Orden Libanesa Maronita celebra Solemnidad de San Charbel en Caracas



La iglesia católica de rito oriental celebra el tercer domingo de julio la fiesta oficial de San Charbel a nivel internacional, según el perfil de la  Orden Libanesa Maronita de Venezuela

Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Caracas, 16 de JULIO de 2016

Monseñor Aldo Giordano, nuncio apostólico de Su Santidad en Venezuela, presidirá este domingo 17 de julio, una misa con motivo de la solemnidad de San Charbel, patrono del Líbano, la cual se efectuará a las 12:30 pm, en el templo maronita que lleva el nombre de este santo, en el sector Quebrada Hondo de esta ciudad.

La invitación ha sido realizada por monseñor Abad Agustín Saab, superior de la misión de la Orden Maronita en Venezuela, siendo dirigida a toda su feligresía así como a fieles de otras iglesias que quieran conocer la riqueza del rito oriental.

No se descarta que a la celebración asista el arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa Savino, y otros representantes de las Iglesias Históricas, en demostración de la hermandad y unidad entre los cristianos.

San Charbel nació en Biqaakafra, al norte de Líbano, el 8 de mayo de 1828, recibiendo el sacramento del bautizo el 16 de ese mismo mes y año.

Entre 1851 y 1853 realizó su noviciado, profesando sus tres votos religiosos el 1 de noviembre de 1853. Luego estudió Teología en el Monasterio de Kfifán, siendo ordenado sacerdote el 23 de julio de 1859.

Durante 16 años vivió en el Monasterio de Annaya durante 16 años, y a partir del 15 de febrero de 1875, abrazó la vida eremítica, y viviendo los últimos 23 años en una ermita cercana a ese lugar.

Falleció el 24 de diciembre de 1898, y fue sepultado en el monasterio de Annaya. El Papa Pablo VI lo declaró Beato el 5 de diciembre de 1965; y el 9 de octubre de 1977, lo proclamó santo.

Un santo de cuerpo incorrupto


“San Charbel Makhluf ha dejado atónitos a los sabios”, - revela un portal argentino dedicado al Santo -, “porque de su cuerpo incorrupto salió líquido sanguinolento que era inexplicable desde todo punto de vista científico”.

Si su cuerpo vivo tenía cinco litros de sangre y, después de muerto, exudaba un mínimo de un litro de líquido por año, lo que darían 67 litros en 67 años, ¿de dónde salía ese líquido misterioso con el que se producían milagros maravillosos?

Después de muerto parecía un santo vivo, pues ni se le caía el pelo ni las uñas y su cuerpo mantenía su flexibilidad natural.

Fue un hombre dado continuamente a la oración ante el Santísimo Sacramento. Vivía intensamente la misa de cada día y llevaba una vida de continua penitencia, trabajando en los campos del convento en silencio para ganarse el pan. Su vida fue: oración, penitencia y trabajo.

Después de muerto, miles y miles de devotos llegan a visitar su tumba, donde Dios sigue haciendo milagros.

San Charbel es un santo popular en el Líbano, pero es un santo de todos y para todos, “pues es nuestro hermano que nos espera en el cielo y cuya vida nos estimula a vivir en la tierra de cara a la eternidad”.



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