Padre Juan Grilc, un sacerdote esloveno que trabajó en Chacao y ahora va rumbo a los altares

El Padre Juan Grilc trabajó durante 27 años en la parroquia San José, en el municipio Chacao del estado Miranda, en Venezuela. El 19 de marzo de 2024, la Arquidiócesis de Caracas dio el visto bueno para el inicio de su causa de beatificación y canonización

Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Publicado el 21 de agosto de 2024

El padre Juan Grilc es nombrado "Monseñor y Capellán de Su Santidad Juan Pablo II, en 1995"; no obstante, él prefería que sus feligreses y conocidos, lo llamaran el “Padre Juan”. Nunca vieron algún interés de su parte por él mismo y siempre cultivó la amabilidad, entre muchos otros dones que Dios le regaló, escriben los biógrafos de este excelente sacerdote de origen esloveno.

Monseñor Juan Grilc Resman fue recordado el 13 de agosto, en la parroquia San José de Chacao. Luego de la solicitud de inicio de la causa de beatificación y canonización presentada ante la Arquidiócesis de Caracas el 19 de marzo de 2024, el día 13 de cada mes, realizan misas en memoria del padre Juan Grilc, quien nació en Novo Mesto (Eslovenia) el 20 de febrero de 1926, y falleció en Caracas, el 13 de junio de 1997.

En esta oportunidad, además de la eucaristía, la parroquia y la Alcaldía Chacao organizaron una exposición fotográfica de “Camino a los altares”, con el fin de promover su figura y causa de beatificación y canonización entre los fieles católicos de esta localidad.

El padre Nicola Villano, quien es párroco de la Inmaculada Concepción y San José de El Recreo (Caracas), presidió la misa y habló de los valores de Monseñor Juan Grilc, como persona y sacerdote, de acuerdo a una nota recibida por El Guardián Católico desde la Alcaldía de Chacao.

Explicó que el proceso de canonización inició el pasado 19 de marzo de 2024, tras la solicitud que se realizó ante el cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, arzobispo de Caracas, quien dio el visto bueno para iniciar la causa.

Resaltó que “es un proceso bastante largo que lleva unos pasos a seguir, aunque va bastante adelantado”.

Al hablar de las cualidades del padre Grilc, destacó su humildad, respeto, obediencia, espiritualidad, mucha fe, mucha entrega; sobre todo vemos a una persona que vino de Eslovenia a dar su vida aquí en Venezuela por 27 años como párroco de Chacao.

Comentó que quienes estén interesados en unirse a la causa de canonización del padre Juan Grilc, pueden escribir a la cuenta de Instagram de la parroquia San José de Chacao @sanjosedechacao, con sus datos para que sean contactados. 

Ya tenemos más de 170 personas para los testimonios, que al tenerlos todos serán enviados a Roma para que el Papa declare venerable al padre Juan Grilc, explicó el padre Nicola Villano.

Por su parte, el alcalde de Chacao, Gustavo Duque, quien participó en esta celebración eucarística e inauguración fotográfica en honor a la vida y obra del padre Juan Grilc, señaló:

Chacao es un municipio de fe y como católico me siento muy contento de que el padre Juan Grilc inicie su camino a la Santidad. Desde la Alcaldía de Chacao nos unimos a la causa de su canonización. Además, estamos inaugurando una exposición fotográfica en la iglesia San José de Chacao en su honor y con el apoyo de Cultura Chacao.

¿Cómo puedes participar en la causa Mons. Juan Grilc?


En el portal de la parroquia San José de Chacao, tiene publicadas algunas indicaciones para que aquellas personas interesadas en apoyar esta causa de beatificación y canonización, lo puedan hacer.

En primer lugar, requieren la firma para apoyar se haga “la solicitud para que se abra y estudie su causa”. Igualmente, motivan a compartir algún testimonio que pueden enviar al correo: causapadrejuanchacao@gmail.com, desde donde ofrecen responder “con algunas pautas útiles”. Esto también se puede hacer a través del siguiente FORMULARIO.

¿Quién fue el padre Juan Grilc?

En la búsqueda por conocer quién fue este sacerdote y qué le hace merecedor para que su causa de beatificación y canonización se presente ante el Vaticano, se han consultado algunos escritos de los que se resaltan dos: “Padre Juan Grilc, cultivador de amabilidad”, del presbítero Thomas Chacón, y "Mons. Juan Grilc R.”, publicado en el portal Eslovenos en Venezuela. Ambos son importantes leer para comprender a este santo.

Biografía de Monseñor Juan Grilc

Janes Grilc Resman nació en Novo Mesto (Eslovenia) el 20 de febrero de 1926, sus padres fueron María Resman de Grilc y Luis Grilc. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, siendo un adolescente, decide enfrentar el comunismo enrolándose en el Ejército de Defensores del Hogar (Domobranci) de Eslovenia.

Tras finalizar la guerra en el año de 1945, para no quedar en el área comunista donde era objeto de persecución por sus creencias católicas y vocación sacerdotal, decide cumplir su sueño y cruza la frontera, pasa por Austria trasladándose a Italia, para ingresar en el Seminario de la Abadía de Praglia. 

El día de San José, el 19 de marzo de 1951 se materializa su sueño y es ordenado sacerdote.

Posteriormente, se trasladó a América, para ejercer su ministerio en la Argentina. No obstante, el 25 de marzo de 1958 llega a Venezuela con una amplia recomendación de Mons. Gregorio Rozan, obispo de Buenos Aires, para ejercer su ministerio como capellán de la colonia de emigrantes eslovenos en Venezuela.

Además de su labor como capellán, es enviado como adscrito a la parroquia de San José de Chacao, donde la feligresía lo conoce como “el padre Juan”. Durante los años como vicario en Chacao, fue reconocido por su entrega al servicio de la Iglesia y de las almas, ganándose el cariño de todos.

El 14 de mayo de 1969 toma posesión como párroco de la parroquia de San Cayetano en Horizonte, El Marqués. Al igual que en Chacao, el padre Juan desarrolló su incansable labor parroquial sin dejar de lado la atención a sus paisanos con quienes desarrolló una labor en la que unió tanto la atención espiritual como la material. Junto a sus diversas comunidades estableció obras de diverso carácter, muchas de ellas de atención a necesidades sociales.

El 11 de enero de 1979, es nombrado párroco de San José de Chacao por el Cardenal José Alí Lebrún Moratinos. Desde el inició en esa labor, se entrega por completo a la labor parroquial, sin dejar de lado la atención a sus paisanos tanto en Caracas como en el interior del país (viajaba mensualmente a atenderlos) siendo un hombre de gran espiritualidad y aplomo, unido a una humildad que atraía tanto a adultos como a jóvenes.

El padre Juan, como cariñosamente lo llaman los feligreses, siempre fue cercano a todos. Organizó la parroquia atendiendo a las sus características particulares, como a los requerimientos de los tiempos teniendo presente a todas las personas. Los que le trataron siempre encontraron palabras amables pero firmes, si la ocasión lo ameritaba. Por eso, florecieron diversas agrupaciones y actividades en las que participaban gran cantidad de personas, entre estos muchos jóvenes.

Durante su ministerio en la parroquia de San José de Chacao, el padre Juan motivó, impulsó y apoyó la participación de la comunidad parroquial en diversas actividades de orden social y misionero. Desde asociaciones dedicadas a la ayuda de los pobres, hasta las que tenían como fin el apoyo misionero y parroquial a diversas comunidades con grandes extensiones de territorio y caseríos, además de muchas necesidades económicas y espirituales.

Todas estas actividades parroquiales se realizaron sin descuidar el ministerio con sus paisanos, estando a disposición de quien lo necesitara en todo momento, incluso después de sus desapariciones físicas, mantenía con flores sus sepulturas.

El padre Juan es nombrado Monseñor y Capellán de Su Santidad Juan Pablo II en 1995. No obstante el nombramiento, siguió siendo el “padre Juan” para los feligreses quienes le tenían gran cariño y nunca vieron algún interés de su parte por él mismo.

A pesar de las diversas circunstancias, el padre Juan siempre mantuvo su carácter afable y cariñoso. En diversas ocasiones, en que se presentaron dificultades, nunca dejó su espiritualidad y disciplina personal. Incluso, por muchos años, presentó una afección que le consumía una de sus orejas. Años después se determinó que era una forma de cáncer de piel y tras la operación quedó sin grandes partes del pabellón de la misma extirpados hasta su muerte. Sin embargo, lo tomó con la tranquilidad y naturalidad que lo caracterizaban.

El padre Juan muere repentinamente el 13 de junio de 1997 tras una exploración cardíaca de emergencia. La noticia de su muerte desencadenó muestras de dolor en todos los que lo conocían. Las lágrimas de sus feligreses y amigos se han transformado en un recuerdo permanente de aquél que fuera pastor para todos sin importar su procedencia, raza o color de piel.

Como toda causa de santidad en su fase inicial o diocesana, se conformarán unas comisiones para recoger detalles de su vida y obra, así como los testimonios que avalen sus cualidades y virtudes humanas y cristianas que serán presentadas al Vaticano para continuar el proceso.


 

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