Wilfredo Corniel, “el cura del selfie” que alimenta la esperanza en Venezuela


Conozca al sacerdote dehoniano que sensibilizado ante los problemas de Venezuela, acompaña a la gente en las protestas sociales y entrega comida a quienes hurgaban entre la basura para comer

Ramón Antonio Pérez/Aleteia Venezuela

 Nov 06, 2018

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Cuando conoces a Wilfredo Corniel Castellanos, te impresiona estar en la presencia de un hombre convencido en su decisión de seguir a Jesucristo porque implica asumir riesgos y compromisos de solidaridad con los más necesitados, y practicar las obras de misericordia en medio de la crisis que se vive en Venezuela, especialmente en aquello de dar de comer a los hambrientos, visitar a los presos y consolar a los afligidos.
Wilfredo es de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús, una congregación fundada por el religioso francés Juan León Dehón en 1884, y que llegó a Venezuela en 1953. Allí ingresó en 1997 cuando después de un encuentro vocacional que le permitió plantearse ese estilo de vida, se preguntó: “¿Por qué no?”.
Desde hace dos años es el párroco de la iglesia “San Miguel Arcángel” de Caracas, en pleno corazón del barrio “El Cementerio”, con unos 100.000 habitantes distribuidos en varios sectores pobres. “Mi parroquia apenas tiene tres cuadras planas, el resto son cerros y viviendas humildes donde hay gente muy buena y muy necesitada”, dijo a Aleteia durante la entrega de las ‘Ollas solidarias’ en El Cementerio.

El cura de la solidaridad y del selfie

Wilfredo se hizo popular por asistir a las protestas registradas en Caracas, especialmente a las que dejaron decenas de fallecidos en 2017, por parte del Gobierno de Nicolás Maduro. 
Acudía con un sombrero y su atuendo de sacerdote; portaba además una bandera nacional y diversos letreros. “Bienaventurados los que trabajan por la justicia y la paz” y “Protestar no es un delito, matar sí”, eran algunos de ellos.
Se le vio rezando y auxiliando a los manifestantes agredidos por las fuerzas públicas; cargando a los heridos y asfixiados durante esas protestas. Con frecuencia acompaña a los ancianos, empleados públicos; a los niños con cáncer del hospital “J. M. de los Ríos” y a otros pacientes crónicos en sus exigencias ante el gobierno socialista.
La madre de Lorent Saleh, señora Yamile Saleh, recibió su solidaridad, apoyo moral y acompañamiento hasta lograr la libertad del joven ex preso político, ahora exilado en España. “Estando en nuestra residencia la llegó a llamar el Nuncio apostólico para hablar con ella y darle esperanzas”, expresó Corniel. Y con el fallecido concejal Fernando Albán, compartió momentos en la entrega de alimentos en su parroquia.
“Estas acciones de caridad me han ganado el mote de ‘cura guarimbero’ por parte de Diosdado Cabello que así me mencionó en su programa televisivo”, dijo con cierta ironía hacia el segundo hombre más fuerte del gobierno en Venezuela. “Sin embargo, lo nuestro como sacerdotes es la solidaridad y el compromiso con los más necesitados”, expuso el dehoniano nacido en San Carlos (Cojedes), el 16 de julio de 1975. En su perfil de Facebook tiene publicadas fotografías al estilo selfies en diversas actividades.

Comida a los más necesitados

Desde el primer viernes de Cuaresma de 2016, Wilfredo Corniel, junto a los jóvenes y adultos de San Miguel Arcángel comenzaron el proyecto de Cáritas de Venezuela: las Ollas comunitarias para mitigar el hambre consecuencia de la crisis humanitaria en el país. 
“La primera vez que salimos a la calle se entregaron sesenta comidas. Las entregamos todas”, comentó. “El número iba creciendo y para la cuarta semana más de cien personas nos esperaban en la entrada de la parroquia para recibir los alimentos”.
Relató que un día, en horas de la tarde, de una carnicería de la zona sacaron los restos de huesos pelados hacia el área de la basura. “Allí estaban un hombre y un perro disputándose el control de los huesos desechados. Se miraban uno al otro como diciendo: ‘¡este hueso es mío!’ Desde entonces asumí con más rigor este compromiso”.
Motivó a la feligresía a que transformaran su ayuno en apoyo a una persona con hambre. “Interceptábamos a la gente que iba a hurgar en la basura y les entregamos una comida digna” dijo Corniel. Luego se pasó a otra etapa cuando cien o más personas necesitadas acudían a la parroquia: creó la fundación Hazlo posible con la cual realizan otras actividades sociales como peluquería y atención médica.
“Comencé a formar un equipo de mujeres, madres, abuelas que me donaban comida hecha, o los insumos, y otras que se encargaban de prepararlos porque no tengo un comedor industrial; otros lo repartían y atendían”. Con profesionales del área se elaboró un proyecto para observar a los niños desnutridos. “Ahora entregamos un promedio de 350 comidas a niños y adultos: los miércoles y viernes comen unos doscientos cincuenta niños; y los viernes alimentamos a unas cien adultos en situación de calle”.



CONVENIOS. Finalmente, comentó que a través de un convenio con la fundación Caracas mi Convive y su proyecto Alimenta la solidaridad, alimentan cien niños de un colegio en la zona interna del barrio. “Son cien niños que reciben comida diariamente al salir de clases. Así no tendrían necesidad de bajar a la parroquia. Igualmente estamos proyectando la creación de un nuevo comedor en otro de los barrios de la parroquia. Es la solidaridad que los sacerdotes y religiosos debemos mostrar en este momento”.




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