El Obispo ha insistido en que “es necesario aclarar a
fondo la situación”. La denuncia de esta masacre ha sido
presentada por los organismos que defienden a los indígenas. Ya en 1993, una incursión
de 'garimpeiros' en la comunidad Haximú, en territorio venezolano, causó la
muerte violenta de 16 indígenas, y suscitó un problema internacional, reporta
la agencia Fides.
Ramón Antonio Pérez
Puerto Ayacucho, 06 de septiembre de 2012.- La noticia del masacre de
80 indígenas de etnia Yanomami en la selva amazónica cerca de la frontera con
Brasil, difundida por los medios de comunicación social la semana pasada, ha
provocado la reacción del gobierno venezolano, que ha enviado a la zona al
Ministro de los Pueblos Indígenas.
Sin embargo, estos han
declarado más tarde que no encontraron ninguna prueba de la masacre, incluso,
el propio presidente Chávez sostuvo este miércoles 5 de septiembre que no hay
evidencias “al menos en territorio venezolano”, de que haya ocurrido esta
presunta masacre.
En tal sentido, el Vicario
Apostólico de Puerto Ayacucho, Monseñor José Ángel Divassón Cilveti, se
pronunció al respecto y mediante un comunicado sostiene que “no es suficiente
sobrevolar la zona, porque desde lo alto no se consigue ver nada. Es necesario
llegar a los lugares habitados por esta gente”.
En la nota se subraya que el
acceso a la lejana comunidad de los Yanomamis, que se encuentra en el término
del Alto Orinoco, es difícil, y que es necesario mucho tiempo para llegar. “Lo
más importante es llegar a la verdad -ha dicho el Vicario Apostólico-, por eso
es necesario llegar al centro de la comunidad Yanomami”.
El comunicado resaltó otros
aspectos que pudieran estar vinculados a la denuncia de esta masacre. “También
hay otras comunidades indígenas que se encuentran en peligro por la presencia
de los 'garimpeiros', que pasan de Brasil a Venezuela para actividades mineras,
con todas las consecuencias contra el ambiente: contaminación del agua,
violencia, enfermedades. De hecho, muchos Yanomamis han muerto a causa de la
tuberculosis, contraída porque son frágiles", ha afirmado el Prelado.
La denuncia de esta masacre
ha sido presentada por los organismos que defienden a los indígenas. Ya en
1993, una incursión de 'garimpeiros' en la comunidad Haximú, en territorio
venezolano, causó la muerte violenta de 16 indígenas, y suscitó un problema
internacional.
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