Obispos rechazan ataques a Imágenes Religiosas en Venezuela



Los Obispos rechazaron también “la utilización reiterada del lenguaje, imágenes u otros símbolos religiosos, con fines comerciales, políticos o ideológicos, ajenos por principio a su naturaleza y finalidad”. 

Ramón Antonio Pérez

Caracas, 03 junio de 2011.- La Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana emitió este viernes un comunicado en el que manifestaron su “consternación y firme repudio ante los ataques infringidos a la Imagen de la Divina Pastora y a otras sagradas y veneradas imágenes en diversos lugares de nuestro país”.
El Comunicado fue firmado por el presidente de la CEV y Arzobispo de Maracaibo, Monseñor Ubaldo Ramón Santana Sequera; el primer vicepresidente y Arzobispo de Mérida, Monseñor Baltazar Porras Cardozo; el segundo vice presidente y Arzobispo de Coro, Monseñor Roberto Lûckert; y el secretario general del episcopado y Obispo Auxiliar de Caracas, Monseñor Jesús González de Zárate.
Indica el comunicado de la CEV que esas “acciones vulneran el sentimiento católico de la mayoría del pueblo venezolano, desdicen del espíritu de respeto, tolerancia o afecto hacia lo religioso que es tradicional entre nosotros, atentan contra la convivencia pacífica, inciden negativamente en el clima de la seguridad ciudadana, y ponen en peligro el disfrute del derecho fundamental a la libertad religiosa y de conciencia consagrado en nuestra Constitución”.
Hacen un llamado a las autoridades a los organismos competentes para que adelanten “con diligencia las investigaciones pertinentes que lleven a esclarecer las causas e identificar y sancionar a los responsables de estos hechos, como muestra de lucha contra la impunidad y testimonio eficaz de vigencia del Estado de derecho”.


COMUNICADO DE LA PRESIDENCIA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL VENEZOLANA
ANTE LOS ATAQUES A IMÁGENES RELIGIOSAS

1.- Los Obispos que conformamos la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana manifestamos nuestra consternación y firme repudio ante los ataques infringidos a la Imagen de la Divina Pastora y a otras sagradas y veneradas imágenes en diversos lugares de nuestro país.
2.- Estos ataques, vienen a añadirse a otros hechos semejantes, ocurridos en los últimos años, en contra de personas, lugares y símbolos católicos y de otras denominaciones cristianas. Tales acciones vulneran el sentimiento católico de la mayoría del pueblo venezolano, desdicen del espíritu de respeto, tolerancia o afecto hacia lo religioso que es tradicional entre nosotros, atentan contra la convivencia pacífica, inciden negativamente en el clima de la seguridad ciudadana, y ponen en peligro el disfrute del derecho fundamental a la libertad religiosa y de conciencia consagrado en nuestra Constitución.
3.- En consecuencia, instamos a los organismos competentes a adelantar con diligencia las investigaciones pertinentes que lleven a esclarecer las causas e identificar y sancionar a los responsables de estos hechos, como muestra de lucha contra la impunidad y testimonio eficaz de vigencia del Estado de derecho. En efecto, es obligación de las autoridades y poderes del Estado proteger y promover el derecho a la libertad religiosa y los otros derechos inviolables del ser humano.
4.- Expresamos a todo el pueblo de Dios y, en particular, al pueblo larense y yaracuyano, nuestra oración y solidaridad ante estos lamentables e inadmisibles hechos vandálicos, y saludamos sus testimonios de fervor y veneración, de identidad religiosa y cultural, como muestras de su espíritu de libertad y reconciliación.
5.- Rechazamos, al mismo tiempo, la utilización reiterada del lenguaje, imágenes u otros símbolos religiosos, con fines comerciales, políticos o ideológicos, ajenos por principio a su naturaleza y finalidad.
6. - Reiteramos el firme compromiso de todos los miembros de la Iglesia católica en trabajar con la fuerza y la gracia de Jesús, Príncipe de la Paz, y con la ayuda de Nuestra Madre Santísima de Coromoto, para que ninguna persona o grupo religioso sea coaccionado o atemorizado ni vea limitadas o impedidas la profesión pública o la enseñanza de su fe.
7. invitamos a todos los sectores de la sociedad y en particular a sus dirigentes a trabajar juntos para que la violencia y la intolerancia desaparezcan de los espíritus y de los corazones y cedan el paso a la concordia y al diálogo entre todos los ciudadanos, sin importar cuál sea su origen, raza o credo religioso y tomando en cuenta simplemente nuestra común condición de personas llamadas a vivir fraternamente como hijos de un mismo Padre.

Caracas, 03 de Junio de 2011

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