El arzobispo
emérito de Caracas saludó que Venezuela sea visitada por el Grupo de Contacto
Internacional, pero pide se incluyan a todos los sectores para que las
soluciones sean apegadas a la realidad
Ramón
Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Caracas, 16 de mayo de 2019
Tiene
diez meses como arzobispo emérito y aunque asegura que ahora no está en el
“candelero” como popularmente se dice en Venezuela a quienes se encuentran de
bajo perfil o fuera del foco mediático, sus palabras siguen teniendo
importancia en la nación suramericana. Se destaca no solo por ser un guía pastoral
y espiritual, también ilumina la dura situación política, social y económica por
la que atraviesan los venezolanos.
Se
trata del cardenal Jorge Urosa Savino, quien vivió momentos muy duros desde que
asumió su servicio apostólico en Caracas. En 2005 fue nombrado arzobispo de
Caracas y en marzo de 2006, el papa Benedicto XVI lo crea cardenal. Su misión
duró hasta julio de 2018 cuando el papa Francisco aceptó su renuncia tras
alcanzar los 75 años de edad. Durante esos años recibió agresiones y ofensas directas
por alertar el torrencial de sufrimientos que llegarían a Venezuela bajo el
socialismo del siglo XXI.
Fueron muy notorias las diferencias con Hugo Chávez y
luego con Nicolás Maduro mientras estuvo al frente de la iglesia caraqueña.
El
7 de diciembre de 2007, el cardenal Jorge Urosa Savino fue agredido verbal y físicamente
por unas veinte personas afectas al gobierno de Hugo Chávez, quienes primero lo
persiguieron al salir de su oficina en el centro de Caracas y luego golpearon
el vehículo en el que se desplazaba. El 27 de febrero de 2008, un grupo de
diputados y “colectivos” irrumpieron en el Palacio Arzobispal
para leer un comunicado en el que determinaron “objetivo revolucionario” a la
Iglesia católica. El 27 de julio de 2010, Urosa fue citado a la Asamblea Nacional de mayoría oficialista,
para que explicara sus críticas hacia el gobierno “comunista”. El 16 de julio
de 2017 fue “secuestrado” junto a la feligresía dentro de la Iglesia El Carmen de Catia, en Caracas,
mientras los colectivos dispararon y asesinaron a una mujer que participaba en
una recolección de firmas en las afuera del templo. Y el 12 de abril de 2017,
al culminar la Misa del Nazareno,
un grupo violento intentó agredirlo dentro de la Basílica Santa Teresa,
enfrentándose feligreses y seguidores de Nicolás Maduro.
Ahora
se nota descansado y su jovialidad no la pierde. Sin embargo, durante
entrevista concedida a este 15 de mayo, el ahora “arzobispo emérito” mostró su preocupación
ante las persecuciones y detenciones que el régimen de Maduro está imponiendo
contra los diputados a la Asamblea Nacional; además, habló de la situación de Venezuela
que cataloga como un “desastre”.
Sobre
el primer aspecto, denunció la detención de los diputados Gilber Caro y Edgar
Zambrano, ocurridas el 26 de abril y el 8 de mayo, respectivamente.
“Yo
le pido a Dios que tanto el diputado Edgar Zambrano como su colega Gilber Caro,
no vayan a correr con la misma suerte del concejal Fernando Albán, y exijo a
las instituciones del Estado Venezolano que esas personas tengan el pleno goce
de sus derechos y sean puestos en libertad de inmediato”, dijo, coincidiendo en
esta fecha con la exigencia de libertad de los parlamentarios que hizo el Episcopado
Venezolano.
- ¿Cuál
es su visión acerca de toda esta crisis que viven los venezolanos?
Esta
situación ya la hemos denunciado en otras oportunidades: lo que se vive en
Venezuela es un desastre desde el punto de vista político, económico y social.
En el aspecto político quiero resaltar el nuevo atropello a la Asamblea
Nacional, algo sumamente grave porque se trata de la única institución
democráticamente electa y que tiene la legitimidad pero ha sido obstaculizada
por el gobierno a través de muchos e ilegales mecanismos para impedir su
funcionamiento. En diversas ocasiones –como el pasado 14 de mayo- se bloqueó el
acceso a la sede de la Asamblea Nacional lo cual es insólito porque al impedir
que el Parlamento sesione en su sede propia, se está bloqueando el derecho del
pueblo venezolano. Además, hay una gran cantidad de diputados –cuyos números
varían a diario- que están siendo violentados en sus derechos porque se les
está allanado su inmunidad parlamentaria ilegalmente.
- Los
diputados Gilber Caro y Edgar Zambrano están desaparecidos luego de ser
detenidos por presuntos funcionarios del Sebin. ¿Qué dice Usted de esto?
Efectivamente,
quería referirme a esa situación porque recuerdo todavía con profundo dolor e
indignación la muerte del concejal Fernando Albán, quien fue detenido por el Servicio
Bolivariano de Inteligencia Nacional, y fue muerto en circunstancias
absolutamente sospechosas en la sede de ese organismo policial donde estaba en
custodia y bajo responsabilidad del Estado. Yo le pido a Dios que tanto el
diputado Edgar Zambrano como su colega Gilber Caro, no vayan a correr con la
misma suerte del concejal Fernando Albán, y exijo a las instituciones del
Estado Venezolano que esas personas tengan el pleno goce de sus derechos y sean
puestos en libertad de inmediato.
- ¿Cardenal
Urosa, a qué se debe esta arremetida del gobierno?
Es
una especie de deseo del gobierno de llevar a término la anulación definitiva
de la Asamblea Nacional. Ellos quieren aniquilar el Parlamento Venezolano lo
cual es totalmente ilegal e inconstitucional; la actuación del gobierno de
Nicolás Maduro es dictatorial y los venezolanos no lo podemos aceptar. Todo
esto configura el desastre político, pero también hay un desastre económico y
social porque la situación de los venezolanos debido el mal manejo por parte
del gobierno es cada vez peor. La inflación es muy alta, más de un millón por
ciento anual. Eso significa que los venezolanos, especialmente los más pobres
no tienen con qué comer, cómo vestirse o cómo pagar sus medicamentos. Es algo
realmente grave y deplorable. Por eso, los obispos venezolanos lo hemos
denunciado y le hemos exigido al gobierno que es hora de hacerse a un lado para
que haya unas nuevas elecciones, que se instale un gobierno de transición y
termine la actual tragedia que está sufriendo la población venezolana.
- La
próxima semana posiblemente visitará a Venezuela el Grupo de Contacto integrado
por países de la Unión Europea y otras regiones. ¿En qué pudiera ayudar esto a
los venezolanos?
Yo
saludo la visita a Venezuela del Grupo de Contacto de la Unión Europea porque
ellos quieren ayudarnos a resolver este problema. Es importante que visiten a
Venezuela y se den cuenta de la gravedad de la situación que se está viviendo,
porque una cosa es leerlo en París, Roma o Madrid, y otra cosa constatarlo acá
en Venezuela, y hablar con personas de los diversos sectores. Por lo tanto, es
necesario que ellos perciban directamente nuestra situación para que sus
propuestas sean entonces realistas. Porque se trata de resolver una tragedia
que está viviendo la población venezolana, y en esa línea debería ser la visita
del Grupo de Contacto.
- ¿Implicaría
que Maduro se aparte de las posibles conversaciones con los demás sectores para
que el trabajo de este Grupo de Contacto sea positivo?
Desconozco
los términos de las posibles conversaciones y negociaciones que,
necesariamente, se tienen que generar a raíz de la visita del Grupo de Contacto.
Evidentemente, Nicolás Maduro y quienes ocupan el poder de facto, es necesario
que sean parte de estas negociaciones pero al mismo tiempo deben tener una
actitud para la búsqueda de soluciones. Que se den cuenta que este régimen no
puede con Venezuela, que han arruinado al país y nos han sometido a situaciones
nunca vistas.
- ¿La
Iglesia ha sido invitada a participar de estos encuentros?
Hasta
ahora no tengo información de que algún miembro de la Conferencia Episcopal
Venezolana haya sido convocado a participar de estos encuentros con el Grupo de
Contacto. Pero el señor Nuncio Apostólico, por su condición de Embajador del Papa
en Venezuela, por ser el decano del Cuerpo Diplomático, y por sus propias
características al ser un hombre con gran capacidad de apertura para el diálogo
y las negociaciones, además de su deseo de ayudar a Venezuela, sí esté
dispuesto a participar.
Por
otra parte, quiero enfatizar en este aspecto el interés del Papa Francisco en
resolver el gravísimo problema humano que se está presentando en Venezuela. Por
supuesto que el Vaticano ha sido muy claro, a través del cardenal Pietro
Parolín, en exigir unas condiciones precisas para el desarrollo de un diálogo,
como han sido: la celebración de elecciones limpias, la ayuda humanitaria, el reconocimiento y respeto de las facultades
de la Asamblea Nacional y la liberación de los presos políticos. Pero esas
condiciones no han sido cumplidas por el gobierno, más bien, hoy la situación
está mucho más grave que hace dos años y medio, cuando el Cardenal Parolin las
estableció.
- ¿De
no concretarse algo favorable a la población qué pudiera ocurrir? ¿Se
frustraría nuevamente a los venezolanos como ha ocurrido anteriormente?
Esta
iniciativa no debe fracasar, pero para ello debe ser concebida en términos
realistas, es decir, que las propuestas sean para solucionar los problemas que
está sufriendo Venezuela. Los venezolanos debemos tener cierta esperanza porque
la situación es tan mala y la condición actual de Venezuela de ser una ficha en
el juego de la geopolítica internacional es tan grave, que esas dos variables
van a indicar que los países involucrados con nosotros, a saber, Estados
Unidos, Rusia, China, Colombia y Brasil, harán sentir al gobierno de Maduro que
ya no puede más y se tiene que retirar. Intuyo que van a ser los países amigos
de Venezuela quienes convencerán al gobierno que tiene que hacerse a un lado,
porque simple y llanamente, ya no puede más y lo que está haciendo es causar un
terrible daño a la geopolítica mundial.
- ¿Cardenal
Urosa, la Iglesia habla de esperanza, pero cómo concretarla para que se pueda
alcanzar en Venezuela?
Quiero
recordar la actuación que ha tenido la Iglesia venezolana: el episcopado, los
sacerdotes, los religiosos y las religiosas, los laicos comprometidos y la
feligresía en general en los últimos años en Venezuela. Ha sido un trabajo
duro, valiente, en defensa del pueblo venezolano; de denuncia ante las graves
fallas del gobierno. Hemos trabajado desde la Iglesia con la mayor buena
voluntad, no sólo a través de nuestros documentos sino con iniciativas de tipo
social. Cáritas de Venezuela ha hecho una labor maravillosa desde hace mucho
tiempo, pero también estamos en permanente anuncio del amor de Dios, hablando
de la posibilidad de un mundo mejor y llevando adelante nuestro trabajo
pastoral con gran cantidad de iniciativas en todo el país. Todo esto le brinda
esperanzas a la población y una sólida ilusión de ir adelante a pesar de las dificultades.
Eso también es motivo de alegría porque estamos anunciándoles a los venezolanos
que Dios está con nosotros.
- ¿Cardenal
Urosa, eso significa que la iglesia a pesar de los ataques sufridos no se hará
de la vista gorda ante la realidad que se vive en el país?
Todo
lo contrario, esos ataques hacen que nosotros actuemos con mayor intensidad,
porque nos damos cuenta que vamos bien, y resiente a quienes les están haciendo
daño al país. Un ejemplo de esto fue el ataque que recibí en el año 2017 en la
Iglesia Santa Teresa de Caracas. Eso me dio mucha fuerza espiritual porque vi
que algunos grupos violentos allegados al gobierno, estaban agrediendo a
quienes solo pedían la paz y el respeto a la vida en Venezuela. El país venía
de sufrir justamente el 12 de abril de ese año, la pérdida de varios jóvenes
venezolanos que fueron asesinados por la represión del gobierno nacional a
través de las fuerzas del Estado y los
grupos civiles armados, violentos e ilegales. Más recientemente está el ejemplo
de lo que ocurrió en la iglesia de Fátima en el estado Táchira, cuyos tristes
episodios le han dado fuerza a monseñor Mario Moronta, entre otros muchos
ejemplos. Pues bien, a pesar de los ataques, nosotros seguimos adelante, compenetrados
con nuestro pueblo, y sencillamente le pedimos a Dios, que nos ayude a
solucionar estos problemas de manera pacífica.
Como
conclusión me gustaría subrayar que en este momento es imperativa la necesidad
de que los venezolanos os mantengamos activos defendiendo nuestros propios
derechos y los de los demás. En primer lugar, me parece que es una necesidad y
un deber defender la Asamblea Nacional, exigir la libertad d los diputados que
ha sido detenidos y de aquellos cuyos paraderos se desconocen. Igualmente,
debemos defender a los periodistas y a los medios de comunicación cada vez más
atacados y disminuidos en su libertad para informar. También debemos mantener
una actitud de oración y sacar de nuestro corazón el rencor y el odio. De
manera que debemos activarnos y movernos fundamentalmente en el amor, pero
luchando por nuestros derechos y los de los demás.
0 Comentarios
Comentarios de Nuestros Visitantes
Agradecemos sus comentarios, siempre en favor de nuestra Fe Cristiana Católica y de manera positiva. Si considera válido su comentario para ser publicado, se agradece no usar una cuenta anónima o desconocida.