Paul
Richard Gallagher es un sacerdote que nació en Liverpool, Inglaterra, y su
nombre se ha hecho familiar en las conversaciones de Venezuela en los últimos
días.
“Ese diplomático no viene a hacer política aquí, este
embajador no viene a violentar ni a echar partido sobre una parte o la otra,
sino a canalizar el diálogo entre ambos sectores”.
Así
lo expresó Roberto Lückert León, quien mantiene una postura de esperanza y mira
en la visita del secretario del Vaticano para las relaciones con los Estados,
una posibilidad de resolver la situación de crisis de Venezuela por la vía del
diálogo y la paz.
Gallagher
tiene previsto viajar a Venezuela el venidero 24 de mayo, y aunque lo hace para
presidir, el sábado 28, la ordenación episcopal de Francisco Escalante Molina,
un sacerdote venezolano designado como nuncio apostólico en El Congo, no
se descarta que propicie un diálogo entre las partes en conflicto,
entiéndase, Gobierno y oposición.
“Que se abran las puertas del diálogo”
El
arzobispo de Coro considera que, a pesar del carácter religioso de la visita, no
se debe descartar que “venga a conocer in situ lo que pasa en
Venezuela”, y de esta manera buscar la manera de “abrir las puertas” para
cumplir con el “angustioso mensaje papal” sobre “la necesidad del
diálogo y la búsqueda de soluciones”.
“Actualmente
estamos caminando en el país sobre la violencia con dirigentes del Gobierno
insultando y llamando a la violencia y a la guerra”, indicó el prelado venezolano,
cuestionando la forma de expresarse que tienen desde la administración de
Nicolás Maduro, porque “no es un lenguaje para hablar de diálogo”.
Otra
voz importante es la del presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana
(CEV), Diego Padrón Sánchez.
Expresó
desconocer si Gallagher tiene previsto algún evento extra religioso, por cuanto
la agenda se organiza directamente en el Vaticano; no obstante, considera
necesaria una mesa de conversaciones entre oposición y Gobierno.
“El
Gobierno solo no puede resolver este momento que vive Venezuela, necesita el
concurso de otra gran parte de la población, lo que normalmente se llama
oposición. Es el pueblo venezolano el que tiene que encontrar caminos para
solventar la situación”.
Ven la visita con “buenos ojos”
Julio
Borges, jefe de la bancada opositora en la Asamblea Nacional, cree que el
anuncio del cardenal Pietro Parolin despertó esperanza en la dirigencia
opositora y en la población que experimenta la peor crisis política que
recuerde.
“Los venezolanos ven con buenos ojos la visita de
Gallagher. Es necesario que hablemos y haya resultados”, dijo.
El
también diputado opositor Edgar Zambrano, quien ha tenido como bandera el
diálogo entre las partes y la amnistía para los presos políticos y exilados,
destaca que en contextos como el venezolano “lo que dicta el manual de
resolución de conflictos es el diálogo, la política buena es sentarse entre
adversarios que se reconocen”.
Pero
la visión de la oposición no es compartida por allegados al Gobierno. Tan es
así que el oficialista Diosdado Cabello cuestionó la visita del prelado
inglés a quien despectivamente llamó: “ese tipo”.
Argumentó
en su programa del Canal 8: “Cómo les gusta meterse con Venezuela.
No van a hablar con el Gobierno venezolano. Ni sean estrépitos”.
Lückert
cree que la necesidad de lograr un encuentro debe ser compartida por las
partes. “El presidente Nicolás Maduro debe identificarse con la línea
del papa Francisco y no rechazar esta oportunidad”, reseñan los medios
locales.
Este
episodio de la vida venezolana se presenta como una nueva oportunidad para la diplomacia
vaticana, desde donde se ha demostrado que las conversaciones en la
sombra pueden dar buenos resultados.
Todavía
están en desarrollo los encuentros entre Estados Unidos y Cuba,
cuyo primer acercamiento auspiciado por el papa Francisco pudo “romper el
hielo” y propiciar otros escenarios de bienestar para los cubanos.
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