“Los Olvidados”: Los biógrafos del Beato José Gregorio Hernández Cisneros


Alfredo Gómez recopila algunos biógrafos del beato José Gregorio reconociendo sus  investigaciones, al permitir que el “Médico de los pobres” llegara a nuestros tiempos con toda la originalidad de su vida, anécdotas y hasta sus Fotos Verdaderas 

Alfredo Gómez Bolívar
Caracas, 5 de enero de 2022

LOS OLVIDADOS

La lista es bastante larga, pero para este trabajo tomaremos tan solo los primeros en forma cronológica. Quien ocupa el primer lugar, por ser el primer biógrafo, además de ser muy apreciado amigo personal de José Gregorio, es: el educador y académico Dr. José Manuel Núñez Ponte (Caracas, 5 de mayo de 1870 - Caracas, 16 de junio de 1965).

Su obra lleva por título: “Estudio Crítico Biográfico del Dr. José Gregorio Hernández”, publicada en 1924 a cinco años de haber ocurrido el fallecimiento del Dr. Hernández, el 29 de junio de 1919.

El Dr. Núñez Ponte estudió en el Colegio Sucre de Caracas luego cursó derecho primero, en la Universidad Central de Venezuela y luego en la Universidad de Carabobo, donde los culminó y recibió los doctorados de Ciencias Eclesiásticas (1896) y Ciencias Políticas (1897). Ejerció la carrera de abogado en Valencia, posteriormente se mudó a Caracas, donde entró de lleno al ejercicio de la docencia. Fue profesor en varios colegios caraqueños, el San Vicente de Paúl, Católico Alemán y el propio colegio Sucre, del cual fue director entre 1900 a 1952.

Los temas predilectos de su pluma fueron la historia, la religión, el lenguaje y la literatura. Destaca el ejemplo de los personajes más importantes de la historia del país y fija la atención en los grandes objetivos nacionales. En su producción literaria, encontramos las biografías de: Rafael María Baralt, Cecilio Acosta, José Antonio Páez y Antonio José de Sucre.

Fue autor de la biografía del arzobispo Mons. Juan Bautista Castro - quien además fuera confesor y amigo personal de nuestro Beato - también ocupó el cargo de director del diario La Religión (1920-1925). Y dirigió la revista Cultura Venezolana de 1935 a 1943.

En su honor fue nombrada una escuela, un liceo y una calle en Caracas, así como un liceo en Mérida. 

Existe un busto del Dr. Núñez Ponte en la Plaza de La Candelaria cuyo autor fue el artista y escultor, Santiago Poletto el cual fue develado en 1973. A pocos metros de donde reposan los restos mortales de nuestro Beato está situado éste busto, creo que nunca imaginaron estos grandes amigos, que los honores y recuerdos que les rinde el pueblo venezolano, estarían ubicados tan cerca, el uno del otro.

En una parte de su libro nos cuenta una de las muchas anécdotas de nuestro Beato:

“…En agosto de 1913 encontrándome en Burdeos de regreso para Venezuela, una tarde fui gratamente sorprendido al ver al doctor Hernández salir de la Gare Saint-Jean, a donde acababa de llegar de París y en su segundo viaje a la Cartuja de Lucca. Lo acompañaba esta vez su hermana muy amada doña Isolina de Carvallo, quién de él iba a separarse en aquel puerto para regresar a América. Mi encuentro fue para Hernández motivo de intensa satisfacción, pues su hermana ya tendría, con mi esposa y conmigo, compañeros de viaje, y no regresaría tan sola como él tanto temía. Jamás olvidaré la escena de la separación, el día siguiente, en la Gare Medoc, desde donde iba a llevarnos el tren hasta Pauillac, al costado del trasatlántico que nos esperaba para conducirnos a la Patria. Hernández no nos dijo adiós, ni a su hermana ni a nosotros; aprovechando quizá el momento que considero más oportuno, se fugó por decirlo así, de en medio de nosotros; y cuando salí al vagón para seguirlo, ya él se hallaba bien distante y con un pie en el estribo del primer coche que encontró a su alcance. Desde allí antes de meterse de un todo en el vehículo y como haciendo un esfuerzo, volvióse para atender a mis insistentes llamadas, y con la diestra me hizo un afectuoso y triste ademán de adiós, que mucho me conmovió. Quiso Hernández evitarle a su amorosa y buena hermana el trance doloroso de tan terrible despedida, que él consideraba tal vez como la última, sin saber que Dios tenía dispuestas las cosas de otro modo” …

El siguiente de esta lista fue su sobrino cuya biografía marcó y fue el origen para iniciar su proceso de canonización. Hablamos de Ernesto Hernández Briceño hijo de su hermano Cesar. Este sobrino realizó su primer libro que lo tituló: “Homenajes al Doctor José Gregorio Hernández” en el año 1945. Este libro tiene un total de 805 páginas, más tarde formó este ejemplar parte del material de apoyo en el Vaticano para el proceso y comienzo de su Causa, que se inició en el año 1949.

En el año 1958 realiza otro libro titulado: “Nuestro tío José Gregorio” el cual es bastante extenso y está formado de dos tomos: el primero de 1.309 páginas y el segundo de 1.212 para un total entre los dos, de 2.521 páginas.

A manera de Prólogo (Homenajes al Doctor José Gregorio Hernández)

…Presentamos a la consideración de propios y extraños, en especial a la familia venezolana, este volumen contentivo de escritos referentes al Doctor José Gregorio Hernández Cisneros, publicados unos en vida de él y otros a partir del 29 de junio de 1919 día de su fallecimiento.

Al realizar esta impresión hemos querido cumplir los deseos de nuestros hermanos Benigno y Alfredo Hernández Briceño (Q.E.P.D.), que con tal fin coleccionaron muchos de esos escritos y fotografías publicados, habiendo  tomado el primero algunas fotografías de la Cartuja de Lucca, en visita que a ese Monasterio hiciera en 1924; luego el deseo de algunos amigos de que se verificara ese trabajo, pues la vida de hombres sobresalientes, como la del que nos ocupa, debe darse a conocer a presentes y futuras generaciones para que le sirva de ejemplo de guía; y por último, que al dejar cumplidos los deseos antes expuestos, tenemos oportunidad de manifestar, una vez más, nuestra gratitud a todas aquellas personas que de un modo u otro han homenajeado a nuestro querido tío, principalmente al doctor Núñez Ponte quien en su ”Ensayo Crítico Biográfico del Dr. José Gregorio  Hernández”, de purísimo corte castellano, describe magistralmente las características principales del biografiado.

Damos gracias a Dios por haber permitido y proporcionado los medios para cumplir este propósito, y le pedimos que en cada venezolano surja un José Gregorio Hernández, para gloria de la patria y el bien de la humanidad.

Ernesto Hernández Briceño
Caracas, Enero de 1945

En tercer lugar de esta lista se encuentra otro sobrino y además médico, hijo de su hermana María Sofía Hernández Cisneros, quien contrae matrimonio con Temístocles Carvallo, este sobrino fue el hijo mayor de este matrimonio y se llamó: José Temístocles Carvallo Hernández (1885-1964). Nos hace referencia el Ing. Marcel Carvallo, sobrino-nieto y biógrafo del Dr. Hernández.  En su libro: “José Gregorio Hernández Un Hombre en busca de Dios”, se lee lo siguiente:

  …María Sofía Hernández Cisneros se casó en Isnotú con Temístocles Carballo Hidalgo, de quién tuvo varios hijos e hijas entre ellos, José Temístocles, Inocente mi padre, René de las Mercedes, Blanca, Margot y Julieta, quienes sobrevivieron al doctor Hernández.

En 1898, José Temístocles e Inocente fueron enviados a estudiar a Caracas, llegando a casa de su tío, José Gregorio, con quién vivieron hasta graduarse de bachiller en 1902 y de médicos como él, en 1909.

De modo que aquella relación de consanguinidad, pasa a ser una de afectividad, por la estrecha relación personal que se estableció entre tío y sobrinos, cuando éstos transitaban el camino crucial, que va de la niñez a la pubertad y de ésta a la edad adulta.

Me gustaría agregar una anécdota del Dr. José Temístocles con su tío José Gregorio en ciudad de México, en el año 1917 y tomada del libro de su sobrino Ernesto Hernández: “Nuestro tío José Gregorio”:

<< José Gregorio en busca de su sobrino >>       

Por resolución del Ministerio de Instrucción Pública de 20 de septiembre de 1909, como hemos visto el recién graduado de Doctor en Medicina José Temístocles Carvallo, hijo de, Temístocles Carvallo y de Sofía Hernández, hermana ésta de José Gregorio fue enviado a Berlín a especializarse en Hematología y Parasitología; donde participó a fines de ese mismo año. Más o menos dos años después abandonó Berlín y tomó rumbo a la ciudad de México, donde se radicó. Allí se encontraba ejerciendo su profesión de médico cuando el 25 de diciembre de 1917, a la caída de la tarde, le informaron en su residencia, que un señor le solicitaba a la puerta. Como estaba obscuro y no distinguía bien a la persona que lo buscaba, después de preguntar varias veces quien era, el solicitante, que sí le había visto bien, le contestó: "¿Cómo no me conoces? El Doctor Carvallo acercándose más, pudo distinguirle y, al reconocerlo le dijo: ¡Pero si es usted tío Gregorio!”.

José Gregorio pasó cuatro días en México, donde fue con el único propósito de sacar al Doctor Temístocles Carvallo del exilio voluntario en que se encontraba y convencerlo que se trasladara a Caracas, donde hacía falta a su Patria y a su familia. El Doctor Carvallo no se vino con José Gregorio, pero quedó comprometido en venirse lo más pronto, tan luego se lo permitiera el arreglo de sus asuntos, produciéndose su regreso a mediados de 1918.

El doctor José Temístocles Carvallo nos describe en su obra: “José Gregorio Hernández su obra Científica y Social en Venezuela”.  Este libro se realiza en 1946 y tiene una segunda edición en el año 1953, con un total de 147 páginas. En una sección de éste libro el Dr. Carvallo nos cuenta, cómo era una consulta de su tío el Dr.  José Gregorio Hernández.

 “…De simpático y distinguido talante, sabía acercarse al lecho del paciente, y en apostura casi humilde, de ordinario con los brazos cruzados sobre el pecho, escuchaba la historia, escudriñando con mirada viva y penetrante cuánto merecía tenerse en cuenta, antes de irse a fondo en el examen, que ejecutaba ordenado, completo, sagaz y rápido.

Le daba a la historia de la enfermedad toda la importancia que merecía; pero económico de tiempo era muy hábil para cohibir en el cliente ciertas verborreas inquietantes que, antes de aclarar el problema, lo complican.  Escribía la fórmula y hacía a las indicaciones, por lo regular de pie, con aire presuroso pero sin olvidar detalles y, daba por terminada la visita.

Cultivador asiduo de la Terapéutica, de la Materia Médica y ciencias complementarias, hizo acopio de grande arsenal para responder a la indicación; de suerte que sus recursos eran inagotables sobre todo en el tratamiento de las enfermedades crónicas y en los incurables; y manejaba los medicamentos llamados heroicos con admirable sangre fría… “Fue el genuino representante de la ciencia venezolana contemporánea”.

Agréguese a todo esto, aquella intuición especial que le distinguía entre los demás profesionales, y por virtud de la cual, adivinaba -más que veía- la accidentada senda del diagnóstico, apreciaba con rapidez y en su conjunto las diferentes fases del problema que demandaba inmediata solución, sorteando con maestría los peligros que oscurecían el pronóstico, y tendremos en línea fundamentales, la silueta de uno de los clínicos más eminentes que han florecidos en nuestro medio.

Gran clínico aplicaba con éxito el doctor José Gregorio Hernández, los métodos y procedimientos que había logrado asimilar y perfeccionar en los centros científicos del viejo mundo, de manera que su perspicacia en el diagnóstico y seguridad para el pronóstico le granjearon la justa celebridad de que gozaba en los vastos dominios de la medicina interna; pues, aun cuando en su juventud se ejercitó con lucimiento en cirugía, practicando quizás por primera vez en Venezuela, la curación radical del pie zambo; y al decir de sus más antiguos discípulos, reveló poco tiempo después de su vuelta de Europa, en los exámenes universitarios, extensos conocimientos teóricos y prácticos de Obstetricia, fue al cultivo de la clínica médica que dedicó más tarde sus desvelos, adquiriendo en una labor incansable de patriotismo y de bien, el halo de apóstol de la caridad.

…Hernández no fue solo un microbiólogo eximio de cuya formación mostrábase orgulloso el gran Mathias Duval, creador de la Embriología en Francia y la más alta personalidad de su época, en la escuela Médica de Paris, sino que su eficiencia como hombre de laboratorio e investigador científico iba complementada por la del individuo de acción social muy amplia que deseaba contribuir con sus grandes facultades y conocimientos a la solución de los múltiples problemas de una colectividad incipiente, en situación precaria y cuya clase directora era incapaz para afrontar las cuestiones que surgían. El, conocía mejor que nadie las lacras y miserias de su pueblo, con las que de años atrás venia rozándose en una diuturna e incansable labor de filantropía…”

El cuarto de esta lista, por su calidad y cantidad de su trabajo es el Dr. Fermín Vélez Boza, él escribió dos libros extraordinarios el primero de ellos lo tituló “José Gregorio Hernández Obras Completas - Compilación y Notas por el Dr. Fermín Vélez Boza” patrocinado por la Universidad Central de Venezuela, OBE de 1968. Y el segundo fue: “José Gregorio Hernández –Maestro” publicado en 1977. El primero tiene un total de 1.277 páginas y el segundo 556.

Leamos un extracto del Prólogo de “Obras Completas”:

…Ejerció la medicina con el más puro sentimiento y desinterés; prueba de ello es que casi a cincuenta años de su muerte el recuerdo de sus acciones no se ha borrado de la memoria de las gentes que él atendió y puede decirse que fue el iniciador de la medicina social entre nosotros.

Su labor científica es la que consideramos aquí y dónde se nos muestra como investigador de la Patología venezolana, cuando casi sin recursos señala entre otros hechos la diferencia entre nuestras cifras hematológicas en urea y eritrocitos con las clásicas conocidas; la presencia e importancia de la Bilharziasis; un nuevo tratamiento de la tuberculosis; la patología de la fiebre amarilla, la pulmonía; la angina de pecho de origen palúdico; el uso de la experimentación y del microscopio, etc. Es indudable que su intensa actividad docente y el ejercicio profesional no permitió que su obra escrita fuera más extensa, pero su calidad es excelente, qué es lo que importa.

“Como persona tanto, en su actuación cívica, familiar como hombre de una formación moral integral, dio muestra ejemplar de adaptar su vida al cumplimiento de su deber y a las más altas normas de la vida cristiana.

Es, pues, su personalidad, la de un ciudadano que moldeó su vida al servicio de Dios, de su familia y su Patria. ¿Qué más puede pedirse a una persona? Su imagen es la del ciudadano ejemplar cuya cultura y formación integral honra a Venezuela…

…Como pocas veces puede un discípulo tratar de conservar la obra de sus maestros creemos que es a la vez un deber y un honor el poder aportar esta modesta contribución al mejor conocimiento de aquellos que nos enseñaron y fueron nuestros guías.

Dr. Fermín Vélez Boza”

De su segunda obra podemos destacar ésta parte:

…Presentar la notable labor docente del Dr. José Gregorio Hernández, en una forma que permita su debida apreciación es muy difícil, ya que se trata de exponer la actuación de uno de los profesores más destacado que ha tenido nuestra Universidad y junto al cual figuran hombres tan eminentes como el sabio maestro Dr. José María Vargas, que lo precedió, y contemporáneo suyos como los doctores Elías Rodríguez, David Lobo, Luis Razetti, Pablo Acosta Ortíz, Francisco Antonio Risquez y tantos otros que el tiempo y el espacio no me permite mencionar.

Otro hecho de gran trascendencia histórica en relación a la Bacteriología es que cuando el Dr. Hernández escribió su trabajo titulado: “Sobre el número de glóbulos Rojos” el cual presentó en 1893 al Primer Congreso Panamericano reunido en Washington Estados Unidos de Norteamérica, en una de las sesiones de este congreso se declaró:

Que la Cátedra de Bacteriología fundada por el Dr. José Gregorio Hernández el año de 1891, era la primera cátedra de Bacteriología fundada en América.

Como se comentó antes la lista de sus biógrafos y articulistas es muy extensa, trataré de nombrar algunos de sus biógrafos con sus obras, en forma cronológica.

Me gustaría compartir con ustedes ésta foto, donde están tres de los biógrafos ya nombrados en este artículo y que la realice en el Palacio de las Academia en 1995 cuando el Ing. Marcel Carvallo Ganteaume presentaba su obra biográfica de su tío abuelo nuestro Beato.

De izquierda a derecha el Dr. Fermín Vélez Boza, el Ing. Marcel Carvallo G. y el Dr. Miguel F. Yáber Pérez.

Para finalizar quisiera dejar una opinión de un gran sacerdote que en el año 2019 se inició su proceso de beatificación, se trata del Padre Cesario Gil Atrio:

José Gregorio, fue un hombre de acción, un hombre de acción seglar. José Gregorio comprendió, tal como lo dice el P. Cesáreo Gil en su libro: “Testimonio, exigencia fundamental”.

El P. Gil, señala lo siguiente: “ante la verdad vivida a plenitud y con satisfacción, no hay inteligencia que se cierre; ante el bien practicado por amor y con amor, no hay voluntad que no se decida; ante la vida feliz y alegre, lo mismo en el fracaso que en el triunfo, lo mismo en el dolor que en el gozo... porque es vida altruista, por Dios y por los hombres, no hay humano que no se entusiasme.

La vida de Hernández fue un testimonio permanente, porque fue un incansable dispensador de la verdad, del bien y de la vida. El escribió: " Debe el hombre desarrollar su inteligencia y acostumbrarla a la verdad, dirigiéndola según la -Ley Moral- evitando rigurosamente la ignorancia, la mentira, la hipocresía y los irrespetos humanos, esforzándose por adquirir la verdadera sabiduría ".

Hernández dejó un testimonio de su devoción a la Virgen, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Guía, en un exvoto, la única placa de plata y la más antigua entre todas las lápidas, colocada en la Santa Capilla de Caracas, que hizo incrustar en el lado Este del arco que está frente al altar de Nuestra Señora de la Guía, y que dice: -GLORIA A MARÍA- / Dr. José G. Hernández 1897. Lamentablemente hoy en día esta placa, se encuentra extraviada.

Alfredo Gómez Bolívar
Enero, 2022



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2 Comentarios

  1. Excelente escrito sobre los biógrafos del Beato José Gregorio Hernández. Felicidades y bendiciones

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  2. Excelente artículo. Gracias al sr. Alfredo Gómez por su dedicación a la promoción de significativos datos sobre nuestro beato.

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