¡HOMILÍA COMPLETA! Monseñor Tulio Ramírez pide el fin de la pandemia a la Virgen de Copacabana de Guarenas

 Durante la fiesta de los 400 años como patrona de Guarenas, el obispo pidió a la Copacabana “que interceda por el fin de esta pandemia, que bendiga cada parroquia y comunidad eclesial de nuestra diócesis Guarenas, Guatire y Barlovento”

Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Guarenas, 24 de noviembre de 2021

Monseñor Tulio Luis Ramírez Padilla, obispo de la Diócesis de Guarenas, pidió a la Virgen de Copacabana “que interceda por el fin de esta pandemia, que bendiga cada parroquia y comunidad eclesial de nuestra diócesis Guarenas, Guatire y Barlovento”.

Lo dijo el domingo 21 de noviembre, durante la misa solemne que presidió en honor a los 400 años de Nuestra Señora de Copacabana como patrona de Guarenas. La ceremonia se cumplió en el santuario dedicado a Nuestra Señora de Copacabana, una talla de 16 centímetros realizada por un indígena de origen boliviano, hace más de cuatrocientos años.

“La presencia de la Santísima Virgen María, bajo esta hermosa advocación ha venido marcando la vida espiritual y la fe de este noble pueblo de Guarenas y que en estos momentos en pandemia, nos permite esperanzarnos y alentarnos pensando siempre que saldremos adelante”, expresó el prelado durante la homilía.

Fue la primera celebración del obispo de Guarenas en honor a la patrona diocesana desde que tomó posesión, el 6 de febrero de 2021. El prelado estuvo acompañado de los presbíteros José Antonio Barrera Ruiz, vicario general de la diócesis; y Waldemar González.

A continuación, la homilía completa de Monseñor Tulio Luis Ramírez Padilla:

HOMILÍA NUESTRA SEÑORA DE COPACABANA

“Mis apreciados presbítero José Antonio Barrera, Párroco de Catedral y Vicario General.

Padre Miguel Márquez, Vicario de Barlovento.

Queridos presbíteros, religiosos, diáconos permanentes, seminaristas, fieles laicos de los diversos movimientos, asociados y no asociados, ministros del altar y todos los que nos sigues por diversos Medios.

Sean todos bienvenidos a esta celebración en honor a nuestra patrona la Virgen de Copacabana, Patrona de nuestra diócesis de Guarenas.

Hoy celebramos esta gran solemnidad que el Señor Rey del Universo permite esta ceremonia estando en pandemia donde pedimos insistentemente la protección maternal de la Madre la Santísima Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora de Copacabana.

Ella acompaña y vigila nuestro pueblo desde hace 400 años. Estar bajo su protección nos hace remontar la historia de los orígenes del Pueblo de Guarenas.

La presencia de la Santísima Virgen María, bajo esta hermosa advocación ha venido marcando la vida espiritual y la fe de este noble pueblo de Guarenas y que en estos momentos en pandemia, nos permite esperanzarnos y alentarnos pensando siempre que saldremos adelante.

Hoy en el Siglo XXI queremos renovar nuestro amor a la Madre que nos protege y bendice desde el cielo que su Hijo, Rey del Universo, nos tiene a todos prometido, un reino de justicia y paz donde todos nos amemos como hermanos.

De acuerdo a los Archivos históricos Eclesiásticos la protección de la Virgen de Copacabana se inició en Santiago de León de Caracas y precisamente en la Iglesia de San Pablo Ermitaño, que se encontraba en el Centro de Caracas y que el dictador Guzmán Blanco, expropió y luego mandó a derrumbar para construir el Teatro Nacional, lugar donde actualmente se encuentra.

Quisiera valorar que jamás, su devoción mermó ni mucho menos se derrumbó ni se extinguió. Nos cuenta la historia que incluso el Arzobispo de Caracas, en aquel entonces en el año 1.580, estando azotada la capital, por terrible epidemia de viruela y la situación de salud de los habitantes estaba fuertemente comprometida, decretó que la Imagen de la Copacabana saliera por las calles principales de la ciudad en una muy concurrida y nutrida procesión hasta llegar a la Iglesia principal de Caracas, hoy Catedral Metropolitana. La procesión se realizó con fervor y sentido penitencial ida y vuelta hasta la Iglesia de San Pablo.

Se conoce también por los archivos eclesiásticos e históricos, que en el año 1607, el Obispo de Venezuela, Fray Antonio de Alcega, debido a una terrible sequía, que desolaba los campos y morían los sembradíos ordenó que se realizara una procesión con la imagen de la Copacabana y según cuentan, se desata un aguacero al poco tiempo, ya casi para entrar en el templo finalizando en recorrido procesional, los devotos tuvieron que acelerar el paso para poder llegar y no mojarse.

Crecía pues la devoción a Nuestra Señora de Copacabana, porque la fe de sus devotos se incrementaba, por los diversos signos milagrosos de intercesión. Que ella posibilitaba para beneficio del pueblo de Dios.

Recoge la historia, que el Obispo Gonzalo de Acuña, continúo propagando LA DEVOCIÓN A LA COPACABANA e el incluso gobernador de Caracas, Francisco de la Hoz Barrio, fue devoto de la Copacabana y convino con el Señor Obispo y el pueblo, que se nombraran abogada de las lluvias y desde ese entonces la sequía desapareció por la intercesión de la Copacabana.

Al fundarse el pueblo de indios, en las afueras de Caracas, hoy Guarenas, el obispo, dispone el traslado de su imagen para que proteja y siga acompañando a sus habitantes.

Al contemplar su pequeña talla de madera de cedro, bañada de dorado, ostentando su corona, reposando en su trono con la media luna bajo sus pies, hoy forma parte de pieza única en la parte superior del altar mayor en lo más alto, mirando con amor al presbiterio desde allí es venerada por sus hijos de Guarenas, que manifiestan su exquisito amor y ternura inigualable. Hoy la podemos contemplar muy cerca de nosotros para alentarnos y animarnos a ser la Iglesia en salida que ella de otrora ha venido acompañado.

Este dato es corroborado históricamente por el obispo viajero y misionero Mariano Martí, quien realizó la visita pastoral en todas las parroquias de Venezuela, dejando recogido lo siguiente: “el 26 de marzo de 1640, dejo asentado lo siguiente que la Imagen de Nuestra Señora de Copacabana, venerada en Guarenas es muy semejante a la de la Iglesia San Pablo Ermitaño de Caracas, talla de madera, de 16 cms. De alto, se aprecia de pie, sin el Niño, con las manos cruzadas a la altura del pecho, descansando sobre un copón de media luna horizontal y rodeada por un limbo que le otorga gran esplendor”.

Hoy aquí desde su templo, Santa Iglesia Catedral, continúa bendiciendo y acompañando a sus hijas e hijos muy amados, pues queremos dejar constancia del infinito amor que años tras años, los habitantes de esta tierra de gracia han manifestado a su amada patrona.

Con inmensa piedad y devoción como otrora aquellos hermanos antecesores obispos, sacerdotes y fieles invocaron a la Madre de Copacabana, así también hoy deseo de corazón, decirle a ella, junto con mi presbiterio, los que pudieron venir y los que están desde sus parroquias siguiendo esta transmisión: que interceda por el fin de esta pandemia, que bendiga cada parroquia y comunidad eclesial de nuestra diócesis Guarenas, Guatire y Barlovento.

Despedida

Que ella interceda en el corazón de los niños, jóvenes y menos jóvenes y los que han sido llamados por Dios con un especifico contenido de llamado vocacional o laical puedan responder con acierto y prontitud.

Coloco ante sus ojos que todo lo ve, el proyecto de nuestra diócesis, específicamente la línea transversal es la pastoral vocacional y juvenil, en la que como nos repetía el Señor Cardenal Jorge Urosa Savino, nos estamos jugando el futuro de nuestra diócesis de Guarenas, sabiendo porque así lo hemos contactado y verificado, es el reto mas necesario de esta diócesis en salida, de discípulos misioneros, que desea seguir siendo fraterna y sinodal.   

Madre siempre amada, madre del Rey amado, interceda por nosotros hasta el final. Que viva la Copacabana, que viva Guarenas, Guatire y Barlovento”.


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