El Arzobispo Emérito de Caracas revela en un análisis que la Exhortación del Papa Francisco, ha recibido ataques por parte de algunos sectores, debido a la omisión de acoger la ordenación de hombres casados y el hipotético diaconado femenino
Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Caracas, 17 de febrero 2020
“Algunos
lamentan que el Santo Padre no haya aprobado explícitamente el documento final del
Sínodo. Él lo “presenta” pero omite aprobarlo. Probablemente la razón de esto
hayan sido las controversiales exigencias de la ordenación de hombres casados y
la del posible diaconado femenino”. Así lo ha dicho el Cardenal Jorge
Urosa Savino, luego de analizar la exhortación apostólica postsinodal “Querida Amazonia”, dada a conocer por
el Papa Francisco, el domingo 2 de febrero del año 2020.
Las reflexiones
del arzobispo emérito de Caracas están recogidas en un análisis de cuatro páginas
titulado “Los sueños del Papa Francisco: La exhortación Querida Amazonía”,
que este 17 de febrero publicó el portal Aciprensa.
“En este
contexto llama poderosamente la atención que la Exhortación, por la omisión de
acoger la ordenación de hombres casados y el hipotético diaconado femenino, ha
recibido fuertes ataques por parte de algunos sectores de la Iglesia,
especialmente en otras partes, no en los países amazónicos, que yo sepa”, dijo
Urosa en una parte del análisis nombrada como “exigencias no complacidas”, aunque sin mencionar a los autores de
estos ataques.
Lo que sí
resaltó el Purpurado venezolano fueron las enseñanzas del Papa Francisco sobre
la pastoral vocacional, el celibato, la evangelización y el sacerdocio en la
exhortación que ya antes de su publicación había generado expectativas dentro y
fuera de la Iglesia.
“En primer lugar
deseo destacar especialmente las enseñanzas del Papa sobre la necesidad de una
predicación más intensa, de la enseñanza explícita del evangelio, el anuncio
del Kerygma”, dijo Urosa. Agregó que en el trabajo eclesial “no se puede dar
preeminencia al aspecto social” porque “debe ser enmarcado dentro de la acción
de la Iglesia para anunciar a Jesucristo, suscitar la fe en él, y llevarlo al
corazón de los habitantes de la Amazonía”.
En segundo
lugar, señaló lo que considera “algo muy importante”, pero “poco mencionado en
el Instrumentum Laboris” o documento de trabajo del Sínodo de la Amazonía
realizado en octubre de 2019: “la centralidad e importancia de Jesucristo,
nuestro Señor, en el cual y para el cual fueron creadas todas las cosas, en
quien tiene su origen y culminación la Creación, el Señor de la historia y de
la humanidad”.
También destacó en
el análisis la importancia del sacerdocio católico del cual “Jesucristo es la
fuente y la causa de su importancia en la Iglesia, y el por qué solo el
sacerdote puede celebrar la Eucaristía”. Al respecto, el Cardenal Urosa
recuerda que “el Papa Francisco no ve la necesidad de romper con la disciplina
general de la Iglesia latina de ordenar sacerdotes solo a hombres célibes por
el Reino de los Cielos”, cita El
Guardián Católico.
Considera que el
reto más importante de la Iglesia en la Amazonía es “la tarea inmensa y la hermosísima
misión de evangelizar e inculturizar el Evangelio y la Iglesia en esos pueblos,
respetando sus culturas”.
En tal sentido se preguntó: “¿Por
qué, en otras épocas la evangelización de América Latina transformó y convirtió
a pueblos enteros, y produjo vocaciones en los pueblos indígenas y no ahora?".
"Es
una pregunta que con humildad y valentía debemos plantearnos los obispos de las
Iglesias particulares amazónicas”, escribió en su análisis.
El Cardenal Jorge
Urosa Savino agradeció al papa Francisco “por las enseñanzas que nos da en esta
Exhortación, y pedimos a Dios y a nuestra amorosa Madre celestial, la
Santísima. Virgen María, que nos ayude a recorrer con fuerza nuevos, válidos y
efectivos caminos para la evangelización de los pueblos, en Amazonia y en el
mundo entero”.
A continuación el análisis
completo:
“LOS SUEÑOS DEL
PAPA FRANCISCO: LA EXHORTACIÓN QUERIDA AMAZONÍA”
Cardenal Jorge
Urosa Savino, Arzobispo Emérito de Caracas
En seguimiento del Sínodo amazónico celebrado en
octubre pasado, el 12 de febrero el Papa Francisco publicó su Exhortación
apostólica post sinodal, llamada “Querida Amazonía! Este documento viene a
llenar las expectativas del mundo católico, especialmente de quienes vivimos en
los países amazónicos. No es muy larga y por su estilo sencillo y directo se
lee con facilidad.
SUEÑOS DEL PAPA FRANCISCO
Teniendo como referencia las labores sinodales y en
especial el documento final del Sínodo que él presenta con
interés en este mensaje –aunque no da su explicita aprobación a ese texto–, el
Papa desarrolla su exposición en cuatro grandes capítulos, que nos ofrecen sus
diversos “sueños” para la Amazonía. El sueño social, el cultural, el ecológico
y el eclesial.
En los tres primeros capítulos (8-60) él nos ofrece
los sueños o aspiraciones que tienen que ver con la realidad social, cultural y
ecológica, del territorio amazónico, que abarca 9 países de América del Sur. Estos
sueños manifiestan la loable inquietud del Santo Padre por los gravísimos
problemas sociales y de otra índole que sufren los habitantes de esa extensa
región, tan importante también para el mundo entero por su exuberante, rico y
extenso territorio
Son inquietudes y exigencias morales que nos plantea
el Papa a los católicos y a todos los hombres de buena voluntad de esos países,
pero también del resto del mundo, pues los problemas sociales de la injusticia,
de los derechos humanos, y de la promoción de la paz, son problemas globales de
la humanidad. Y también el cuidado del ambiente, de la naturaleza o ecología,
el cambio climático, es algo que atañe a los ciudadanos y habitantes de todo el
orbe. Allí expresa Francisco requerimientos morales que van en la línea de la
escucha y defensa de los pobres, del medio ambiente, de la mujer, de los niños,
en fin de los débiles y oprimidos, que constituyen buena parte de los
habitantes de la Amazonía.
Entre los comentaristas católicos estos capítulos han
encontrado una aceptación generalizada, pues reflejan las enseñanzas de la
doctrina social de la Iglesia, puesta al día por las encíclicas y varios
documentos de los Papas Paulo VI, San Juan Pablo II, y Benedicto XVI... No
entraré a analizarlos detalladamente. En el aula sinodal estos temas fueron
tratados todos con gran aceptación por parte de la asamblea, dada la conciencia
social y humanitaria de los Padres sinodales. Simplemente indico aquí la
necesidad y nuestra perentoria obligación de prestarles mucha atención, y
trabajar fuertemente por su aplicación.
EL SUEÑO ECLESIAL
Dedicaré mis comentarios sobre todo al cuarto
capítulo, el más largo del texto, que desarrolla el gran sueño eclesial del
Papa, sus enseñanzas con respecto a la acción pastoral específicamente
religiosa (61-110).Y me centraré concretamente en algunos puntos de gran
importancia.
1. Una más intensa evangelización (61-65)
En primer lugar deseo destacar especialmente las
enseñanzas del Papa sobre la necesidad de una predicación más intensa, de la
enseñanza explícita del evangelio, el anuncio del Kerygma. No se puede dar
preeminencia al aspecto social. Este, que es muy importante, debe ser enmarcado
dentro de la acción de la Iglesia para anunciar a Jesucristo, suscitar la fe en
él, y llevarlo al corazón de los habitantes de la Amazonía. Muy importante
esto, para superar una especie de descuido de la acción propiamente
evangelizadora, santificadora y de atención pastoral y religiosa de las
comunidades, por una dedicación mayor o prioritaria al asunto socio económico.
Muy loable la labor social, pero no puede reducir la Iglesia su acción a este
campo, como si fuéramos una ONG cualquiera, nos dice el Papa. Él nos
llama a “integrar mejor la social con lo espiritual” (76).
2.- La centralidad de Jesucristo (62-65; 74)
En segundo lugar, algo muy importante, poco mencionado
en el Instrumentum Laboris: la centralidad e importancia de Jesucristo, nuestro
Señor, en el cual y para el cual fueron creadas todas las cosas, en quien tiene
su origen y culminación la Creación, el Señor de la historia y de la humanidad.
Esta puesta de relieve de Jesucristo en la Exhortación es sumamente importante,
y muy valiosa en una época de secularismo y de descuido de la presentación de
Jesús como el Señor de la historia, la vida misma de la Iglesia, el salvador de
la humanidad, el único que puede darnos la salvación y el perdón de los
pecados.
3.- El sacerdote configurado a Cristo (87-88)
Muy valiosa sin duda la doctrina que expone el Santo
Padre sobre el sacerdocio católico, la configuración también sacramental de
Jesús en el sacerdote. Este es importante en la comunidad eclesial precisamente
porque representa a Jesús que es la cabeza de la Iglesia, la fuente de la nueva
vida y de la salvación. Esta configuración del sacerdote a Jesucristo es la
fuente y la causa de su importancia en la Iglesia, y el porqué sólo el sacerdote
puede celebrar la Eucaristía.
4.- Suscitar vocaciones amazónicas, sin admitir
sacerdotes casados (89-94)
Y otro tema sumamente importante es el de la atención
pastoral, sacerdotal y específicamente sacramental a los fieles de la Amazonía.
En este punto el Papa se aparta del documento final del Sínodo y no acoge la
propuesta de la ordenación sacerdotal de los diáconos permanentes casados, de
los así llamados “viri probati”. Aquí el Papa Francisco no ve la necesidad de
romper con la disciplina general de la Iglesia latina de ordenar sacerdotes
solo a hombres célibes por el Reino de los Cielos. El Santo Padre tiene la
convicción de que con una buena acción pastoral por parte de los Obispos, con
la oración por las vocaciones, y con el envío de más sacerdotes de las Iglesias
de la Amazonía a esas regiones, se solucionará ese grave problema.
De hecho en
Venezuela, muy concretamente, una intensa pastoral vocacional –oración en las
comunidades, atención religiosa a los jóvenes, y llamados concretos al servicio
sacerdotal– ha dado buen resultado. Gracias a Dios, Diócesis que hace 50 o 60
años tenían poquísimas vocaciones, hoy tienen bastantes. Todo ello debido a una
exitosa pastoral vocacional intensa y continúa. Por esto, ordenar sacerdotes a buenos hombres casados
no es necesario. Hay otros caminos. Y el Papa nos hace un llamado a que las
Iglesias de la Amazonia dediquen sacerdotes de sus Diócesis a la labor pastoral
en las zonas donde hacen falta más sacerdotes.
De esta manera, indicando la vía de una acción
pastoral específica, evita prudentemente Francisco tomar una medida que, sin
duda, crearía una gran cantidad de problemas, especialmente dada la importancia
real, teológica, espiritual y concreta del celibato actualmente en la Iglesia
latina. Con la fisura del celibato se introduciría una inestabilidad e
inseguridad indeseables, y problemas de diverso tipo en las filas de los
actuales sacerdotes. Podemos dar gracias al Papa Francisco por haber
dejado a un lado esa propuesta novedosa e innecesaria. Por otra parte hubiera
sido muy conveniente en este documento tener también una valoración positiva
del celibato sacerdotal.
5.- La fuerza y el don de la mujer, pero sin
ordenación sacramental (99-103)
Por la identificación y configuración sacramental y
ontológica del sacerdote con Cristo, la mujer, que es muy importante en la
Iglesia, no puede acceder a la ordenación sacramental. Sin duda es de destacar
el gran valor que el Papa atribuye a la mujer en la Iglesia, y su labor
histórica en la vida e historia de la Iglesia en la Amazonía, antes y ahora.
Pero no se puede pasar de esa gran valía a algo estructural, sacramental, como
las así llamadas “diaconisas”.
Esta acertada enseñanza papal, que no satisface la
aspiración del documento final del Sínodo con respecto a un ministerio femenino
ordenado, es una de las fuentes de disgusto y fuertes críticas a la Exhortación
en algunos sectores de la Iglesia, especialmente en Europa, y América del
Norte.
6.- Mayor participación de los laicos (93-94)
Dadas las exigencias pastorales de la Amazonía y la
actual escasez de sacerdotes en esa región, el Papa da mayor importancia a la
necesaria y legítima participación de los laicos en la vida apostólica de las
comunidades eclesiales. “Necesitamos
promover el encuentro con la Palabra y la maduración en la santidad a través de
variados servicios laicales, que suponen un proceso de preparación —bíblica,
doctrinal, espiritual y práctica— y diversos caminos de formación permanente”,
nos dice el Papa. (93) Es preciso que aumente la participación de laicos
maduros y dotados de autoridad (94).
EXIGENCIAS NO COMPLACIDAS
Algunos lamentan que el Santo Padre no haya aprobado
explícitamente el documento final del Sínodo. Él lo “presenta” pero omite aprobarlo.
Probablemente la razón de esto hayan sido las controversiales exigencias de la
ordenación de hombres casados y la del posible diaconado femenino.
En este contexto llama
poderosamente la atención que la Exhortación, por la omisión de acoger la ordenación
de hombres casados y el hipotético diaconado femenino, ha recibido fuertes
ataques por parte de algunos sectores de la Iglesia, especialmente en otras
partes, no en los países amazónicos, que yo sepa.
Por otro lado sorprendentemente algunos obispos y
sacerdotes opinan que la discusión y propuesta de los sacerdotes casados y las
diaconisas, siguen en pie; que el silencio del Papa deja el asunto abierto. Es
decir, no importa lo que haya dicho el Papa, ni que haya expresamente omitido
acoger esas propuestas del Sínodo.
Esa es una actitud extraña, y poco prudente. Se
plantea así mantener sobre la vida sacerdotal del clero diocesano una
incertidumbre, inseguridad y controversia nociva, inclusive en regiones muy
distantes de la Amazonia y sin la razón de la carencia de vocaciones.
UN TEMA QUE REQUIERE DISCERNIMIENTO
La Exhortación hace algunas reflexiones sobre el
respeto de la cultura indígena, incluso de sus ritos. En este último aspecto
habrá entonces que discernir cuáles gestos religiosos indígenas puedan ser
valorados, y que no sean realmente idolátricos y paganos (79). Ese
discernimiento es obligatorio, para mantener la pureza de la fe, y llevar por
la ruta de la verdad y de la auténtica religión sin elementos de sincretismo, a
nuestros hermanos de los pueblos originarios.
CONCLUSIÓN
Tenemos en las Iglesias amazónicas grandes retos que
nos plantea el Papa: el desafío de la defensa del medio ambiente amazónico, y,
sobre todo, de las personas que allí viven, especialmente de los pueblos
originarios. Son retos que debemos afrontar con decisión.
Y hay un reto más importante todavía que solo la
Iglesia puede abordar: la tarea inmensa y la hermosísima misión de evangelizar
e inculturizar el Evangelio y la Iglesia en esos pueblos, respetando sus
culturas.
Por supuesto, tenemos el reto de defender los derechos
de esa gente, especialmente de los indígenas, a su territorio y a su forma de
vida. Debemos hacerlo. Pero sobre todo, repito, tenemos el reto de evangelizar.
¿Por qué, en otras épocas la
evangelización de América Latina transformó y convirtió a pueblos enteros, y
produjo vocaciones en los pueblos indígenas y no ahora? Es una pregunta que con
humildad y valentía debemos plantearnos los obispos de las Iglesias
particulares amazónicas.
Si en otras
épocas se implantó firmemente la fe, el evangelio y la Iglesia Católica en la
América del pasado, si hubo vocaciones indígenas entonces, ¿por qué no podemos
lograrlo ahora?
Damos gracias al Papa por las enseñanzas que nos da en
esta Exhortación, y pedimos a Dios y a nuestra amorosa Madre celestial, la
Santísima. Virgen María, que nos ayude a recorrer con fuerza nuevos, válidos y
efectivos caminos para la evangelización de los pueblos, en Amazonia y en el
mundo entero. Amén.
Caracas, 16 de
febrero de 2020
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