La Virgen de Coromoto dejó un mensaje de fraternidad, reconciliación y aceptación del otro

  

Durante una charla en el Centro Gumilla, María García de Fleury, enseñó que la frase: “Vayan a casa de los blancos y pídanle que les eche el agua en la cabeza para ir al Cielo”, era una forma de instar a los indígenas y a los españoles a buscar la unión, la fraternidad, la reconciliación y la aceptación del otro

Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Fotos y videos Valeria Mora / Ariana Galán
Publicado el 13 de octubre de 2024

Quiero expresar mi sincero agradecimiento al Centro Gumilla por la invitación a hablar sobre la Virgen de Coromoto y los descubrimientos y estudios científicos que estamos realizando en torno a ella. No solo es la patrona de Venezuela, también representa la raíz y el centro de nuestra identidad venezolana, enraizada en la cultura de nuestros pueblos indígenas, los primeros habitantes de esta tierra.

María García de Fleury, se expresaba de esta manera el lunes 8 de octubre de 2024, en el auditorio de la Fundación Centro Gumilla, en el marco de una exposición sobre los hallazgos en la reliquia de Nuestra Señora de Coromoto.

Graduada de socióloga en la Universidad Católica Andrés Bello y licenciada en pedagogía religiosa e historia por la Universidad Santa Rosa de Lima, es una de las voces autorizadas de la iglesia venezolana para hablar de las investigaciones sobre esta advocación mariana. 

Nuestra protagonista ocupa una curul en la Academia Internacional de Hagiografía, y es presidente y fundadora del Apostolado Mundial de la Virgen de Coromoto.

La reliquia es del tamaño de una huella digital

Durante su cautivadora intervención, dejó a los asistentes maravillados con su conocimiento acerca de la patrona de Venezuela, declarada así en el año 1942 por el episcopado venezolano, y ratificada en 1944, por el Papa Pío XII. Recordó que esta advocación también es nombrada patrona principal de Caracas, el 19 de noviembre de 2011, por el entonces arzobispo metropolitano, Cardenal Jorge Urosa Savino.

La experta centró su disertación en la fascinante historia de esta advocación mariana, que se remonta a la milagrosa aparición de la Virgen ante los indígenas Cospes en las aguas de un río en Guanare, Portuguesa, en el año 1651. Además, expuso parte de las investigaciones científicas y los hallazgos sobre la reliquia que permaneció en la mano del cacique Coromoto el 8 de septiembre de 1652.

Uno de los datos más asombrosos que compartió fue la diminuta medida de la reliquia: apenas 2.5 centímetros de altura por 2.0 centímetros de ancho, comparable al tamaño de una huella dactilar. “Por favor, muestren su huella dactilar”, invitó a la audiencia, mientras exponía la suya para ilustrar la sorprendente pequeñez de esta reliquia.

De la misma forma, realizó una comparación entre esta reliquia y la Virgen de Guadalupe, que se reveló al indígena Juan Diego en el cerro del Tepeyac en México, el 9 de diciembre de 1531. 

Con dimensiones de 1.70 metros de largo por 1.05 metros de ancho, la imagen mexicana posee las proporciones típicas de una figura humana, lo que acentúa aún más la singularidad de la reliquia de Coromoto. 

Ambas advocaciones marianas son únicas en el mundo, desafiando a los científicos con sus enigmáticos resultados, mientras el ámbito religioso las contempla con una fe profunda y reverente.

Los mensajes en la aparición de la Virgen de Coromoto

El mensaje central de la aparición de la Virgen de Coromoto radica en el llamado al bautismo que hizo a los cospes, expresado en la memorable frase: “Vayan a casa de los blancos y pídanle que les eche el agua en la cabeza para ir al Cielo”, que María García de Fleury presenta en su libro “El escalón hacia el Cielo. La Virgen de Coromoto con diferencias y similitudes con la Virgen de Guadalupe” (2022)

Esta exhortación simboliza un llamado a la movilización, a la evangelización y a recibir el bautismo de parte de los españoles de entonces que trajeron la fe católica a estas tierras de América. 

Era una forma de instar a los indígenas y a los españoles a buscar la unión, la fraternidad, la reconciliación y la aceptación del otro, sin importar el color de la piel ni las circunstancias de cada uno. Es una invitación a combatir la discriminación, la violencia y la cultura de la muerte, escribe la autora.

Además, dio a conocer que la aparición posee características de gran significación y relevancia en la vida de las comunidades. “Es la única vez que la Virgen se manifiesta a una familia”, destacó en el auditorio de Gumilla, comparando también con Guadalupe.

Igualmente señaló, que se trata de “una de las escasas apariciones donde la advocación lleva el nombre del vidente, en este caso Coromoto, y, además, un nombre masculino”, lo que invita a una reflexión profunda en los varones. “¿Qué nos quiere decir esto?”, dijo.

Otras características muestran que “la Virgen dejó grabada de manera física su imagen en la mano del Cacique Coromoto”; “decidió permanecer en Venezuela el día en que la Iglesia católica celebra su cumpleaños”; y desde ese momento, “forma parte de nuestra venezolaneidad más profunda”.

En manos de los científicos


Comentó que la presencia de la reliquia de Coromoto a lo largo de la historia de Venezuela ha sido de suma importancia. Incluso, El Libertador Simón Bolívar acudió a orar ante ella antes de la Batalla de Carabobo, y el General Marcos Pérez Jiménez también tuvo “una cantidad de historias muy simpáticas con la Virgen”.

Sin embargo, a pesar del cariño y los esfuerzos por proteger la imagen, ésta no ha escapado de los efectos del tiempo y de la acción humana.

Con motivo de los 350 años de la aparición, monseñor José Sótero Valero Ruz, quinto obispo de Guanare, permitió que la “Fundación María Camino a Jesús” elaborara un informe preliminar sobre el estado de la reliquia. “Se comprobó el deterioro, pero no se consideró prudente su restauración”, señala en su libro mencionado anteriormente.

Las alarmas se encendieron aún más cuando, el 22 de julio de 2008, ocurrió un intento de robo en la Basílica de Guanare, donde los asaltantes pretendieron llevarse la imagen de la Virgen de Coromoto. “Rompieron el vidrio de protección y tomaron la custodia donde estaba el relicario con la Imagen. Milagrosamente la imagen de la Virgen cayó y no se la pudieron llevar”. La ponente mostró la foto con el vidrio roto y la reliquia de Nuestra Señora de Coromoto en el lugar donde cayó, tal cual fue encontrada.

En 2009, con la autorización de la Conferencia Episcopal Venezolana, se permitió un tratamiento de conservación en un laboratorio instalado en la propia Basílica, bajo la dirección de José Luis Matheus de la Fundación María Camino a Jesús. Allí, del 9 al 15 de marzo de ese año, un equipo de especialistas, integrado por Pablo Enríquez González, Carmen Díaz, Pía Rodríguez y Nancy Morella Jiménez, llevó a cabo la restauración de la reliquia. Estaban presentes el obispo Valero Ruz y el padre Manuel Brito.

Cada procedimiento reveló sorpresas insospechadas para los científicos, desde la apertura casi milagrosa del relicario que resguardaba la reliquia desde 1948, sustituto del original de 1652, hasta etapas más avanzadas de restauración y conservación.

Se intentó abrirla por varios métodos sin éxito, hasta que la especialista la colocó en las manos del sacerdote y, de forma automática, se abrió sola. Sin duda, la Madre de Dios quería abrirse en manos de una persona consagrada a Él, comenta García de Fleury.


¡La Virgen me está viviendo!

Quizás una de las sorpresas más cautivantes para la audiencia del auditorio del Centro Gumilla fue escuchar la reacción de una de las restauradoras al examinar, a través del microscopio, uno de los ojos de la diminuta reliquia.

Se echó para atrás y gritó: ¡Me vio, me está viendo, me está viendo! Todos los demás que pasaron a verlo también lo vieron. Es decir, el ojo que ella estaba observando era un ojo que está vivo. Es un ojo vivo, expresó García de Fleury.

Más adelante compartió otros detalles de las investigaciones realizadas sobre la reliquia en 2009 y en 2017, algunas más impresionantes que otras, destacando que todavía están surgiendo otros pormenores porque la reliquia está en proceso de restauración.   

En ese orden informó que es una imagen completamente asimétrica y el rostro también asimétrico posee rasgos indígenas por un lado y europeo por el otro. Ambos ojos tienen formas diferentes y con características humanas: en el derecho se observan las personas que estuvieron presentes en la aparición, mientras el izquierdo tiene glóbulo ocular, iris y un pequeño punto de luz, además, se observa al Cacique Coromoto.

Hacia el final de su ponencia María García de Fleury hizo una invitación al Centro Gumilla, para fomentar la difusión de estos hallazgos sobre la reliquia en las comunidades y espacios de formación donde tiene presencia la Compañía de Jesús.

Una de sus propuestas hechas a los participantes de este encuentro es motivar a que en cada parroquia venezolana se puedan realizar estas charlas y seguir expandiendo el Apostolado Mundial de Nuestra Señora de Coromoto, para lo cual también invitó a visitar su página web: https://www.virgendecoromoto.com/.

En resumen, de acuerdo con María García de Fleury, “el mensaje de la Virgen de Coromoto es universal, pero nosotros, los venezolanos, debemos profundizar en nuestra historia y reconocer que su aparición es única en el mundo. No hay otra igual. ¿Por qué? Esa es una pregunta que debemos investigar y estudiar. Además, ella es la madre de Dios, y con Dios siempre ganamos”, afirmó en el Centro Gumilla.

Caracas, 11 de octubre de 2024

Coordinación de Comunicaciones
Fundación Centro Gumilla

 





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