Fotos Lisandro Casañas. Efectivos de la Policia Nacional Bolivariana tomó los predios donde se desarrolló la concentración de los empleados públicos en Caracas el 4Sep2019
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Los empleados
públicos iniciaron desde este jueves 5 de septiembre, paros escalonado para
exigir al gobierno de Maduro la “dolarización” de su salario. “El Bolívar está
devaluado” y “estamos muriendo de hambre”
Sep 07, 2019
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En Venezuela, el
manejo público del Dólar Americano como moneda de compra y venta es una
realidad que llegó para quedarse, marcando el día a día en medio de una crisis
política, social y económica impuesta por el gobierno de Nicolás Maduro.
Una de
las vías del ingreso de la divisa norteamericana al territorio venezolano es a
través del envío “en efectivo” que hacen a sus familiares, los más de cuatro
millones de personas que se vieron forzados a emigrar, buscando mejores formas
de vida en países cercanos y lejanos.
No es extraño
ver en un mercado de corotos usados o en las pocas grandes tiendas que han
sobrevivido a la crisis, transacciones efectuadas con la “divisa gringa”, como
es llamado el dólar por altos funcionarios y voceros del gobierno socialista. Todas las compras y ventas se realizan con los precios establecidos por los
mercados paralelos del dólar cuyos valores tienen variaciones de dos y tres
veces al día. El Verde va y viene como uno más de la casa.
Venezolanos ganan menos de 3 dólares
Profesora Elizabeth Guerrero portaba una pancarta rechazando la tabla salarial de la Onapre. Caracas, 4Sep2019 Fotos Lisandro Casañas |
El dólar que el 5 de septiembre de 2018 costaba
90,23 bolívares,
la hiperinflación lo ubicó para la misma
fecha del año 2019, en 22.032,42 bolívares; pero tres días antes, el 2 de
septiembre, había alcanzado su máximo histórico cotizándose en 26.012,82
bolívares.
Todo ello eleva los precios de los servicios médicos,
medicamentos y la comida. No así los sueldos de los trabajadores venezolanos
que diariamente pierden su capacidad adquisitiva.
Por esta razón,
representantes sindicales de 23 sectores de despachos oficiales, entre ellos
educadores, enfermeros, tribunalicios, Consejo Nacional Electoral, Inces y
alcaldías, atendieron la convocatoria de la Federación Venezolana de Enfermeros
de tomar las calles de Caracas y de 18 entidades del interior, para protestar
ante la crisis que los golpea.
A lo largo de
veinte años, los empleados públicos ubicados en las nóminas de contratación
colectiva, han disminuido su calidad de vida con un salario insuficiente para
adquirir la canasta básica, que ya supera los 3.247.472 bolívares.
En
Venezuela el salario mínimo se sitúa en
menos de 3 dólares al mes, debido a la hiperinflación que, de acuerdo con los economistas, se estima
llegará a 10.000.000% para el cierre de este año.
Urge dolarizar el salario
Líderes sindicales protestan por mayor calidad de vida en Caracas el 4Sep2019 . Fotos Lisandro Casañas |
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Muchos
venezolanos consideran que las altas esferas del régimen socialista son las más
interesadas en que el dólar marque la pauta del mercado, aunque no se atrevan a
reconocerlo. “¿Cómo se puede sobrevivir ante este desastre de país en que ha
convertido el régimen revolucionario nuestra existencia?”, se
preguntaba Ramón Agüero, vicepresidente de la Federación Nacional de
Enfermeros, en conversación con Aleteia, en el marco de una protesta
realizada el 4 de septiembre, Día Nacional del Empleado Público.
“Nadie
puede vivir con los pírricos salarios que ganan los trabajadores venezolanos,
cuando la comida, los bienes y servicios están dolarizados”, indicaba
el líder sindical, destacando que su gremio aspira ganar entre 400 y 600
dólares al mes. Su argumento parece ser válido: “un pollo y un cartón de huevos ya
cuestan más de cuatro dólares, mientras el salario de un trabajador de la salud
ronda menos de dos dólares”, explicó.
Por los lados
del sector educativo la tragedia es la misma. “¿De qué ha valido estudiar
tantos años, y trabajar arduamente para terminar caminando y vistiendo con zapatos
y vestidos rotos, viejos ante la crisis económica que nos está matando de
hambre?”, se lamentaba la profesora Elizabeth Guerrero, ese miércoles 4
de septiembre en Caracas.
Guerrero lamentó
profundamente la situación en que se encuentra Venezuela, “especialmente cuando
no se valora el talento de su población que invierte tiempo y dinero para
capacitarse por muchos años en la academia, y cuando sale a la calle devenga sueldos
de miseria que no les alcanza para adquirir ni siquiera un producto de la cesta
alimentaria, mucho menos para invertir en ropa, calzado, como se lo merece”,
contó a Aleteia.
“Estamos muriendo de hambre”
José Bodas, secretario general de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela. Caracas, 4Sep2019 Fotos Lisandro Casañas |
Carmelo Sánchez,
presidente del Sindicato de Trabajadores de Inces denunció la grave situación
por la cual atraviesa la institución que se ocupa de formar y capacitar el
trabajador venezolano. “De 147 centros
existentes en el país, más de 100 han cerrado sus puertas; de los 79 comedores,
sólo funcionan 4”, comentó al ser requerido por Aleteia.
De los lados del
Sindicato de Trabajadores de la Universidad Central de Venezuela, su presidente
Eduardo Sánchez, pidió salarios justos que les permita cubrir por completo los
alimentos de la canasta básica, “porque
nos estamos muriendo de hambre”. Mientras tanto, Jorge López, de la
Alcaldía de Caracas, consideraba válida “indexación del salario con el costo de
la canasta alimentaria, tal como lo establece el artículo 91 de la
Constitución”, para permitir que la población “se alimente bien y tenga calidad
de vida”.
Finalmente, la
joven Deillily Rodríguez, quien se identificó como ex trabajadora del Metro de
Caracas, relató que fue despedida injustificadamente sólo por el hecho de haber
denunciado las caóticas condiciones en que laboran los trabajadores del
subterráneo. Precisó que devengan un sueldo que llega a 2 dólares al mes; el
HCM no cubre totalmente el seguro médico, no cuentan con servicio funerario y
no respetan los contratos colectivos.
A pesar del
carácter pacífico de la protesta, un gran piquete de la Guardia Nacional y la
Policía Nacional Bolivariana trataron de impedir que los trabajadores pudieran
concentrarse y manifestar. Sin embargo, la unión de los gremios permitió llegar
a la Vicepresidencia Ejecutiva de la República.
Las peticiones fueron
muy claras: dolarizar el salario de los trabajadores para mejorar su poder
adquisitivo; respetar las convenciones colectivas de los empleados
públicos; tener el derecho a la protesta; y clamaron por la libertad de varios
dirigentes sindicales, “secuestrados” por el gobierno de Nicolás Maduro.
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