En medio de la pandemia del Covid-19 que estremece al mundo, el Vaticano aprobó el milagro que llevaría a los altares al “Médico de los pobres”, quien trabajó durante la gripe española, la peste de la que –como ahora- tampoco pudo escapar Venezuela
Abr 28, 2020
La aprobación del presunto milagro que lo elevará a los altares al Doctor José Gregorio Hernández es una decisión anhelada en Venezuela. Llega justo en el momento en que la población se encuentra atrapada entre la falta de comida y precariedad sanitaria en medio de la cuarentena impuesta en prevención del Covid-19, una pandemia que hasta la fecha ha cobrado la vida de al menos 200 mil personas y afectado a casi tres millones en el mundo.
Un contexto nacional, agobiado además, por la gestión de un gobierno que actúa sin respeto a los derechos de las personas y empresas privadas. Pudiera decirse que la situación actual de Venezuela es parecida a los terribles años entre 1918 y 1919, cuando el mundo entero también padeció la llamada gripe española o influenza, que dejó en el país suramericano entonces tenía 2 millones 900 mil habitantes, la escandalosa cifra de 80 mil personas fallecidas. Esto, sin contar que para el año 1920, todavía se registraba casos aislados.
Pero lejos del solo interés religioso, la aprobación del presunto milagro del “Médico de los pobres”, obrado en una niña de origen humilde, cobra una importancia distinta, porque José Gregorio también fue protagonista en la primera línea del servicio a los infectados de entonces. Por tanto, la aprobación del milagro es un bálsamo que alivia las penas y sufrimientos, y nuevamente alienta la esperanza en un país que parecía olvidado de Dios.
Lo dijo claramente el cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo al anunciar mediante un comunicado la aprobación del presunto milagro ocurrido en la niña Yaxuri Solórzano Ortega: “Con inmensa alegría en medio de esta pandemia recibimos buenas noticias”, fue el encabezado del aviso que firmó este lunes 27 de abril.
“La labor cercana de la Iglesia a nivel universal y local sigue presente para darnos la fuerza de la esperanza que transforma la muerte en resurrección”, añadió el purpurado caraqueño.
“Recibimos esta buena nueva como una gracia de lo alto que nos anima a seguir en oración para impetrar que nuestro venerable médico sea elevado a los altares, y a continuar pidiendo por su intercesión la superación de situaciones adversas en la salud física y espiritual como la petición para que pronto cese la pandemia que azota al mundo”, leía parado frente a la tumba del galeno en la Iglesia la Candelaria de Caracas.
Denunció condiciones sanitarias durante la gripe española
Porras aprovechó el contexto para narrar el testimonio del “Médico de los pobres” que, “hace 102 años, en compañía de otros prominentes médicos venezolanos, dieron lo mejor de sí en la atención a los enfermos causados por la epidemia de la gripe española que causó estragos en el mundo entero y también entre nosotros”.
El purpurado expresó que a la “pericia sanitaria” de los galenos de entonces, “se unió la férrea voluntad de servir a los apestados y a denunciar las fallas del sistema sanitario de entonces”.
En efecto, durante la ocurrencia de la gripe española en Venezuela, el mandatario de entonces, Juan Vicente Gómez, como ahora hizo Nicolás Maduro, prohibió todo tipo de reuniones y actos públicos en Venezuela. La decisión, sin embargo, no impide que empleados públicos y privados comiencen a enfermarse y es la confinación en sus hogares la única vía de prevención contra la pandemia. Pero con hambre no hay cuarentena.
Es allí donde la historia recoge la valiente postura del galeno venezolano que hoy se encuentra a solo un paso de ser beatificado. Un mensaje que parece estar cruzando las insondables líneas del tiempo para actualizar su contenido en la Venezuela de estos tiempos.
“Los doctores José Gregorio Hernández y Luis Razetti declaran públicamente que lo que está matando a tanta gente no es la gripe propiamente dicha sino el estado de absoluta pobreza y miseria en que viven la mayoría de los venezolanos, mal alimentados y con escasa o ninguna condiciones de higiene, muchos con padecimientos crónicos de paludismo y tuberculosis”, escribe Luis Heraclio Medina Canelón (2019).
“¡Qué mejor ejemplo para seguir sus huellas e imitar su conducta en medio del Covid-19!”, se escuchó decir al cardenal Porras en el vídeo recibido por Aleteia este 27 de abril.
“Aquí ante sus restos oramos agradecidos y esperanzados para que su fama de santidad e intercesión proclamada en el corazón del pueblo se extienda por el mundo entero como ejemplo heroico de entrega a Dios y al prójimo, una vez que pueda ser declarado beato de la Iglesia. Que todos los hogares y las redes sociales se hagan eco de esta buena nueva con cantos, oraciones y gestos concretos de ayuda a los más vulnerables”, dijo. “Les recuerdo siempre” –añadió Porras- “¡José Gregorio Hernández va por muy buen camino!”.
La Conferencia Episcopal Venezolana también se hizo eco de esta información, publicando en su cuenta de Twitter: “Comisión teológica aprueba por unanimidad el milagro del Venerable Dr. José Gregorio Hernández”. Explicaron que falta únicamente la aprobación del Papa Francisco para la beatificación del Médico de los Pobres. “¡La Iglesia en Venezuela se regocija en el Señor por tan memorable y grata noticia!”, acotó la CEV.
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