Monseñor Curiel toma posesión de la Diócesis de Carora: “Sueño con una iglesia para los pobres”


El nuevo Obispo de Carora, expuso que viene enviado “por ese Dios de la vida para anunciar la Buena Nueva del Evangelio”. Monseñor Curiel, quien antes de ser religioso escolapio fue médico de profesión, pidió la sabiduría de la Virgen María y de San José

Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
@CEVmedios // Santuario Ntra Sra Chiquinquirá de Aregue
Carora, 24 de mayo 2021

"La comunidad Juan de Salamanca le da la bienvenida a su tierra natal", decía una de las pancartas con que monseñor Carlos Enrique Curiel Herrera, se encontró el sábado 22 de mayo, cuando ingresaba al municipio Torres del Estado Lara.

Desde un sencillo escarabajo (Wolswagen) color naranja saludaba a sus paisanos larenses y caroreños que salieron a la vía para recibirlo. Iba acompañado del padre Ernesto Camacho, y su destino era la parroquia “Nuestra Señora de Chiquinquirá de Aregue”, en Carora, estado Lara. 



Gracias Monseñor Obispo por la bendición tan hermosa que le dio a mi Hijo Aaron David”, escribió más tarde la señora Arelys Mendoza en el perfil de Facebook del Santuario Nuestra Señora de Chiquinquirá de Aregue. 

En esta fecha tomó posesión como IV obispo de la Diócesis de Carora. Monseñor Ubaldo Ramón Santana Sequera, hasta esa fecha administrador apostólico, le entregó el báculo y cedió el trono que simboliza su autoridad eclesial. 


Le acompañaron en el inicio de esta tarea el nuncio apostólico Aldo Giordano, y un grupo de obispos venezolanos, quienes lo saludaron efusivamente, mostrándoles su hermandad y comunión eclesial.

Igualmente una representación del clero provincial, religiosa, religiosos, seminaristas y movimientos de apostolado seglar le dieron la bienvenida. “Hasta hace poco tiempo”, monseñor Curiel Herrera, “era obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Cochabamba, en Bolivia”, refiere la nota publicada en el portal de la Conferencia Episcopal Venezolana.

Carlos Enrique Curiel Herrera, nació en Carora, el 4 de julio de 1960. De 1978 a 1985 estudió medicina y cirugía en la Universidad de Los Andes en Mérida, con un postgrado en anestesiología, y ejerció por algunos años la profesión médica, publicó recientemente Aleteia, al conocerse su nombramiento. En su tierra natal trabajó como médico.

Corora tierra de hombres santos

Monseñor Santana dirigió unas palabras de bienvenida. “Es un acto histórico de gran significado y trascendencia, la llegada a Carora de un hijo hace honor a su título de tierra levítica”, dijo respecto a lo vivido en la ceremonia. 

“Hace casi 30 años estaba al frente de esta Diócesis monseñor Eduardo Herrera Riera y hoy, un sobrino del primer Obispo, monseñor Carlos Curiel Herrera toma posesión de la misma”, añadió.

Posteriormente, monseñor Aldo Giordano se dirigió a los presentes y a los que seguían la transmisión por las redes sociales y emisoras locales, en nombre del Papa Francisco. “Esta toma de posesión es mi último acto público como Nuncio Apostólico en Venezuela, antes de mi salida del país. La providencia ha querido que fuera después de la beatificación de José Gregorio Hernández”.

Dirigiéndose a monseñor Curiel, expresó: “tú siempre debes recordar que es el amor de Dios que te ha elegido, el Papa siempre dice que hay que elegir en la tierra a las personas que Dios ha pensado en el cielo”.

Luego el secretario de la Nunciatura, monseñor Ignazio Ceffalia leyó las Letras Apostólicas. “Escuchando el consejo para la Congregación para los Obispos, por nuestra Potestad Apostólica te nombramos Obispo de Carora con los derechos y obligaciones de este oficio, según las normas del Derecho Canónico”, expresó en nombre del Papa.

Monseñor Curiel, ya investido como autoridad diocesana, agradeció a Dios y a su amado pueblo de Carora por permitirle vivir este momento. También de manera especial lo hizo con monseñor Santana: “agradezco toda su disposición como Administrador Apostólico, su entrega y servicio”, lo cual generó un fuerte aplauso de los concurrentes.

Al Nuncio Apostólico también agradeció por su entrega y trabajo en Venezuela y por el privilegio de que ésta sea la última Diócesis que le corresponde entregar antes de partir a su nueva misión. Lo mismo hizo a los obispos de Venezuela por su presencia y fraternidad.

Sueño con una iglesia para los pobres

Monseñor Curiel, retoma el Salmo 23, cantado minutos antes: “El Señor es mi pastor nada me falta”. Expone: “vengo enviado a Venezuela por ese Dios de la vida para anunciar la Buena Nueva del Evangelio” pidiendo la sabiduría de María y José. 

“El Señor Jesús, Buen Pastor, me ayude a llevar esta misión que me encomienda, me ayude a buscar las ovejas pérdidas, extraviadas, a sanar las heridas”, acotó.

Dijo que sueña como san José. “Yo quiero soñar en Carora con una Iglesia de los pobres y para los pobres, con una Iglesia Sinodal, de escucha entre nosotros, de acompañamiento, una Iglesia en salida … Dios nos llama y nos envía a consolar… somos servidores con dones diferentes para una misma misión, es Dios quien hace crecer el Reino”.

Monseñor Curiel Herrera toma posesión de la Diócesis de Carora el 22 de mayo 2021 - Fotos Santuario Nuestra Señora de Chiquinquirá de Aregue (10)

Invitó a los caroreños a no tener miedo, a tener confianza, a ser valientes: “Amada Iglesia de Carora, rememos mar adentro, el Señor Jesús nos acompaña en todo momento, no abandona su barca”.

Una vez más, agradeció a Dios por lo significativo de su toma de posesión al darse en el año de la beatificación del Doctor José Gregorio Hernández Cisneros. Por tanto, invitó a todos a ser como el primer beato varón de Venezuela: “preocupado por los más pobres, los más vulnerables y a estar comprometidos con la vida”.

Así mismo mencionó a monseñor Salvador Montes de Oca, hijo de Carora, quien se encuentra camino a los altares, en sus 99 años de ordenación sacerdotal. Recordó que fue un Obispo valiente que levantó su voz contra las injusticias y el abuso a los derechos humanos en medio de momentos difíciles.

De acuerdo con la nota de la CEV, la animación musical estuvo a cargo de la Coral “Virgen de la Chiquinquirá”; mientras un estimado de 30 personas estuvieron a cargo de la bioseguridad del lugar a fin de resguardar y velar por la salud de los asistentes.



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