“Un bocado de amor” sigue llenando de alegría a los niños vulnerables de Venezuela

La fundación Divino Niño de Guayana, una organización cercana a la iglesia, sigue empeñada en motivar la esperanza entre los niños que viven al sur del país. La Navidad será un nuevo reto por superar

Ramón Antonio Pérez - Aleteia Venezuela
Publicado 26 de noviembre de 2021

Me quedan muy bien estos zapatos, me gustan y con ellos podré ir a la escuela”, dicen con alegría los niños al recibir los uniformes escolares donados por la fundación Divino Niño de Guayana. Pero las frases más alegres son de las madres de los niños.

Gracias a Dios y a ustedes por esta comida que sí les calmará el hambre a mis hijos. Porque en la casa no tenemos para comer”, dicen al recibir el “Bocado de amor” de la ONG. Tristemente con la crisis y la pandemia en la región, las ayudas han disminuido.

Pastora Coromoto Medina Carrasco, quien lidera esta organización, explicó que la iniciativa nació en el año 2015, compromiso adquirido junto a Andrés Rodríguez y Jorge Gómez, entre otros amigos. 

“Pertenecíamos al Movimiento Ecológico de Ciudad Guayana que laboraba en los sectores San Félix y Puerto Ordaz, estado Bolívar”.

“En medio de nuestras actividades nos dimos cuenta de la gran cantidad de niños, ancianos y mujeres embarazadas que están pasando hambre en los barrios más pobres de nuestras comunidades. Tenemos que ayudarlos, dijimos, y así comenzó todo”.

Desde entonces trabajan incansablemente, pero la crisis humanitaria se acentúa en Venezuela, mientras las ayudas disminuyen. “Ello perjudica mayormente a las personas de escasos recursos, especialmente a los niños a los que atendemos. Con Un bocado de amor buscamos ayudar a estos hermanos, pero no es suficiente”, acotó Medina.

¿Por qué se vieron obligados a disminuir las ayudas?

La activista razona los motivos de su preocupación en conversación con Aleteia. Asegura que anteriormente, en San Ignacio del Cocuy, entregaban insumos alimenticios a las madres para que ellas mismas los prepararan los días lunes, martes, miércoles y jueves.

Entre San Félix, Unare y Cambalache llegamos a atender a unos 300 niños en cada jornada. Con la crisis y la pandemia todo ese bienestar ha disminuido. Los alimentos se han encarecido y las necesidades aumentan”, apuntó Medina.

“Aunque muchos padrinos (instituciones y personas benefactoras) hacen el esfuerzo para que compremos la comida, hemos tenido que disminuir las ayudas. Ahora, en total, estamos atendiendo por cada jornada a 60 niños y 10 adultos mayores en condiciones de vulnerabilidad. Tristemente no podemos llegar a todos”.

Los mueve la fe en Dios y su vínculo con la Iglesia

Resalta su relación con la iglesia. “Desde la fundación Divino Niño de Guayana siempre hemos tratado de trabajar con la Iglesia católica. Mi compromiso con Dios y la Virgen me llevan a asumir esto como un servicio de amor y de fe”, dijo a través de un sonido.

Indicó que entre estos acercamientos están los realizados en el sector “La Batalla” de San Félix, con el centro de capacitación “Monseñor Zabaleta”, dirigido por la religiosa salesiana Sor Marisol. También en el sector Buen Retiro trabajaron junto al padre Carlos Ruiz. Actualmente reciben apoyo de Cáritas San Antonio Monforte de Lemos, España.

No dejó de recordar la colaboración del profesor Alfredo Rivas, director de posgrado de la Universidad Católica Andrés Bello; y de Ninoska de Sardi, entre muchos otros trabajadores sociales, profesionales y voluntarios que valoran la iniciativa de la región.

¿Cómo apoyar a la fundación Divino Niño de Guayana?



Si bien el tema económico es una necesidad permanente, la mayor preocupación de Pastora Medina es la situación de abandono de los niños de la región.

“Me angustia que muchos de estos niños viven prácticamente solos ya que sus madres se fueron a trabajar en las minas o hacia el extranjero, dejándolos con familiares que de igual manera son pobres, ancianos y algunos están enfermos”, dice una y otra vez.

Para poder llevar adelante este proyecto de solidaridad, Pastora se afianza en el corazón de los venezolanos que siempre sacan a relucir lo mejor de sí. Esa solidaridad está “fundamentada en la fe a un Dios amoroso que no quiere que sus hijos sufran”, dijo.

Quienes deseen contactar a Pastora Medina pueden hacerlo al celular: +58 414-8686608. También pueden transferir a la Cuenta Corriente del Banco Mercantil: 0105-0047-8110-4755-6340; RIF: J-411300560, siempre a nombre de Fundación Divino Niño Guayana.

El más reciente mensaje y las gráficas recibidas por Aleteia, motiva el apoyo a los niños del sur de Venezuela:  

“Amor y más amor a nuestros padrinos y madrinas por su inmensa solidaridad. Hoy nuestro bocado de amor: arroz con pollo, plátano frito y jugo de pumalaca. Los niños vienen poco a poco, dependiendo de su horario de clases, pero vienen en busca de su comida muy alegres. Ya es la temporada de Navidad y todos están alegres”.

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