El Santo Padre ha puesto la
tarea de buscar la fecha del bautismo para celebrarla como el cumpleaños del
nacimiento en la Iglesia, al igual que es recordada la fecha de nacimiento de
cada persona.
Ramón Antonio Pérez
@GuardianCatolic
Servicio de Información del
Vaticano (VIS)
Ciudad del Vaticano, 13 noviembre 2013.- En la catequesis de la
audiencia general de los miércoles, el Papa ha proseguido su reflexión sobre
los artículos del Credo, hablando esta vez de la única referencia a un
sacramento en la profesión de fe: “Creo en un solo bautismo para el perdón de
los pecados”. En efecto el bautismo es la "puerta" de la fe y de la
vida cristiana” y la misión de la Iglesia, siguiendo el mandato del Resucitado
es “evangelizar y perdonar los pecados a través del sacramento bautismal”. Para
explicar mejor esa expresión, el pontífice, la ha dividido en tres puntos:
“Creo”; " en un sólo bautismo "; "para el perdón de los pecados”.
Pronunciando “Creo”, -ha
dicho el Santo Padre- afirmamos nuestra verdadera identidad como hijos de Dios”.
Al mismo tiempo, “al bautismo está ligada nuestra fe en el perdón de los
pecados. El sacramento de la penitencia o confesión es, de hecho, como un
" segundo bautismo”, que nos lleva siempre al primero para consolidarlo y
renovarlo”. El bautismo “es el punto de partida de un camino de conversión que
dura toda la vida... Cuando vamos a confesar nuestras debilidades, nuestros
pecados, vamos a pedir perdón a Jesús... pero también vamos a renovar el
bautismo con ese perdón. La confesión no es una sala de tortura, es una fiesta
para celebrar el día del bautismo”.
El Papa, tras afirmar que el
bautismo es también “la partida de nacimiento del cristiano en la Iglesia”, ha
pedido a los participantes en la audiencia que levantasen la mano si, además
del día del cumpleaños, recordaban también el día del bautismo y, dado que en
la Plaza de San Pedro se han levantado pocos brazos, ha puesto a todos la tarea
de buscarla cuando volvieran a casa y celebrar así también el cumpleaños del
nacimiento en la Iglesia.
Francisco ha pasado después
al segundo elemento: un sólo bautismo, recordando que la palabra "bautismo
" significa literalmente "inmersión”. “Este sacramento -ha subrayado-
constituye una verdadera inmersión espiritual en la muerte de Cristo, de la que
resurgimos con él como nuevas criaturas. Es un baño de regeneración e
iluminación. Regeneración porque actúa ese nacimiento del agua y del Espíritu
sin el cual nadie puede entrar en el reino de los cielos. Iluminación, porque a
través del bautismo, la persona se llena de la gracia de Cristo, “luz verdadera
que ilumina a todo hombre" y disipa las tinieblas del pecado. En virtud de
este don... el bautizado está llamado a convertirse él mismo en "luz
"para los demás, especialmente para los que viven entre tinieblas y no ven
ningún destello luminoso en el horizonte de sus vidas”.
Por último, el perdón de los
pecados. En el sacramento del bautismo “se perdonan todos los pecados, el
pecado original y todos los pecados personales, así como toda forma de castigo
por el pecado. Con el bautismo se abre la puerta a una nueva forma de vida que
no está oprimido por el peso de un pasado negativo y en la que resuena ya la
belleza y la bondad del reino de los cielos.. Es una poderosa intervención de
la misericordia de Dios en nuestras vidas, para salvarnos. Pero esta
intervención salvífica no priva a nuestra naturaleza humana de su debilidad...
ni disminuye nuestra responsabilidad de pedir perdón cada vez que nos
equivocamos”.
“Yo no puedo bautizarme, dos
veces, tres o cuatro -ha improvisado al final de la catequesis- pero sí puedo
ir a confesarme y cuando lo hago renuevo la gracia del bautismo. El Señor
Jesús, que es tan bueno y nunca se cansa de perdonar me perdona. ¡Acordaos! El
bautismo abre la puerta de la Iglesia...pero cuando la puerta se entrecierra un
poco por nuestras debilidades y nuestros pecados, la confesión vuelve a abrirla
porque es como un segundo bautismo que nos perdona todo y nos ilumina a ir
adelante con la luz del Señor. Vayamos así, alegres. Porque la vida hay que
vivirla con la alegría de Jesucristo y esta es una gracia del Señor.
Acabada la catequesis el
Papa ha saludado entre otros, con afecto, a los familiares de las víctimas del
atentado de Nassirya (Iraq) ocurrido hace diez años y en el que fallecieron 12 carabineros,
5 soldados y dos civiles italianos.
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