La
Arquidiócesis de Caracas y la Congregación de las “Siervas del Santísimo
Sacramento”, iniciaron el Año Jubilar Centenario en memoria del fallecimiento
de Monseñor Juan Bautista Castro Cueva.
Ramón
Antonio Pérez
@GuardianCatolic
Fotos: Faebook de Jesús López
Caracas, 10 de
agosto de 2014.- El Cardenal Jorge Urosa Savino
presidió una eucaristía, el pasado 7 de agosto, en el Santuario Nacional
Expiatorio de las Siervas del Santísimo Sacramento, en el sector La Concordia de
esta ciudad, para darle gracias a Dios con motivo de iniciar el año jubilar
centenario en memoria del octavo Arzobispo de Caracas, Monseñor Juan Bautista Castro
Cueva.
Durante
la eucaristía el Arzobispo de Caracas recordó las virtudes de Monseñor Castro
Cueva, quien entre sus intensas actividades pastorales motivó la consagración
de la República de Venezuela al Santísimo Sacramento, el 2 de julio de 1899.
Recordó
que las Siervas del Santísimo Sacramento es una congregación religiosa
venezolana, que fue fundada por Monseñor Juan Bautista Castro, el 7 de
septiembre de 1896, cuando ejercía como capellán de Santa Capilla. La Casa
Madre de las religiosas está ubicada cerca del Santuario Expiatorio frente a la
Plaza La Concordia.
El
Cardenal Urosa resaltó en su homilía: “Me siento profundamente orgulloso, de ser
sucesor de Monseñor Juan Bautista Castro, un gran pastor”. Además, agradeció
a las “Siervas”, la invitación a la inauguración de este año jubilar que se
cumplirá entre el 7 de agosto de 2014 y la misma fecha de 2015, tiempo en el
que se podrá conocer más a fondo la importante obra realizada por este
sacerdote venezolano.
La
Hermana Lilia Ramírez, vicaria de las Siervas del Santísimo Sacramento, también
agradeció al Cardenal Urosa Savino, por haber aceptado acompañarles en este
inicio del Año Jubilar Centenario del fallecimiento del fundador de su
congregación.
“Este
año que iniciamos es particularmente importante para nosotras las hijas de
Monseñor Castro. Nos impulsa a vivir plenamente nuestro carisma, y de
agradecimiento al Señor por haber suscitado un sacerdote enamorado de la
Eucaristía, en aquél momento en que la República vivía situaciones muy
parecidas a las que vivimos hoy en Venezuela. Él estaba convencido que
solamente la Eucaristía, centro de la Iglesia y de toda vida cristiana podía
librar al país de tantas desventuras”, dijo.
Por
su parte, la Hermana Juana Bautista Páez López, conocida como “Hermana Juanita”,
informó que las actividades con motivo del inicio de este año jubilar
centenario en memoria de Monseñor Juan Bautista Castro, incluyeron una
eucaristía en Santa Capilla, que presidida por el reverendo padre Pons Punceles
(OM), quien estuvo acompañado de otros religiosos y seminaristas de la Orden de
la Bienaventurada Virgen María de las Mercedes.
Además,
se realizó un recital de música religiosa en el que participaron Fray Jesús, de
los Hermanos Franciscanos; el coro “Ritmo, Alegría y Fe”, de las Hermanas de
Vorselaar; las Hermanas Camila Vélez y María Flor, de las Siervas del Santísimo;
y el Grupo Karmel. En el evento se contó con el apoyo de Jesús López, de los
Talleres de formación Musical Religiosa “Yahve Justicia Nuestra”, de la
Fundación Obra y Hermandad AMEN, acotó la religiosa responsable de Santa
Capilla.
Monseñor Juan
Bautista Castro
Algunos
rasgos acerca de la vida del octavo arzobispo de Caracas, indican que Monseñor
Juan Bautista Castro nació en esta ciudad, el 19 de octubre de 1846. Fueron sus
padres Bruno Castro y María Casimira Cueva de Castro, siendo bautizado en la Catedral
Metropolitana el 13 de noviembre del mismo año, con los nombres de Juan
Bautista Pedro Alcántara del Rosario.
Sus
biógrafos señalan que el futuro arzobispo de Caracas había quedado “huérfano muy
pequeño y en la pobreza, pero al calor del ejemplo de hombres venerables y
creciendo su alma en virtud, en el amor al deber, en la fortaleza y seriedad
del estudio. Desde muy joven manifestaba inclinación por la vida sacerdotal”.
Hizo
sus primeros estudios en el Colegio Roscio. Luego de terminar la teología recibió
la ordenación sacerdotal de manos del Arzobispo Guevara y Lira, cuando éste iba
al destierro, en la ciudad de Barcelona, estado Anzoátegui, el 25 de diciembre
de 1870.
Entre
sus logros está la fundación de los periódicos: “Ancora” (1884); y “La
Religión” (1890), este último “en colaboración del Pbro. Dr. Antonio Ramón
Silva, más tarde Arzobispo de Mérida y los Pbros. Dr. Nicanor Rivero y Miguel
A. Espinosa”.
El
30 de octubre de 1903 es preconizado Obispo coadjutor de Caracas con derecho a
sucesión, y el 6 de enero de 1904 recibe la Consagración Episcopal en Roma, de
manos del Cardenal Merry del Val. En mayo de 1904 toma posesión de la
Arquidiócesis de Caracas, por muerte de Monseñor Críspulo Uzcátegui, siendo el
octavo en sucesión.
Durante
el pontificado de Monseñor Castro se fundaron las conferencias del Episcopado
Venezolano; se elaboró la instrucción pastoral; y se realizó e inició
felizmente el primer congreso Eucarístico de América Latina. Consideran algunos
biógrafos que él fue el fundador del Apostolado Seglar en Venezuela, “ya que
acostumbró a los hombres a no avergonzarse de Dios ni de su doctrina”.
“La
característica de su vida fue un ardiente amor por la Divina Eucaristía;
apasionadamente enamorado de este misterio de fe, quiso vivir perpetuamente a
la puerta del sagrado tabernáculo, de ahí su empeño inagotable por propagar más
y más en la República la devoción a la Sagrada Eucaristía, llegando a Consagrar
Solemnemente a Venezuela al Santísimo Sacramento el 2 de julio de 1899”.
Igualmente,
fue su deseo que “en cada Diócesis hubiera un trono de Exposición diaria al
Santísimo Sacramento y en una de sus conferencias eucarísticas exclamaba: “¡que
se levante sobre Venezuela el Sol de la Divina Eucaristía, que se levante este
Sol amado de las almas, para nunca más ocultarse en el horizonte de nuestra
Patria!”.
Murió
el 7 de agosto de 1915. Sus últimas palabras fueron:
“¡Oh clemens, oh pía, oh dulcis
Virgo María!
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