización del departamento de medios de comunicación social de la
CEV, esta jornada contó con la presencia de Voluntarios de la Misericordia 2.0,
quienes acompañaron su trabajo en las redes sociales, reportando las actividades
cumplidas por los obispos en las 45 parroquias de Caracas.
“Se logró posicionar
la etiqueta #jornadamisericordiacev y hacerle tendencia por más de cuatro
horas”, informó el padre Pedro Pablo Aguilar, director de ese departamento.
“Los obispos venezolanos
hicieron que esta experiencia haya sido un momento de cercanía del Padre, que
verdaderamente pudieran sentir quienes sufren o padecen injusticias, la ternura
de la mano de Dios que siempre acompaña a sus hijos y así brindar Misericordia
a quien más necesita de Dios”, acotó finalmente.
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