Nos llega el siguiente artículo de opinión del Dr. Martín Zapata, sacerdote en condición de suspensión de la Arquidiócesis de Caracas, entidad eclesial con la que mantiene conflicto de tribunales y todo por la Universidad Católica Santa Rosa, UCSAR, de esta ciudad, en la cual es Rector.
El contenido político del artículo se publica con la intención de que quien lo lea comprenda que tiene un trasfondo para justificar cierto sistema socialista de gobierno, especialmente el que rige en Venezuela. Algunas personas escriben una cosa y viven otra. Pero también, se publica para comprender que la TdL tiene herramientas con las cuales muy bien se puede combatir este tipo de sistema político, y que los cristianos católicos pudiéramos usar sin rubor alguno.
El contenido político del artículo se publica con la intención de que quien lo lea comprenda que tiene un trasfondo para justificar cierto sistema socialista de gobierno, especialmente el que rige en Venezuela. Algunas personas escriben una cosa y viven otra. Pero también, se publica para comprender que la TdL tiene herramientas con las cuales muy bien se puede combatir este tipo de sistema político, y que los cristianos católicos pudiéramos usar sin rubor alguno.
Desde mi punto de vista muchos elementos y contenidos de la Teología de la Liberación tienen vigencia, principalmente contra este tipo de gobierno Autoritario y que desea imponer un Pensamiento Único. El asunto es que algunos teólogos lo usan únicamente para apoyar este tipo de gobierno y no al pueblo sufrido, sea de arriba o de abajo. Eso me parece. Ramón Antonio Pérez.
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Una cosa es ser ingenuos y creer que las religiones son sólo eso y que no tiene nada que ver con la política y la ideologización. Este es un grave error. Otra cosa es dársela de inocentes y hacerles ver a la gente que la religión es sólo para celebrar y participar en rituales litúrgicos. Esto es más grave.
¿Cuáles fueron esos medios de ideologización? Esos medios fueron: la clase dominante a través de sus normas y hábitos impuestos, la penetración de una cultura terriblemente de diferencias generacionales y de géneros practicada en el hogar, las normas, promedios, índices, ritos, la catequesis conservadora y tradicionalista de memorización de oraciones y de asimilación de poses pietistas en la iglesia, el monstruoso bombardeo de pautas publicitarias y programas enlatados transmitidos por la televisión, la invasión abierta provocada por las transnacionales y sus marcas expuestas en las vallas y avisos de neón en las calles y si nos ponemos a mencionar, no terminaremos.
La tradición, la familia burguesa y la propiedad le dan valor a esas prácticas y las concepciones que de ella se derivan. Insistimos que existe ideologización en todas las cosas y en los distintos enfoques teológicos también. La teología reaccionaria es ideologizante puesto que tiene sus objetivos muy claros. Los objetivos de toda teoría de reacción consisten en mantener los esquemas que “siempre han sido así” por designio de Dios y para el bien del género humano.
Estos mismos parámetros conservadores de la teología reaccionaria son utilizados para la comprensión de la economía, de la sociología, del derecho, de la educación, etc. Una teología que sea reaccionaria sostiene la sociedad de clases, las diferencias sociales como equilibrio necesario, los privilegios como premios obtenidos, la rigidez en las relaciones sociales y el mantenimiento del orden social como principio de felicidad y armonía; pero realmente no produce ningún cambio porque no interpela a los poderosos.
¿Cómo hace la reacción eclesial para frenar los cambios? Entre otras formas, se insiste en una fe extremadamente individualista, se maneja el sentimiento de culpa para que la gente no salga de su círculo vicioso y no se dé cuenta de los problemas externos. Se desvirtúa el concepto de pecado a lo relacionado con decir obscenidades, o mirar lo no debido o al tema clásico de la sexualidad, o de medir las veces, formas y maneras que se tomaron en cuenta para esto o para lo otro. Este mecanismo de control al aplicarlo en las masas, genera un gran colectivo adormecido y observante de normas, reglas, costumbres inmóviles.
La teología de la liberación tiene como objetivo despertar la conciencia interna para discernir las causas y las consecuencias de la realidad histórica para asumir un compromiso político.
¿Cuáles fueron esos medios de ideologización? Esos medios fueron: la clase dominante a través de sus normas y hábitos impuestos, la penetración de una cultura terriblemente de diferencias generacionales y de géneros practicada en el hogar, las normas, promedios, índices, ritos, la catequesis conservadora y tradicionalista de memorización de oraciones y de asimilación de poses pietistas en la iglesia, el monstruoso bombardeo de pautas publicitarias y programas enlatados transmitidos por la televisión, la invasión abierta provocada por las transnacionales y sus marcas expuestas en las vallas y avisos de neón en las calles y si nos ponemos a mencionar, no terminaremos.
La tradición, la familia burguesa y la propiedad le dan valor a esas prácticas y las concepciones que de ella se derivan. Insistimos que existe ideologización en todas las cosas y en los distintos enfoques teológicos también. La teología reaccionaria es ideologizante puesto que tiene sus objetivos muy claros. Los objetivos de toda teoría de reacción consisten en mantener los esquemas que “siempre han sido así” por designio de Dios y para el bien del género humano.
Estos mismos parámetros conservadores de la teología reaccionaria son utilizados para la comprensión de la economía, de la sociología, del derecho, de la educación, etc. Una teología que sea reaccionaria sostiene la sociedad de clases, las diferencias sociales como equilibrio necesario, los privilegios como premios obtenidos, la rigidez en las relaciones sociales y el mantenimiento del orden social como principio de felicidad y armonía; pero realmente no produce ningún cambio porque no interpela a los poderosos.
¿Cómo hace la reacción eclesial para frenar los cambios? Entre otras formas, se insiste en una fe extremadamente individualista, se maneja el sentimiento de culpa para que la gente no salga de su círculo vicioso y no se dé cuenta de los problemas externos. Se desvirtúa el concepto de pecado a lo relacionado con decir obscenidades, o mirar lo no debido o al tema clásico de la sexualidad, o de medir las veces, formas y maneras que se tomaron en cuenta para esto o para lo otro. Este mecanismo de control al aplicarlo en las masas, genera un gran colectivo adormecido y observante de normas, reglas, costumbres inmóviles.
La teología de la liberación tiene como objetivo despertar la conciencia interna para discernir las causas y las consecuencias de la realidad histórica para asumir un compromiso político.
1 Comentarios
Estoy de acuerdo con lo que escribe Martín Zapata en un 100% y lo felicito por el valor de mostrar la verdad cuando muchos callan.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que opina Ramón Antonio Pérez acerca de "apoyar al pueblo sufrido, 'de arriba' o de abajo" me atrevo a solicitarle, por favor, que se ponga a pensar si el "pueblo" puede ser de "arriba". No hay pueblo de arriba, porque si lo hubiera significaría que hay dos calidades de pueblo: una que está abajo y nada tiene y otra que está arriba y lo tiene todo. Si usted piensa que es así, pues entonces no está siendo nada cristiano, porque Cristo al joven rico le dijo que una vez cumplimentados todos los mandamientos sólo le faltaba vender todo y entregarlo a los pobres... ¿están dispuestos los pueblos de arriba que usted conoce a donar todo lo que tienen para ser dignos del reino?
No creo que estén dispuestos ni que lo hagan aún no estando dispuestos, ni aún expropiándoles sus bienes serán pasibles de entrar al reino ¿y sabe por qué? porque nunca se arrepentirán de haber sido crueles con los que no tienen nada, nunca entenderán por qué un pobre sufre cuando un hijo llora de hambre, aún habiéndole dado el mendrugo de pan que tenían para comer. El que nunca fue pobre ni compartió verdaderamente con ellos nunca comprenderá lo que significa la palabra pueblo.
Y el pueblo hoy está naciendo a la política, está desarrollando su sentirse "humanos", y es allí donde debería estar el que se siente servidor.
Por eso felicito a Martín Zapata por animarse a sentir en su piel el sabor del pueblo y jugar su vida por ellos aunque nadie lo comprenda, aunque sus ex-compañeros religiosos no lo entiendan y aunque quizás en ocasiones se sienta solo, él sabe que Dios está a su lado, porque no ha olvidado lo que dicen sus evangelios y se ha decidido a servir a sus hermanos.
Señor Ramón Antonio Pérez, por favor, aprenda que el pueblo es pueblo y sólo será feliz cuando no haya más dominadores y dominados.
Ah, y no se olvide que no se puede servir a dos amos... ¿acaso el dinero no es el dios de muchos jerarcas de la santa iglesia católica apostólica romana? Qué extraño... qué paradójico... si juntamos sus iniciales es la SICAR y los que a ella pertenecen ¿son SICARios?
Qué peligroso juego de palabras...
hasta pronto Ramón.
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