El adiós de uno de los "Patriarcas" de la Iglesia Caraqueña
La Arquidiócesis de Caracas informó que este 4 de julio de 2023,
falleció monseñor Francisco Javier Monterrey, uno de los “Patriarcas de la
iglesia caraqueña” que transitó buena parte del siglo XX y lo que va del XXI.
Monseñor Monterrey nació en Los Teques, estado Miranda, el 3 de
diciembre de 1929. Fue ordenado sacerdote por Monseñor Arias Blanco el 6 de
junio de 1954 a los 24 años de edad.
Siempre dispuesto a conversar, nunca dejó una pregunta sin
responder ni un alma por atender.
Su permanente vinculación con la máquina
de escribir lo denotaba como un hombre de orden que le gustaba registrar los aspectos
más importantes de su vida sacerdotal y de la Iglesia a la que se entregó desde
muy joven.
La experiencia de haber vivido 93 años, le hizo conocer los
episodios más importantes ocurridos en Venezuela, así como de innumerables anécdotas
que siempre recordaba. Trabajó junto a los cardenales arzobispos de Venezuela y
asumió distintas responsabilidades eclesiásticas.
Su cuerpo permanecerá parte del día en la Casa Sacerdotal “San
José y San Isidro” (al lado de la antigua Abadía San José ahora Parroquia San
Benito), una casa que construyó para sacerdotes ancianos y cuya idea le nació que estaba en el Seminario.
En la tarde del martes 4 de julio será trasladado a
la Basílica de San Pedro en Los Chaguaramos, donde se realizará misa de cuerpo
presente a las 6:30 PM. Allí fue párroco entre los años 1975-1978.
El miércoles 5 de julio se harán dos celebraciones, una a las 9 AM
presidida por Monseñor Carlos Márquez, Obispo Auxiliar de Caracas y otra a las
11 AM.
La Arquidiócesis de Caracas invita a todo el presbiterio y feligresía a
participar de la Misa Exequial, pues es un momento de agradecer la vida y el
trabajo que Monseñor Monterrey hizo para la Iglesia caraqueña.
Dios le haya recibido en su Morada Celestial.
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Monseñor Francisco Javier Monterrey cumplió 60 años de Vida sacerdotal
TESTIMONIO PUBLICADO EN JUNIO DE 2014
“Se dice fácil y muy rápido”, dijo el padre Miguel Acevedo
acerca de los sesenta años de vida sacerdotal de Monseñor Monterrey. “Son
556.600 horas continuas como sacerdote”, apuntó el Canciller de la Curia,
Monseñor Adán Ramírez Ortiz, sobre el sacerdote mirandino, que fue ordenado por
Monseñor Arias Blanco, el 6 de junio de 1954
Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Caracas, 6 de junio de 2014
“Es toda una vida de feliz entrega y fidelidad al
servicio de Dios”, expresó con entusiasmo Monseñor Francisco Javier Monterrey en
su oficina, frente a la inseparable máquina Olivetti ante la cual de lunes a
viernes se sienta a “escribir, organizar y recordar el camino recorrido cuando
le dije ‘Sí’, al llamado que Dios me hizo”.
“Allí en el directorio está
mi fecha de nacimiento: 3 de diciembre de 1929; y también mi fecha de
ordenación sacerdotal: 6 de junio de 1954. Es decir, fui ordenado todavía muy
joven, con apenas 24 años de edad”, soltó, demostrando una mente todavía muy
lúcida y activa. “Estudié en el seminario Interdiocesano de Caracas”, apuntó.
“Yo nací en Los Teques,
estado MIranda”, dijo orgullosamente. “Pero he trabajado mucho tiempo en
Caracas, y muy esporádicamente en otras zonas del país”, comentó.
Explicó que tuvo la “oportunidad
de ser ordenado por Monseñor Rafael Arias Blanco, un importante personaje de la
Iglesia en Venezuela, quien el año 1957 con su Carta Pastoral leída en
distintas Iglesias de Caracas, fue parte activa para el derrocamiento de la
dictadura de Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958”.
Frente a un Cristo que entroniza
su escritorio, dijo:
Esta fue mi habitación cuando comencé a trabajar en el
Palacio Arzobispal; aquí mismo, al lado, donde ahora es la oficina de prensa,
tenía mi escritorio y ésta era mi habitación, con baño y ropero.
Estuvo al frente de la
segunda remodelación profunda del Palacio Arzobispal, y se siente orgulloso de
haber trabajado con los que han sido cardenales arzobispos de Caracas: José
Humberto Quintero; José Alí Lebrun Moratinos, Ignacio Velasco y ahora el
Cardenal Jorge Urosa Savino. “Cada uno con su manera muy particular de cumplir
con sus responsabilidades, pero todos hombres de Dios”.
Monseñor Monterrey no para
de contar anécdotas e historias de su vida sacerdotal. “Acompañé al Cardenal
Quintero cuando fue investido como tal por el Papa Juan XXIII. ¿Quién lo iba a
decir? Aquel hombre al que saludé y con quien conversé, ahora es San Juan XXIII.
Porque en verdad tuve la oportunidad de saludarle y de hablar con él”.
Reveló que el gobierno de
entonces presidido por Rómulo Betancourt envió dos comitivas a Roma. “Una
era especial para los sacerdotes que estuvimos allí”, acotó.
El gobierno
respetaba mucho a la Iglesia. Cuando regresamos, el Cardenal Quintero, fue
recibido en el Aeropuerto por el propio presidente Betancourt y le rindió
honores de Estado, con una parada militar, y todo un festejo nacional, señaló
el sacerdote.
Monseñor Francisco Javier Monterrey
ha desempeñado como párroco en varios lugares de Caracas y en el interior del país, pero recuerda de
manera especial cuando fue Administrador Apostólico en Maracay.
El obispo
titular del lugar estaba muy enfermo y tuvo que salir al extranjero. En esa
ocasión me tocó llevar adelante los proyectos de reconstrucción de la catedral;
las autoridades y la gente quedaron muy encantada con los trabajos realizados.
Monseñor Jesús González de Zárate, en nombre del Arzobispo de Caracas, Cardenal Urosa Savino, pronunció unas palabras de agradecimiento a Dios por la vida sacerdotal de Monseñor Monterrey, al tiempo que le entregó un presente, distinguiendo “la puntualidad en cada una de las acciones de este sacerdote ejemplar”.
Iguales gestos de
cordialidad y felicitación les tributaron Monseñor Adán Ramírez Ortiz, Monseñor
Francisco Terán y los padres: Miguel Acevedo, Antonio Acurero y Alexander
Mendonca, además del personal que labora en el Arzobispado de Caracas.
En su agradecimiento, Monseñor
Monterrey tomó para sí las palabras de Jesús contenidas en el Evangelio de San Juan
21, 15-19, en el que pregunta al Apóstol Pedro: “Simón, hijo de Jonás, ¿me amas
más que éstos?”. Y el Primer Papa le responde: “Sí, Señor;
tú sabes que te amo”. Y Jesús le dice: “Apacienta mis ovejas”.
“Jesús se lo preguntó en
tres ocasiones”, comentó Monseñor Monterrey. En medio de su reflexión él
también preguntó a sus hermanos sacerdotes. “¿Ustedes saben qué quiere decirnos
El Señor con esto? Que seamos fieles al llamado que nos ha hecho”. “Creo que
eso he hecho con mi vida sacerdotal, tratar de ser fiel en todo”.
Con este testimonio se apagó
la vela de su sesenta aniversario de vida consagrada, quien es actualmente el
tercer sacerdote con más años de servicio en la Arquidiócesis de Caracas.
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