Los
empleados de la Iglesia arquidiocesana de Caracas, son los rostros de la misericordia
en cada una de las parroquias y oficinas; y más que empleados son cristianos y agentes
de pastoral, dijo monseñor Adán Ramírez
Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic
Caracas, 24 de
febrero de 2016.- “El venidero domingo
28 de febrero, se llevará a cabo en la Catedral Metropolitana de esta ciudad, a
partir de las 10 de la mañana, el Gran Jubileo para el personal que labora en
las diferentes instancias de la iglesia caraqueña, en el contexto del Año
Jubilar de la Misericordia convocado por el Papa Francisco”.
Monseñor
Adán Ramírez Ortiz, integrante de la comisión para el jubileo en la
arquidiócesis de Caracas y Deán de la Catedral Metropolitana, informó que se trata
de una celebración eucarística presidida por monseñor Jesús González de Zárate,
a la que han sido invitados trabajadores y personal administrativo de la curia
arzobispal con el fin de compartir y estar en sintonía con el jubileo de la
Iglesia Universal.
“Por
primera vez tendrán la posibilidad de conocerse y compartir los empleados del
tribunal eclesiástico, con secretarias parroquiales y sacristanes de los despachos
de 118 iglesias parroquiales del área metropolitana”, dijo.
Rostros de la Iglesia
Monseñor
Ramírez Ortíz indicó que “cada despacho parroquial de la Iglesia no es una
oficina como en cualquier ministerio público, sino que lo valoramos como un
espacio desde donde se presta un servicio importante para las personas que allí
acuden; y cada empleado, es para la iglesia, un agente de pastoral con la tarea
de ser el rostro de la iglesia”.
“Queremos
estar en sintonía con lo que el papa Francisco quiere de este año jubilar: ser
el rostro de la Misericordia de Dios”, destacó.
Indulgencias.- Cada
uno de los peregrinos y sus familiares tendrán la oportunidad de lucrar este
jubileo, destacó Ramírez Ortíz, enumerando las condiciones que se deben cumplir
según la convocatoria del Papa Francisco.
En
primer lugar, se realiza la “peregrinación, es decir, el traslado de los peregrinos
desde su sitio de origen hasta la catedral; en segundo lugar, atravesar la
Puerta Santa, que en este caso está representada por la puerta principal del
templo; tercero, rezar públicamente el Credo, lo cual se hace en la santa Misa;
cuarto y quinto, practicar los sacramentos: de la penitencia (confesar sus
pecados) y comulgar”, indicó monseñor Adán Ramírez.
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