In Memoriam: Monseñor Rafael Conde Alfonzo obispo emérito de Maracay

 
El pasado 10 de diciembre del presente año 2020, falleció en la ciudad de Maracay Monseñor Rafael Ramón Conde Alfonzo, Obispo Emérito de Maracay, después de una vida de entrega a Dios y a la Iglesia en el ministerio sacerdotal y episcopal

Pedro Reinaldo Bravo
Caracas, 18 de diciembre 2020

Monseñor Rafael Conde nació en Caracas el 13 de julio de 1943, a la edad de 12 años ingresa al seminario menor en Caracas donde cursa su bachillerato y al culminar ingresa al Seminario Mayo Santa Rosa de Lima donde realiza los estudios filosóficos y teológicos. 

En 1967 al finalizar sus estudios es ordenado de diácono y enviado a Roma a estudiar en la Universidad Pontificia Gregoriana donde obtiene su licenciatura en Derecho Canónico, y el 8 de diciembre de 1968 recibe la ordenación presbiteral de manos del primer Cardenal de Venezuela y cultor de las letras y de las artes, Su Eminencia  Cardenal José Humberto Quintero, Arzobispo de Caracas.

En la Arquidiócesis de Caracas donde estuvo incardinado como sacerdote ejerció diferentes cargos como Notario del Tribunal Eclesiástico, profesor de Derecho Canónico en el seminario, vicerrector del seminario San José en el Hatillo, Párroco de la catedral y Deán de la misma, miembro del consejo presbiteral y del colegio de consultores entre otros.

También es digno mencionar que el entonces presbítero Rafael Conde en el año 1969, formó parte del Tribunal Delegado de Caracas para la causa de beatificación de la hoy segunda Beata de Venezuela, la Madre Candelaria de San José con el cargo de Notario-Actuario. 

También fue testigo en la exhumación de los restos del entonces Siervo de Dios José Gregorio Hernández en el cementerio General del Sur para ser trasladados al templo de La Candelaria en octubre de 1975.

Por sus cualidades humanas y preparación académica y pastoral, el Papa Juan Pablo II lo elige Obispo Auxiliar de Caracas en diciembre de 1995, recibiendo la consagración episcopal de manos del mismo Santo Padre el 6 de enero de 1996 en la Basílica de San Pedro en el Vaticano en la solemnidad de la Epifanía del Señor. Hubiese cumplido sus bodas de plata episcopales el próximo 6 de enero de 2021.

Posteriormente, en agosto de 1997, San Juan Pablo II lo nombra Obispo Coadjutor de La Guaira y en marzo de 1999 fue promovido Obispo de la Diócesis de Margarita. En febrero de 2008, Su Santidad Benedicto XVI lo nombra V Obispo de la Diócesis de Maracay, tomando posesión el 26 de abril del mismo año, donde fue pastor durante 11 años hasta el momento de su retiro.

Durante sus años de episcopado en Aragua fue siempre un pastor cercano, sencillo, de buen humor y de excelente memoria. Mantenía contacto con las parroquias en las visitas pastorales y patronales; con los sacerdotes y seminaristas fue muy cercano a igual que con todas las personas sin condición, y de acuerdo a sus posibilidades ayudaba al necesitado en silencio. 

Como buen escritor dejaba plasmada sus enseñanzas en la página diocesana “Camino, Verdad y Vida” cuando dicha página católica salía publicada los domingos en los diferentes periódicos impresos de Aragua. Inició los artículos con su lema episcopal “Siempre Alegres en el Señor”, y durante el año de la fe convocado por el Papa Benedicto XVI, en el 2012, lanzó una carta pastoral por este motivo.

Siendo Obispo de Maracay no se desligó de su amor y veneración a la Virgen del Valle, por lo que anualmente iba a Margarita en el mes de septiembre para estar presente en las festividades en honor a la patrona del oriente del país; y en el año 2015, auspició la visita de la imagen de esta advocación mariana al estado Aragua con éxito.

Como pastor de la grey aragüeña apoyó la formación de los sacerdotes y seminaristas por lo que se preocupaba por el Seminario María Madre de la Iglesia, y a la formación de los laicos en especial el Centro Diocesano Teológico Pastoral San Justino, y la formación de los ministros extraordinarios de la comunión. También apoyaba las pastorales vocacionales, juvenil y familiar (en este particular fue miembro de la Comisión Episcopal de Familia e Infancia de la Conferencia Episcopal Venezolana).

Monseñor Rafael Conde dejó una gran enseñanza de fe y amor a Dios, a la Iglesia y al prójimo en estos 52 años de vida sacerdotal y casi 25 años como obispo, fue una persona que se caracterizó por su alegría, humildad y sencillez.

Su fallecimiento dejó una gran tristeza, pero con la esperanza que está en la presencia del Señor en la patria celestial y como señala el prefacio de los difuntos: “Porque la vida de los que en ti creemos, Señor, no termina, se transforma; y al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo”. 

Gracias Monseñor Rafael Conde por sus servicios a Dios y a la Iglesia en Venezuela, que descanse en paz.


 

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