Además la defensa de la familia, el Arzobispo
de Caracas pidió rechazar “toda violencia: la causada por motivos políticos, la
violencia de la delincuencia, y la violencia social, contra las personas, los niños,
y la mujer”
Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic
“La familia está llamada a ser monógama, unida, estable y permanente. El mayor tesoro humano que una persona puede tener es una buena familia: completa, con papá y mamá, estable, amorosa; donde haya respeto, consideración, tolerancia, amor y fidelidad. Así es la familia cristiana, según el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazareth”.
De esta manera
se expresó el cardenal Jorge Urosa Savino, durante la celebración del Día Nacional
de Oración convocado por la Renovación Carismática Católica de Venezuela, este
27 de junio en el estadio de béisbol de la UCV, en Caracas, y ante cerca de
diez mil personas pidió tres compromisos, el primero, “el amor a la familia”.
ASISTENTES:- Durante la
actividad estuvieron presentes los monseñores: Ramón José Aponte Fernández,
obispo de Valle de la Pascua; José Manuel Romero Barrios, obispo auxiliar de
Barcelona y asesor de la RCC; Fernando Castro Aguayo y Jesús González de
Zárate, auxiliares de Caracas, y más de cuarenta sacerdotes de todo el país.
El cardenal
Urosa ratificó así, la importancia del matrimonio como uno de los temas
fundamentales que serán estudiados del 4 al 27 de octubre, en el Sínodo
Extraordinario de la Familia convocado por el papa Francisco en Roma. “Por
supuesto –indicó el Arzobispo de Caracas -la familia debe santificarse y
fortalecerse, consagrarse a Dios y mutuamente entre los padres de familia, por
el sacramento del matrimonio”.
Explicó que “el
matrimonio eclesiástico es un don de Dios, por el cual la pareja conyugal,
santificada por Él, se hace imagen del amor entre Cristo y la Iglesia … recibe
la ayuda especial,-la gracia de Dios, la fuerza-, para amarse intensamente;
para ser fieles, tolerantes, y estar unidos hasta que la muerte los separe”.
Urosa cuestionó
a los grupos financieros contrarios a la doctrina familiar cristiana y que atacan
directamente a la Iglesia católica. “Este tipo de matrimonio y familia es
rechazado por la época moderna”, sin embargo, “no hay otra forma de tener una
familia sana, feliz, estable, unida, responsable y santa”.
Fue más
categórico todavía: “Por eso son malos la unión libre, el concubinato, el
divorcio, en fin, esas deformaciones de la familia. Y por eso es importante
ayudar a los jóvenes a prepararse bien para constituir su familia, a vivir una
vida de fe, a santificar su unión por el sacramento del matrimonio”.
Sobre el Sínodo
de Familia agregó que asistirá junto al presidente de la Conferencia Episcopal
Venezolana, Monseñor Diego Padrón Sánchez, para reflexionar junto a los obispos
del mundo entero en torno a “las formas de promover la pastoral familiar,
el matrimonio, y la santidad, la fidelidad, la seguridad social de las familias”.
Indicó que
también buscarán los mecanismos para “animar y ayudar a las familias o parejas
en situación irregular, que no estén santificadas por el sacramento del matrimonio,
santificar subrogar, a solucionar su situación, o a sentirse miembros de la
Iglesia, aunque no puedan acceder al Santo Sacramento de la Eucaristía”.
No a la violencia contra las personas
El segundo
compromiso requerido por el Cardenal Urosa a los creyentes convocados por la
Renovación Carismática, fue la fraternidad y respeto a la vida. “Cada persona
tiene derecho a su vida desde el momento de su concepción hasta el término
natural de su existencia, y nadie, nadie en absoluto, tiene el derecho a matar
a otra persona”.
“Por eso
rechazamos la pena de muerte”, dijo el Primado de la Iglesia venezolana. “Por
eso los cristianos rechazamos frontalmente el aborto, pues es el asesinato de
un niño no nacido, indefenso e inocente de toda culpa, en el vientre de su
madre”.
Igualmente
repudió todo tipo de asesinato y el secuestro. “Defendemos los derechos
humanos, y rechazamos sus violaciones (…) toda violencia: la causada por
motivos políticos, la violencia de la delincuencia, y la violencia social,
contra las personas, contra los niños, contra la mujer. Todo eso es pecado y va
contra nuestra fe” dijo.
Finalmente, para
el tercer compromiso hizo un llamado, a la práctica religiosa. “Ser cristianos,
creer en Dios, significa adorarlo y darle culto, estar cerca de Él, llevarlo en
nuestros corazones”, dijo Urosa.
“Recordemos el
tercer mandamiento de la Ley de Dios: Santificar las fiestas. No podemos decir
que creemos en Dios sin alabarlo, sin orar, comunicarnos con El, viviendo en indiferencia
o frialdad religiosa”, finalizó el arzobispo de Caracas.
Otras fotos de la actividad:
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