En América Latina son 433 religiosas de
17 nacionalidades distintas, y además, hacen presente el carisma en 15 países
Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic
Ana María Pérez
Caracas, 05 de octubre de 2015.-
Las Hermanas de la Caridad de Santa Ana celebraron 125 años de llegar a
Maracaibo, estado Zulia (Venezuela), lugar al que guiadas por el lema:
“Caridad sin Fronteras”, arribaron
el 18 de septiembre de 1890, para ofrendar a Dios su servicio entre los más
pobres y necesitados, “y desde aquí su expansión a 14 países más de
este Continente”, según indicó en un mensaje la Hermana María Teresa
Bajador Subías, superiora general.
Monseñor
Jesús González de Zárate, presidió una eucaristía el 27 de septiembre, en la
Catedral Metropolitana de Caracas, recordando la historia de esta congregación junto varios miembros del clero arquidiocesano y varias religiosas de la Caridad de Santa Ana.
“Llegaron
hasta el puerto en una pequeña embarcación, en medio de fuegos artificiales y
repiques de campanas”, dijo en la homilía. Allí las esperaba una multitud al frente de la
cual se encontraban el presidente del Estado, general Ramón Ayala, y el obispo
de Mérida de Maracaibo, monseñor Román Lovera, entre otras
personalidades.
Llegaron
desde España a “ofrendar” sus vidas en un servicio de “hospitalidad”, a favor
de los más pobres, especialmente cuando la lepra
hacía estragos en Venezuela, recordó muy emocionado el obispo auxiliar de Caracas.
Dijo que “en octubre de 1889, se había presentado ante la Hermana Martina
Balaguer, superiora general de la Congregación, el sacerdote Don Domingo
Lamolla, para solicitarle le concediese Hermanas para ir al Lazareto de la Isla
de la Providencia en Maracaibo, con objeto de cuidar a los leprosos”.
Es
histórica la respuesta del cardenal español, Francisco de Paula Benavides, entonces
arzobispo de Zaragoza: "Reconozco la voluntad del cielo; vayan
enhorabuena las Hermanas a cuidar a Jesús en las personas de sus leprosos",
permitiendo así, el caminar de las religiosas para instalar en la isla de
Providencia el primer leprocomio de Venezuela.
El
prelado rememoró a las pioneras de la “caridad” y “hospitalidad” que
participaron en la “evangélica expedición” a Maracaibo: Josefa Moreno Arcid,
Antonia Montull, Pabla Ferrer, Anselma Callén y Usón, Justa Gómez, Pabla
Sánchez, Ramona Cavero, Dolores Campo, Castora Irujo Vidaurre, Nicolasa
Garisoaín Latorre, Aniana Imás, Carmen Castán Peribáñez, Elena Galochino,
Filomena Prades, Francisca Monter, Marcelina Zabalegui, Marcela Sáez de Adana,
Elena Díaz, Gila Díaz y Díaz, Matea Crespo, Inés Pascual y Macheta, Joaquina
Adell, Andresa Cascante y Andrea Mateos y Martínez. “La Madre Candelaria
Marmuyed, quien fue nombrada superiora provincial para Venezuela el día antes
de su partida de España, encabezaba el grupo de estas abnegadas religiosas”,
dijo.
Cripta de mujeres santas y
audaces
Un
mensaje de la Hermana María Teresa Bajador indicó que el nacimiento de la
Congregación en Venezuela está marcado por el heroísmo.
“Ante las múltiples
dificultades, muchas Hermanas jóvenes caen dejando su vida en el surco, como queda
certificado para siempre en el Cementerio de Hermanas en Maracaibo.
Para nosotras una Cripta de mujeres santas y audaces”. Refirió
que la historia de esta Congregación “habla de caridad heroica, hasta dar la vida;
de amor a Dios y de amor al hermano, de manera especial al más pobre y
necesitado; de sacrificio y entrega; de abnegación y de renuncia; de
gratuidad y gratitud”.
El
mensaje de la religiosa recordó el pasado de la Congregación para admirar,
reconocer, agradecer, aprender. “Nuestro corazón hoy se ha vestido de fiesta.
Celebrarla es expresar un Sí a la vida, a toda la vida, a los 125 años
jalonados de silencio, de sombras, de dificultades, pero repletos de fidelidad,
de compromiso, de felicidad y amor entregado”.
Maracaibo recordó con alegría
Maracaibo
no se quedó atrás en estos festejos. El 18 de septiembre se realizó una gran fiesta
eucarística en la Basílica “Nuestra Señora de
Chiquinquirá” donde recibieron la bendición de “La Chinita”. Luego se
cumplieron varias actividades religiosas-culturales con representación de todo
el país, reuniendo unas 1500 en el “Malecón de Maracaibo”.
La
Hermana Coro Erro, superiora provincial para Venezuela, Brasil y Cuba, expresó:
“Maracaibo
es un hito en la historia congregacional porque aquí se siembra y se expande
nuestra labor, este aniversario tiene un significado de agradecimiento
y compromiso para seguir viviendo otros 125 años más con la intensidad que
vivieron nuestras hermanas”.
Destacó
que tienen muchos retos “pero el principal es ser auténticas, unas
mujeres coherentes con lo que queremos ser, primeramente, consagradas a
Dios y, luego, entregadas a todo, especialmente, a los más pobres”.
Dijo
que en Venezuela son 88 hermanas y trabajan en los campos de la salud,
educación, obras sociales y misiones indígenas. Se encuentran en Caracas y en
los estados Miranda, Guárico, Trujillo y el Zulia.
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