Importante encuentro del clero de la nación en Caracas: se comprometen por la nueva evangelización.
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El encuentro del Clero con la Conferencia Episcopal Venezolana, del 9 y 10 de julio, renovará plenamente el “sí” al llamado del Señor y “reavivar su entrega” al servicio pastoral y la evangelización.
Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic
Publicado en ALETEIA
Tomando como base los documentos de Aparecida y el
Concilio Plenario Venezolano, los sacerdotes se plantearon varios desafíos para
su labor pastoral: promover una profunda experiencia de Dios como discípulos
misioneros; fomentar una mayor vivencia de la espiritualidad de comunión;
impulsar la Nueva Evangelización desde la perspectiva de la caridad pastoral;
y, avivar los carismas recibidos.
El Obispo de Maturín, Monseñor Enrique Pérez Lavado, presidió
la eucaristía en acción de gracias por el encuentro y predicó la homilía,
invitando al presbiterio y episcopado a “renovar las promesas sacerdotales para
nuestra total consagración en el ministerio”.
“Al término del fructífero encuentro que ha sido esta
asamblea conjunta de obispos y presbíteros, culminamos celebrando, trayendo a
la eucaristía nuestros ideales, anhelos y determinaciones para que el Señor los
transforme y convierta en vida abundante para nosotros pastores, y para todo el
pueblo de Dios que él nos ha confiado”, dijo.
Transparentar
los dones de Dios
En palabras del Papa Francisco recordó: “para que
nosotros, ungidos, podamos hacer ha unción desde la cabeza hasta el último
borde, porque la unción que hemos recibido es para hacerla llegar a todos”. De
igual manera, enseñó acerca de amor de Dios desde la perspectiva del profeta
Oseas, como una relación de acompañamiento maternal.
“El profeta nos describe este amor con gestos típicamente
maternales: le enseñé a caminar, lo tomé en mis brazos, lo traje hacia mí con
cuerdas de amor (…) Este, podríamos decir, Dios ‘padre maternal’, es el Dios
que Jesús proclama y presenta como su Dios Padre”, indicó a su hermanos presentes.
“La respuesta de nuestra parte no es otra cosa que dejarnos amar, dejarnos
perdonar, reconciliar, convertirnos en testigos y misionero entusiasta del
mismo”, acotó el Prelado.
Habló del amor de Jesús a su pueblo y de la tarea evangelizadora
que les corresponde igual como a sus primeros discípulos. “Vayan proclamando
que el Reino de los Cielos está cerca”, proclamación que será acompañada del
mismo poder divino dado a Jesús y que él comparte con sus apóstoles: “curen
enfermos, resuciten muertos, purifiquen leprosos, expulsen demonios (…) Gratis
los recibieron, denlo gratis. No se procuren oro, ni plata, no cobre en la
faja, ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón;
porque el obrero merece su sustento”, dijo el Obispo de Maturín.
Su mensaje, además, contenía un apartado acerca de la
gratuidad de los dones recibidos. “La gratuidad de la misión se convierte en
cualidad esencial de la misión; porque el amor de Dios Padre, manifestado en su
Hijo Jesucristo es pura gratuidad”, expresó, acotando que “los discípulos
misioneros de Jesús tienen que transparentar esa gratuidad en su proceder con
la gente hasta en su porte externo”.
En ese orden, motivó a que los sacerdotes se
cuestionaran: “¿Experimento en mi vida
sacerdotal la gratuidad de la llamada, de la vocación, y del don del
ministerio? ¿Cómo motiva y dinamiza la conciencia de esta gratuidad mi unidad
de vida y mi entrega al Señor y a los hermanos?”. Su respuesta recordó la misión
asumida: “Mientras más conciencia de esta gratuidad y capacidad de
agradecimiento tengamos, mayor motivación y fuerzas tendremos para entregarnos
sin reserva al ejercicio de la Caridad Pastoral en bien de la grey
encomendada”, dijo.
Condicionamientos
que atacan el sacerdocio
El Obispo de Maturín, citando al Papa Francisco en la
exhortación apostólica Evangelii Gaudium, mencionó algunas dificultades que
impiden vivir “la alegría del Evangelio”: primero, “una preocupación exacerbada
por los espacios personales de autonomía y de distensión que nos lleva a vivir
las tareas como un mero apéndice de la vida, como si no fueran parte de la
propia identidad”.
El segundo es el relativismo, “más peligroso que el
doctrinal”; esto tiene que ver con “opciones más profundas y sinceras que
determinan una forma de vida (…) relativismo práctico que consiste en actuar
como si Dios no existiera. Y en tercer lugar, mencionó la ‘Acedia Pastoral’,
situación en la que “algunos caen en ella por no saber esperar, por sostener
proyectos irrealizables y no vivir con ganas lo que buenamente podrían hacer (…)
por apegarse a sueños de éxitos marginados por su vanidad (…) por querer
dominar el ritmo de la vida”.
Monseñor Pérez Lavado concluyó alertando: “todo esto nos interpela,
no para condenarnos, sino para ayudarnos, purificarnos en nuestra intención y
motivaciones más profundas en el seguimiento del Señor por el camino de la
vocación sacerdotal”.
TESTIMONIOS: Identidad
sacerdotal y espiritualidad de comunión
PADRE MIGUEL ANTONIO OSPINO MARTÍNEZ. |
El rector del seminario
“Santo Tomás de Aquino” de la Arquidiócesis de Maracaibo, dirigió la reflexión
de la Lectio Divina, fundamentada en el Evangelio de San Juan, 17, 6-26, cuyo
tema estuvo vinculado a la identidad sacerdotal y espiritualidad de comunión.
Explicó que “nuestra condición de consagrados nos lleva a guiar, enseñar y
santificar al pueblo cristiano (…) aún en los lugares más recónditos y
peligrosos”. Agregó: “El seguimiento de Cristo es radical, relativizarlo
significaría disminuirlo y empobrecerlo”, pero “el seguimiento definitivo y
fiel del Señor nos da plenitud de la vida y eficacia de nuestra misión”.
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PADRE SEBASTIÁN RIVAS.- Arquidiócesis de Cumaná y párroco
de “Santa Inés”. Narró que ésta fue “una experiencia bonita y positiva para
trabajar de manera conjunta con los obispos acerca del ser y quehacer de
nuestra Iglesia católica en Venezuela. En nuestro país nos reconocemos como un
presbiterio y episcopado muy cercanos al pueblo de Dios, muy horizontal y
caminando juntos hacia nuestro ideal de caridad que es Jesucristo. Los
resultados tendrán incidencias en el reimpulso de la Evangelización”.
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PADRE FRANCISCO TERÁN. El sacerdote de la Diócesis de
Trujillo comentó que este encuentro ha sido una experiencia de mucho
enriquecimiento espiritual. “Salimos con mucho ánimo de fomentar esa comunión
entre los sacerdotes y el pueblo de Dios”. Explicó que “disertamos acerca de
nuestras realidades particulares muy cambiantes, ya que estamos inmersos en una
sociedad que cada día camina en distintas direcciones, y que por tanto,
requiere una exigencia mayor en nuestra labor sacerdotal”.
Cabe resaltar que más de 90 sacerdotes delegados –dos por
cada diócesis y uno por provincia eclesiástica-, y aproximadamente 43 obispos y
arzobispos venezolanos, sostuvieron este encuentro en el marco de la centésima
segunda asamblea ordinaria de la CEV. Estuvieron organizados en 8 grupos de
trabajo conformados mediante los nombres de advocaciones marianas que, en
estricto orden, fueron las siguientes: Nuestra Señora de Coromoto; Nuestra
Señora del Carmen; Nuestra Señora del Socorro; Divina Pastora; Nuestra Señora
de Chiquinquirá; Nuestra Señora del Real; Nuestra Señora de la Soledad; y
Nuestra Señora de la Soledad.
Los temas de la identidad sacerdotal, comunión y
animación mutua, fueron trabajados con base en la pregunta: “¿Somos y nos sentimos presbíteros y obispos
en nuestra labor cotidiana?”.
Además, se presentaron las conclusiones de
los encuentros previos sostenidos en las diferentes provincias eclesiásticas
del país, y las propuestas surgidas durante este encuentro. Realmente fue “una
puesta en común, una profunda reflexión sobre la vida sacerdotal en el ámbito
diocesano y nacional”, como al principio de la asamblea del episcopado,
esperaba su presidente, Monseñor Diego Padrón.
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