Catedral de Mérida rinde homenaje a pacientes y médicos víctimas del COVID-19

La cifra de médicos y personal de salud fallecidos por COVID-19, aumenta en Venezuela. La iglesia, preocupada junto al gremio sanitario, los recordó en sus oraciones de Semana Santa

Ramón Antonio Pérez - Aleteia Venezuela 
publicado el 06/04/21
Fotos Autorizadas: @leoperiodista

El Jueves Santo, la ONG Médicos Unidos de Venezuela informó de 16 nuevos fallecimientos del personal de salud con criterios para Covid-19. Con ellos alcanzaban la dolorosa cifra de 424 compañeros caídos durante el año de la pandemia, números que aumentan vertiginosamente. 

Los voceros oficiales (del gobierno de Nicolás Maduro) reportan 1615 fallecidos totales en el país (en la misma fecha), aunque para algunos médicos la realidad es distinta: por cada número oficial en la población existen 7 fallecidos por el virus, casos que están fuera de las estadísticas.

No somos héroes, somos víctimas de la negligencia oficial”, publican constantemente los médicos en las redes sociales, como una manera de darse valor y llamar al cumplimiento de las medidas preventivas. “Los verdaderos héroes usan tapabocas”, dicen sin ser tomados en cuenta por el Estado.

Denuncian que el gobierno de Nicolás Maduro no los escucha. “Literalmente estamos dejando la vida en esta lucha contra la pandemia”, dijo uno de los consultados. Entre sus exigencias urgentes están los equipos de bioseguridad, medicamentos, y ser tomados en cuenta como personal prioritario para recibir las vacunas.

Un recorrido hecho por Aleteia en el hospital “Doctor Luis Domingo Salazar” del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, permitió constatar las carencias del personal de la salud y las condiciones en las que trabajan. 

Protesta en el Hospital del IVSS en Guarenas - 22 de marzo 2021 - Fotos @GuardianCatolic

“La morgue se encuentra en mal estado, nos entregan un tapabocas mensual, no hay planes para ser vacunados y queremos salarios dignos. Tenemos deseos de trabajar, pero no hay recursos”, denunciaron.

El sacrificio de los médicos y pacientes Covid

Protesta en el Hospital del IVSS en Guarenas - 22 de marzo 2021 - Fotos @GuardianCatolic

La iglesia se ha sumado a las campañas preventivas con la donación de equipos de bioseguridad para ayudarlos. La otra forma es la oración, la denuncia pública y el llamado a cuidarse. Durante la Semana Santa, la iglesia suspendió o modificó algunas ceremonias para evitar la aglomeración de personas e impedir los contagios.

Entre las propuestas significativas estuvieron los recorridos del Nazareno de San Pablo por más de cuarenta sectores de Caracas; también, en aquellas ciudades donde se practica esta devoción del Miércoles Santo. Las más variadas tallas de los “nazarenos” fueron llevadas en vehículos para recordar al hombre que trajo la salvación al mundo.

Este año, sin embargo, una actividad destacó por su originalidad. Sin quitar el sentido religioso que caracteriza el Jueves Santo, la conmemoración de la Eucaristía, se realizó un monumento eucarístico dedicado al personal de salud y a los pacientes con Covid 19 y otras enfermedades. Fue instalado desde el jueves 1 de abril, en la basílica menor “Inmaculada Concepción”, en la Arquidiócesis de Mérida.

Junto al monumento eucarístico (Sagrario) y el reclinatorio de adoración, estaban la atenta enfermera, y un paciente con los instrumentos médicos “conectados” a su cuerpo y acostado en una cama de hospital. Al fondo, el afiche del Doctor José Gregorio Hernández con la inscripción “Haz el bien”, fue una manera de recordar que el 30 de abril, será la ceremonia de beatificación del médico de los pobres.

Fatigados y cansados por las enfermedades

“Este año, en las puertas principales de los templos parroquiales, y manteniendo las demás cerradas, se colocará el monumento para el traslado del Santísimo Sacramento, y les recordamos que se trata de reserva y no de exposición en las custodias”, dijo monseñor Luis Enrique Rojas Ruiz, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Mérida.

La intención era que “las personas, brevemente y evitando todo tipo de aglomeración, puedan desde afuera del templo, realizar el recorrido, adorar al Señor Jesús Sacramentado”, agrega en el mensaje recibido por Aleteia.

“Kike” Rojas, como es conocido el obispo, recordaba “colocar durante toda la semana y las celebraciones, el audio pregrabado sobre las normas de bioseguridad”.

El significado era “resaltar la grandeza y la omnipotencia de Cristo como Dios hijo quien dio la vida por nosotros y nos cumple la promesa de quedarse con nosotros para siempre en el Sacramento de la Eucaristía y un Jueves Santo es la institución del Sacramento del Sacerdocio y de La Eucaristía, Cristo centro y vida de nosotros y la Eucaristía centro y culmen de toda vida cristiana”.

Así mismo, la representación del personal de salud “con un paño blanco con el rostro de Jesús”, “nos recuerda la sexta estación del Vía Crucis cuando La Verónica limpia el rostro de Cristo”, expuso el obispo auxiliar de Mérida.

“Hoy médicos y personal de salud se convierten en las verónicas que ayudan y limpian el rostro de Jesús a través de sus pacientes que se sienten: fatigados, cansados y sufridos por esta enfermedad del Covid y por muchas otras”, afirmó.

Dios no olvida ni abandona

Destacó que la persona enferma “representa al paciente que en medio del sufrimiento se acerca a Dios y él nunca lo abandona porque está comprobado que el sufrimiento en todas sus expresiones acerca a Dios y él nunca nos olvida ni nos abandona”.

Además, en el “Monumento viviente”, se vio también que “los Ángeles no están en lo alto, sino en la tierra y hoy todos debemos ser ángeles de Dios en la tierra para ayudarnos los unos a los otros”, precisa el obispo auxiliar.

Respecto al futuro beato de Venezuela, dice: “al frente en la parte más alta está la imagen del médico de todos los venezolanos que desde el cielo nos invita a hacer el bien e intercede por todos los que le pedimos nos ayude en tiempos de pandemia”.

Alrededor del altar se observó una cantidad de insumos médicos, “hoy necesarios para combatir este mal y le pedimos a Dios que no nos falten”.  

Finalmente, monseñor Luis Enrique Rojas Ruiz agradeció a los que colaboraron en la inédita propuesta de “hacer posible este altar”: “seminaristas, personal de la Catedral junto a los sacerdotes, párroco y vicario; así como a la Clínica El Valle por toda su colaboración prestada”. ¡Felices pascuas para los médicos!

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