“Descubrimos la
vida extraordinaria de esta mística venezolana que tuvo experiencias místicas,
de bilocación y constantes apariciones de la Virgen en Finca Betania”, escribe
para Aleteia Sandra Ferrer Valero
Sandra Ferrer / Aleteia / 25/07/21
Fotos: mariaesperanza.org
Finca Betania es en la actualidad un importante destino de peregrinación para muchos católicos y devotos de la Virgen María. Este lugar situado en la ciudad venezolana de Cúa, fue testigo hace años de una de las pocas apariciones marianas aprobadas por la Iglesia en los últimos tiempos en América.
Las
visiones fueron protagonizadas primero por una mujer que ya desde su nacimiento
vivió rodeada de experiencias místicas.
Antes de que naciera, su madre, María Filomena Parra de Medrano, ya había tenido tres hijos, pero deseaba con todas sus fuerzas traer al mundo a una niña.
Sus
oraciones y promesas a la Virgen de poner a la pequeña el nombre de María
Esperanza dieron sus frutos y la niña nació el 22 de noviembre de 1926 en pleno
río Orinoco; pues su madre no llegó a tiempo de dar a luz en un hospital y tuvo
que hacerlo en la barca en la que viajaba.
Cuando
María Esperanza era todavía un bebé, fallecía su padre. María Filomena decidió
mudarse desde Barrancas del Orinoco hasta Ciudad Bolívar. Allí creció feliz
rodeada de sus tres hermanos y una hermana que nació después de ella.
Sanaciones inexplicables
Desde
bien pequeña, María Esperanza se adoleció de una salud frágil que le hizo
enfermar en muchas ocasiones a lo largo de su vida; unas dolencias que a menudo
eran sanadas de manera milagrosa tras su intensa oración.
Una
oración que la acompañó desde sus años de infancia y que la llevaron a tener la
primera experiencia mística cuando tenía apenas cinco años. Fue entonces cuando
se le apareció Santa Teresita del Niño Jesús emergiendo de las aguas del río
Orinoco.
A
los doce tuvo la primera visión de la Virgen. Sucedió estando convaleciente
intentando superar una bronconeumonía. La Virgen del Valle, patrona de la Isla
Margarita, se le apareció y le anunció que venía a sanarla y a enviarle un
mensaje: “Ayúdame a salvar este mundo que se pierde”.
María
Esperanza continuó con su vida de oración y empezó a prepararse para la vida
religiosa. Deseaba realizar los votos y durante un tiempo vivió con las Hermanas
Franciscanas de Mérida.
El
3 de octubre de 1954 tuvo una nueva visión de Santa Teresita y escuchó la voz
del Sagrado Corazón de Jesús. Le dijo que su destino no pasaba por el convento
sino por la vicaría.
Madre y esposa
Pocos
días después, una nueva visión, esta vez de la Virgen, le anunció que sería
madre de siete hijos, “seis rosas y un botón”.
Al
año siguiente, María Esperanza realizó un viaje a Roma para recibir las
bendiciones del Papa Pío XII. Fue allí donde conoció a Geo Bianchini Giani, su
futuro marido. La pareja se casaba el 8 de diciembre de 1956 en la Capilla del
Coro de la Inmaculada Concepción del Vaticano, donde un siglo antes Pío IX
había decretado este dogma.
La
pareja recién casada regresaría a Venezuela donde formarían una extensa familia
cristiana con seis hijas y un hijo, tal y como le había anunciado la Virgen.
El
25 de marzo de 1976, María Esperanza de Bianchini experimentó por primera vez
la visión de la Virgen María en Finca Betania. No sería la única. Los
siguientes años, aquel fue para ella un lugar místico en el que la Madre de
Dios le pidió “la ardua tarea de llevar mi mensaje de amor y reconciliación a todos
los pueblos y naciones”.
María
le anunció también que el 25 de marzo de 1984, en la misma Finca Betania, se
mostraría a ella y al resto de personas allí congregadas, unas ciento cincuenta
personas. Y así sucedió, tal y como ratificaron por escrito la gran mayoría de
testigos de la aparición mariana. Tres años después, la Iglesia la aceptaba
como válida y Finca Betania se convirtió en un lugar de peregrinación.
Un mensaje de esperanza
María
Esperanza hizo lo que la Virgen le había pedido y durante años viajó por medio
mundo llevando el mensaje de paz y amor que le había revelado. Un mensaje de
respeto por todas las creencias que ella misma definía así, tal y como se cita
en mariaesperanza.org: “Amemos a todos, amemos a nuestros hermanos separados
también, amemos todas las fes de mundo y no despreciemos a nadie”.
Además,
tuvo múltiples experiencias místicas, visiones y fue protagonista en varias
ocasiones del fenómeno conocido como bilocación. Uno de los más famosos lo
realizó estando en Roma cuando se le apareció a una joven en Venezuela que
estaba sufriendo el acoso de unos jóvenes que pretendían violarla. María
Esperanza tuvo también el don de la curación, de la visión, experimentó los
estigmas de Cristo, la materialización de la Hostia en su boca o el surgimiento
de una rosa en su pecho, entre otros fenómenos místicos.
María
Esperanza de Bianchini falleció el 7 de agosto de 2004 rodeada de sus seres
queridos. Tuvo el gran privilegio de tener una vida plena y experimentar visiones
excepcionales de la Virgen.
Pero
esto no la convirtió en una persona superior, ni ella misma se consideró como
tal. Toda su vida se mostró como alguien humilde, al servició de Dios, una
actitud ante la vida que dejó grabada en su lápida: “La humildad es el puente
de cristal que nos conduce al cielo”. En 2010 fue nombrada Sierva de Dios y se
inició su proceso de beatificación.
0 Comentarios
Comentarios de Nuestros Visitantes
Agradecemos sus comentarios, siempre en favor de nuestra Fe Cristiana Católica y de manera positiva. Si considera válido su comentario para ser publicado, se agradece no usar una cuenta anónima o desconocida.