La vida es una luz en la tierra que Dios
en su misericordia y bondad decide cuando dárnosla y bajo que fundamento nos
envía a este mundo a cumplir una misión, está de parte de cada uno de nosotros
buscar las herramientas necesarias afianzados en la fe de Cristo, de cómo
desarrollarla sin perjudicar a quien nos encontremos en el camino, pero que
difícil se vuelve este regalo celestial cuando es destruido por el mismo hombre
y por alegatos injustificados, no hay vertiente que nos dirija a un motivo
certero de la razón que conlleva a esta decisión en el hombre, ayer con
nuestros antepasados, hoy con nuestra presencia y mañana con nuestros hermanos
Dios nos ruega para que nos amemos los unos a los otros como él nos ama, y a
pesar de que él murió de la manera más violenta y ensañada por nosotros para
salvarnos, este sacrificio no debió ni debe ser signo para que decidamos quitar
la vida a otro ser, ya que solo Dios es dueño, solo él tiene el poder y la
gracia de vivificar nuestro acontecer terrenal, antes bien debe ser un
significativo recordatorio para demostrarnos el inmenso sentimiento de común
unión que nos debemos tener los unos por los otros. Gressi Quintana.
Hoy nos sentimos conmovidos una vez más por los
hechos que acontecen en nuestro mundo, expresamos una especial sensibilidad por
el crimen cometido a estas nuestras hermanas Hijas de la Caridad, Madre Teresa
de Calcuta, siervas de Dios, ejemplo claro para el mundo de solidaridad,
coraje, amor al prójimo, compromiso, entrega, que ha sido apagado por unos
cuantos que han creído que el poder para acabar con las esperanzas, la lucha,
la responsabilidad y la caridad les fue otorgado, pedimos a nuestro padre
misericordioso que eleve sus almas mártires al cielo y les conceda un descanso
eterno, que su luz bondadosa que llega a todos les permita brillar en su
espíritu, y pedimos también por la conversión de cada una de las personas que
han cometido este acto tan pobre de espíritu y humanidad, para que nuestro
Señor de la paz, la vida, el perdón anide en sus corazones y les transforme de
hoy en adelante, para siempre.
Queremos hacer llegar nuestras más sentidas
condolencias a cada uno de los miembros de las familias de nuestras recordadas
hermanas (especialmente las que hacen vida en Ciudad Guayana), para que Dios
les guíe, les consuele, les fortalezca y les ayude a comprender este difícil
proceso del paso de la vida a la muerte que representa para el ser humano, para
que el Espíritu Santo se aloje en sus corazones y les permita perdonar a los
responsables de este triste hecho, a nuestra congregación de hermanas, hacemos
extensivo nuestro dolor por tan lamentable pérdida.
Igualmente quiero mencionar la terrible noticia de
la muerte de un grupo de Mineros, hecho acaecido en la Ciudad de Tumeremo, del
municipio Sifontes del Estado Bolívar. Se tiene que investigar hasta las
últimas consecuencias y que no quede impune tal crimen. “(La supuesta masacre y
desaparición de un grupo de mineros de dicho municipio).” Nos hacemos
solidarios con los Familiares de las víctimas y exigimos celeridad en la
investigación y esclarecimiento de los hechos…
Ahora bien. ¿Qué podemos hacer nosotros? Podemos abrir (en este año de
la Misericordia), nuestros corazones y los ojos para ver el cielo. Podemos
saber que somos hijos de un amoroso Padre Celestial. Podemos saber que no
estamos solos. Podemos ser más pacientes. Podemos ser más indulgentes. Recordando
que Dios nos suplica cada día que debemos amarnos como hermanos, como hijos de
un padre misericordioso. Que podemos ser las ventanas de los cielos mientras
servimos unos a otros. Al hacerlo, sentiremos el amor eterno de nuestro
Salvador.
Que la Bendición de
Dios y la protección de la Santísima Virgen María nos acompañen Siempre. Amén.
Padre
José Gregorio Salazar Monroy.
Párroco Iglesia Sagrada Familia Unare II.
Coordinador de la Zona Pastoral Benedicto XVI
Asesor de Medios de Comunicación Diócesis de
Ciudad Guayana.
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