Iglesia
de Caracas definió estrategias para contrarrestar la carencia de vocaciones a
la vida consagrada, así como para impulsar el trabajo pastoral en las áreas de evangelización, catequesis, pastoral social, y formación del laicado metropolitano
Ramón Antonio Pérez /
@GuardianCatolic
Caracas, 19 de junio de 2015.-
“Hay que reconocer que si bien en nuestra Arquidiócesis se ha ido
tomando conciencia de la importancia de la Pastoral Vocacional, aún no se ha
asumido como un eje transversal de la acción pastoral, y no se percibe
suficientemente la dimensión vocacional como parte de la vida cristiana”.
De
esta manera lo expresó el cardenal Jorge Urosa Savino, el pasado 30 de mayo, en
el Colegio “La Consolación” de Caracas, en el marco de la asamblea arquidiocesana
convocada para impulsar la pastoral de la Iglesia caraqueña a la luz del “Plan
de Pastoral vigente para el lapso 2013-2019”.
La asamblea pretendía “compartir los logros y propuestas novedosas fruto del trabajo de las asambleas parroquiales y arciprestales en las áreas de evangelización, pastoral social y vocacional, formación de laicos y catequesis”, realizadas a lo largo del año; y “asumir las líneas de acción común en las áreas temáticas”.
No
obstante, que el arzobispo de Caracas hizo una exposición general de los temas
contemplados, enfatizó que uno de los mayores retos de la iglesia en Caracas es
el trabajo para superar la carencia de vocaciones a la vida consagrada y sacerdotal.
Líneas de trabajo en el área
vocacional…
En
primer lugar propuso valorar la concientización del problema. “Es preciso crear un ambiente de
interés por las vocaciones eclesiásticas, por la existencia de sacerdotes y
consagrados”, dijo. “Es lo que se llama crear una cultura
vocacional”, dijo.
Luego
planteó el aspecto de la organización. Se trata del “fortalecimiento
del equipo arquidiocesano de pastoral vocacional con la presencia de otros
sacerdotes, laicos, religiosos y religiosas”, creándolo en cada
parroquia y a nivel arciprestal. Considera necesario vincular la “pastoral
juvenil y cuidar la pastoral familiar como ambiente propicio para incentivar y
descubrir las posibles vocaciones”.
El
tercer aspecto fue la animación vocacional. “Se debe
promover la oración constante y pública por las vocaciones en las distintas
comunidades (oración de los fieles, horas santas (…) organizar encuentros
vocacionales (…); visitar las escuelas y colegios de cada zona, al menos dos
veces al año; retomar la experiencia de las “Expo vocacionales”; impulsar la actividad
vocacional en las Instituciones universitarias; crear, donde no exista, del grupo
de servidores del altar o monaguillos, como semillero de posibles vocaciones
sacerdotales”.
El
cardenal estima necesaria la difusión de campañas vocacionales en diferentes
medios, así como la elaboración de un “manual” o “temario”, particularmente en
la “campaña vocacional comprendida entre mayo y junio”. Sugiere incorporar el
tema en la predicación y catequesis, y “preparar una campaña comunicacional para despertar
la inquietud en los jóvenes y en los padres de familia”.
El
cuarto elemento fue el acompañamiento vocacional. “Es
necesaria la cercanía de los sacerdotes, religiosas y seminaristas a los
jóvenes con inquietudes vocacionales y la presencia de los seminaristas en las
parroquias”, dijo.
Uso de la redes sociales y espacios
públicos
Como
parte de la dinámica de la asamblea fueron constituidos tres equipos de trabajo
coordinados por el padre Reinaldo Gámez, director del área en la arquidiócesis
de Caracas.
Trabajaron en torno a las siguientes preguntas: ¿Qué problemas debemos superar? ¿Qué proponemos? ¿Cuándo lo hacemos? y ¿Quién lo ejecuta?
El
seminarista Luis Felipe Márquez destacó
la “falta
de conciencia en este problema para parte de los miembros de la Iglesia para
motivar a solventar este problema.
No es un trabajo exclusivo de los sacerdotes y religiosas, sino de toda la Iglesia”.
Alexander Morales (seminarista) planteó
“hacer
ver a la comunidad parroquial la necesidad de las vocaciones, porque implica la
participación de todos”. Propuso “crear un equipo de pastoral vocacional
multidisciplinario en inter congregacional donde se puedan articular
todas aquellas instancias en coordinación con la arquidiócesis pero a tiempo
completo, para abarcar más espacios y llegar a más lugares de Caracas”.
Luis García (Seminarista) refirió
que en este campo se le está dando “poco uso a las redes sociales para la promoción
y divulgación y promoción de la pastoral vocacional en Caracas”. Y
agrega la necesidad de una “mayor presencia” de seminaristas en sus comunidades
parroquiales o de origen “a fin de que sean motivación para otros” jóvenes.
Finalmente el seminarista propone “tomas vocacionales parroquiales”, no sólo en los templos sino en
plazas, escuelas, universidades y otros espacios públicos. @GuardianCatolic
A continuación, la ponencia del Cardenal
Urosa, durante la Asamblea Arquidiocesana (subrayado nuestro)
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I.- Motivación
de la Asamblea Arquidiocesana de Pastoral.
Que alegría tan
grande, queridos hermanos, estar congregados en este querido Colegio de N. Sra.
De la Consolación, para celebrar nuestra Asamblea Arquidiocesana de Pastoral.
Se trata de un encuentro de reflexión esperanzada y fraterna, en el nombre del
Señor, para impulsar con renovado entusiasmo nuestra labor evangelizadora,
santificadora y pastoral en nuestra querida Caracas.
Esta Asamblea
responde a la decisión de los Obispos de Venezuela en el año 2013 de realizar
una Asamblea Nacional para reavivar la
labor pastoral dela Iglesia en todo el País y evaluar la puesta en práctica de
las orientaciones del Concilio del Concilio Plenario de Venezuela, proceso que
nos compromete a todos. En efecto, en el documento “Instancias de comunión
para la misión”, los obispos en el Concilio indicamos la necesidad de realizar
asambleas como ésta. (216)
Pues bien, aquí
estamos reunidos hoy para darle un nuevo empuje a nuestra vida eclesial, para
infundir nuevo espíritu, optimista y entusiasta a la labor de sembrar el
evangelio y llevar los dones de Cristo a todo el pueblo de Dios que vive en
Caracas. Esta Asamblea que prepara la Asamblea Provincial y la
Nacional, es una magnífica oportunidad para impulsar la aplicación del Plan
Arquidiocesano de Pastoral 2013-2019, en el cual está plasmado el modo concreto
de llevar adelante las orientaciones del Concilio.
Hay otro motivo
que nos mueve hoy: en el año 2013 el Papa Francisco hizo a la Iglesia un nuevo llamado a
la evangelización, y a comunicar la alegría del Evangelio. Pues bien, luego de
haber realizado en nuestras parroquias y arciprestazgos una seria reflexión
sobre la situación y desafíos que tenemos, nos encontramos hoy aquí como una
gran familia, como una Iglesia viva y unida, servidora y misionera, llena de
alegría pascual.
Ahora, con
espíritu pascual, optimista y proactivo, escuchando a Cristo que nos invita a
echar las redes para pescar, con realismo pero confiados en la ayuda de Dios,
evaluaremos los logros y dificultades que encontramos en algunos importantes
campos de acción pastoral y diseñaremos los modos concretos para impulsar un
renovado dinamismo evangelizador y misionero en nuestra querida Arquidiócesis.
2.- ALGUNOS
GRANDES PROBLEMAS Y DESAFÍOS PASTORALES DE NUESTRA IGLESIA ARQUIDIOCESANA. NUESTROS
TEMAS DE REFLEXIÓN HOY
En nuestra
oración inicial escuchamos el hermoso texto de la Pesca Milagrosa (Lc 5, 1 – 7).
El Señor anima a los apóstoles a seguir pescando, a pesar de su pesimismo, y
ellos, actuando en su nombre, obtuvieron una pesca sobreabundante. También la
Iglesia tiene dificultades, problemas, limitaciones. Pero más fuerte que ellos
es el amor del Señor, el poder del Señor y su voluntad de realizar su obra de
salvación en Caracas.
En las Asambleas
parroquiales y arciprestales, partiendo del análisis de nuestra realidad
eclesial, hemos abordado cinco campos de pastoral, a saber: la proclamación del
Evangelio, la catequesis, la formación del laicado, la pastoral vocacional y la
pastoral social. Escogimos esos campos por su importancia especialmente
la catequesis y la pastoral vocacional. Como marco general de la reflexión que
vamos a realizar por grupos ahora, permítanme señalar los puntos más
significativos en esos campos de pastoral.
I –LA
PROCLAMACIÓN DEL EVANGELIO.
A pesar de
nuestros esfuerzos, el anuncio del Evangelio que se realiza generalmente a
través de las catequesis de iniciación cristiana, resulta insuficiente, por lo
que se deben desarrollar nuevas formas para favorecer el encuentro con la
persona de Jesucristo y para que el Pueblo de Dios crezca en el amor y
conocimiento de la Palabra de Dios y esta sea el alma de la acción pastoral. Es
preciso, pues, fortalecer e intensificar la acción evangelizadora.
Es preciso
entrar en la dinámica de la conversión pastoral que lleve a las parroquias a la
salida misionera, al servicio de la proclamación kerigmática del Evangelio,
especialmente a los alejados.
En cuanto a las
iniciativas que se pueden y/o deben promoverse en este campo, pueden destacarse
las relativas a:
a) La formación
de agentes de evangelización: como serían, la promoción de escuelas de
formación y círculos bíblicos, especialmente para catequistas; fortalecer las
escuelas para novios y de matrimonios; la lectura oreante y meditación diaria
de la Palabra de Dios por parte de quienes forman parte de los grupos y
comunidades parroquiales; las iniciativas para incrementar la conciencia
misionera de los grupos y movimientos de apostolado de la Parroquia, cada uno
desde su especificidad y carisma.
b) La
implementación de proyectos y actividades que hagan de la Parroquia un centro
misionero permanente, como serían la realización de encuentros periódicos sobre
la Palabra de Dios, retiros de evangelización, visitas a los hogares con el
propósito de evangelizar, encuentros prebautismales, prematrimoniales y
catequesis con los padres de los niños y jóvenes que se preparan a los
sacramentos, bibliodramas, cines foros, teatro, conciertos, concursos,
carteleras parroquiales, folletos evangelizadores, murales con contenido
evangelizador; la orientación de las manifestaciones de religiosidad popular en
perspectiva evangelizadora; la presencia de la comunidad católica en los
lugares significativos y los momentos especiales de la vida social; actividades
misioneras en diversos sectores de la parroquia y en los nuevos complejos
residenciales y la organización sistemática de las misiones juveniles (MIJO)
tanto a nivel parroquial y arciprestal; el acompañamiento espiritual a los
enfermos y a las personas mayores; el establecimiento en las parroquias
espacios para el encuentro, la escucha y
el diálogo; el uso de las redes sociales y los MCS para trasmitir el mensaje
evangélico, para lo cual se requiere preparar el personal necesario para este
servicio.
c) El
fortalecimiento de la organización pastoral, a través del trabajo articulado de
los agentes de pastoral y de las diversa áreas de pastoral; la sectorización de
las parroquias y el fortalecimiento de las pequeñas comunidades cristianas; la
promoción de los animadores de esas pequeñas comunidades; la articulación de
grupos de misioneros dispuestos a salir a la calle periódicamente a visitar los
hogares y a predicar en lugares públicos; la creación de equipos de
comunicaciones en cada parroquia para la difusión del Evangelio a través de las
redes sociales y las TIC; el seguimiento y evaluación de las actividades
pastorales que se realizan, a través de reuniones periódicas a nivel
arciprestal de planificación y evaluación; la consolidación de la Pastoral
Juvenil a nivel Arciprestal.
II – LA CATEQUESIS.
Con gozo
comprobamos que en la mayoría de las Parroquias de la Arquidiócesis se hace un
gran esfuerzo por llevar adelante la catequesis sacramental. Puede decirse que
es una prioridad pastoral por la dedicación de personal, tiempo, espacios que
se invierten para atender los procesos de iniciación cristiana. Y tenemos un
Secretariado de Catequesis de alta calidad. Eso está muy bien. Sin embargo, no
logramos que la catequesis llegue a la mayoría de los parroquianos, puesto que
la catequesis se sigue limitando a la catequesis de niños y jóvenes para
recibir los sacramentos de iniciación cristiana, sin alcanzar todavía a otros
ámbitos. Es decir, estamos centrados solamente en la catequesis
pre-sacramental, y tampoco abarcamos todo el conjunto de niños y jóvenes.
Además, tenemos
ahora un problema nuevo, o que se presenta con mayor gravedad a partir de la
nueva ley de educación de 2009, y de la aplicación del currículo escolar. Ya,
salvo algunas excepciones en algunas partes del país, no se nos permite
impartir la educación religiosa, la catequesis, en las Escuelas. Es decir, no
puede haber catequesis sistemática en las escuelas públicas, y en las privadas
se hace muy cuesta arriba. Se trata de la
formación para la vida cristiana, la educación de la fe nuestros niños y
jóvenes de Caracas que ahora no es posible durante el horario escolar.
¿Qué vamos a hacer al respecto? Claro
que se llevan adelante algunas iniciativas en la línea de la formación en
valores en las escuelas, a través de convivencias y otros espacios de reflexión
y espiritualidad. También nos dejan o nos piden realizar algún acto en Navidad,
o el día de la Madre, o una Misa de graduación. Pero estas actividades no
sustituyen la catequesis sistemática.
Pues bien, en lo
que se refiere a las iniciativas que se pueden promover en el campo de la
Catequesis, en las asambleas previas se han presentado una variedad de
propuestas, como estas:
a) Formar más y mejores catequistas: con programas
de reclutamiento, selección y formación de catequistas, en sus diferentes
formas y niveles; teniendo en cuenta las propuestas del Secretariado
Catequístico Arquidiocesano; así como desarrollar una formación interactiva de
nuevos catequistas a través de internet o seminarios semi-presenciales.
b) Multiplicar medios y estrategias de educación de
la fe:
como son la creación de programas de catequesis de perseverancia, así como
programas de catequesis para adultos; el reforzar la pastoral y la catequesis
familiar; la creación de la “Escuela dominical” para los niños que acompañan a
sus padres a la Misa; la creación y promoción de una escuela bíblica para
niños, jóvenes y adultos; la incorporación de los niños y jóvenes a la vida
parroquial, a través de los diferentes grupos como los monaguillos, etc.
c) En torno a la Catequesis general, para la vida,
la formación en la fe:
preparar equipos de catequistas que evangelicen en los planteles educativos privados;
promover actividades de evangelización puntuales en los planteles públicos.
Pero se trata de algo más sistemático: de la catequesis, educación en la fe de
nuestros muchachos. Habrá que buscar más catequistas; buscar espacios en las
Escuelas privadas o en otras partes; utilizar los salones parroquiales. Es un
nuevo y gravísimo reto pastoral para la Iglesia en Venezuela, y para cada una
de nuestras unidades pastorales.
III –La
FORMACIÓN DE LOS LAICOS.
La mayoría de
las parroquias tiene como eje principal para la formación de los laicos en la
fe la catequesis de iniciación y perseverancia. Además se desarrollan otros
espacios en el que los fieles laicos tienen oportunidad de profundizar en el
conocimiento de las Sagradas Escritura, la Liturgia y el Magisterio.
Son muchas las
iniciativas que se realizan en este campo: Talleres de formación de misioneros,
cursos bíblicos y sobre el Catecismo de la Iglesia, charlas sobre el Magisterio
Pontificio, retiros, encuentros para la lectura orante de la Biblia, etc.
Muchos grupos de apostolado tienen programas propios de formación.
A pesar de este
notable esfuerzo, no hay en muchas partes una propuesta formativa orgánica y ni
se ha gestado en las parroquias un proceso formativo sistemático y estable en
el tiempo que se constituya en una propuesta de formación permanente para los
bautizados.
Para mejorar la
formación de los laicos, debemos abrir nuevos espacios donde se ofrezca una
formación integral y sistemática en la fe, kerigmática, cristocéntrica y
misionera. También hace falta promocionar los grupos de apostolado existentes
como elementos válidos para la formación doctrinal, pastoral y espiritual de
los creyentes , tales como la Legión de María, la Renovación Carismática, los
Samaritanos, la Acción Católica, el Apostolado de Jesús de la Misericordia.
En el campo de la
Pastoral familiar, tan propio del laicado, hay que motivar a los fieles para
que se integren a esta área de pastoral y organicen la Pastoral de Vida; cuidar
con esmero los cursillos o talleres pre matrimoniales para ofrecer un aporte
significativo a la vida de parejas cristianas; organizar, en un ambiente de
inclusión, actividades de formación para las parejas vueltas a casar y diseñar
cursos de sexualidad para jóvenes y niños. En lo que se refiere al uso de los Medios de
Comunicación en la acción evangelizadora los laicos pueden prestar un magnífico
servicio de información a través de la producción de subsidios formativos
relativos a temas claves o sobre los que se presupone dudas o errores.
El Arciprestazgo
puede constituirse como una instancia de formación para facilitar el
intercambio de experiencias y conocimientos, reducir los costos de inversión
para la formación y fomentar procesos de integración entre los agentes de
pastoral al servicio de las parroquias del Arciprestazgo.
IV –LA PASTORAL
VOCACIONAL:
En primer lugar
es preciso recordar que en la Iglesia hay muchas vocaciones: al matrimonio y al
laicado, a la vida consagrada, al sacerdocio. En este momento, y en esta
asamblea, nos concentramos en las vocaciones sagradas, por su importancia, por
su necesidad y por la grave escasez que estamos sufriendo. Por otra parte al
hablar de pastoral vocacional se entiende un conjunto de actividades, la
mayoría permanentes, y otras que se realizan en momentos especiales del año, que
buscan suscitar en la Iglesia candidatos al sacerdocio o a la vida consagrada.
Hay que
reconocer que si bien en nuestra Arquidiócesis se ha ido tomando conciencia de la
importancia de la Pastoral Vocacional, aún no se ha asumido como un eje
transversal de la acción pastoral y no se percibe suficientemente la dimensión
vocacional como parte de la vida cristiana. Esto es sumamente
importante y grave, dada la aguda escasez de vocaciones al sacerdocio y a la
vida consagrada en nuestra Iglesia de Caracas. Es preciso que tomemos conciencia
de la gravedad del problema, para trabajar con mayor entusiasmo, organizada y
sistemáticamente en la pastoral vocacional, para promover la belleza, la
grandeza y la importancia de las vocaciones al servicio de Dios y dela Iglesia.
En cuanto a las
iniciativas que se pueden o deben promover en este campo, se han señalado gran
número propuestas.
1. Concientización: Es preciso
crear un ambiente de interés por las Vocaciones eclesiásticas, por la
existencia de sacerdotes y consagrados. Es lo que se llama crear una cultura
vocacional, es decir, que la comunidad eclesial esté consciente de la grandeza
y necesidad de las vocaciones sagradas.
2. Organización: el fortalecimiento del equipo
Arquidiocesano de Pastoral Vocacional con la presencia de otros sacerdotes,
laicos, religiosos/as; crear en cada parroquia y a nivel arciprestal del equipo
de Pastoral Vocacional con la asesoría y acompañamiento inicial del Secretariado
Arquidiocesano de Pastoral Vocacional; y la vinculación la Pastoral Vocacional,
la Pastoral Juvenil y cuidar la pastoral familiar como ambiente propicio para
incentivar y descubrir las posibles vocaciones.
3. Animación vocacional: son muchísimas
las sugerencias señaladas en las asambleas previas: se debe promover la oración
constante y pública por las vocaciones en las distintas comunidades (oración de
los fieles, horas santas, etc.); se pueden organizar de encuentros vocacionales
para promover vocaciones a la vida sacerdotal y a la vida religiosa; visitar
las escuelas y colegios de cada zona, al menos dos veces al año; retomar
la experiencia de las “Expo vocacionales”; impulsar la actividad
vocacional en las Instituciones universitarias; crear, donde no exista, del grupo
de servidores del altar o monaguillos, como semillero de posibles vocaciones
sacerdotales.
También se
sugieren la elaboración de un “manual” o “temario vocacional” que incluya
además las estrategias pastorales a seguir en los arciprestazgos; realizar la
Semana Vocacional en cada parroquia, para mostrar los carismas de la vida
sacerdotal y religiosa; elaboración de carteleras y otros medios de divulgación
de mensajes vocacionales, particularmente en la campaña vocacional (mayo-junio);
incorporación del tema vocacional en la predicación y en la catequesis; preparar
con la ayuda de expertos, una campaña comunicacional para despertar la
inquietud en los jóvenes y en los padres de familia.
4. Acompañamiento vocacional: la cercanía de
los sacerdotes, religiosas y seminaristas a los jóvenes con inquietudes
vocacionales y la presencia de los seminaristas en las parroquias; trabajo
articulado con los Seminarios.
V- LA PASTORAL
SOCIAL O CONTRIBUCIÓN DE LA IGLESIA A LA GESTACIÓN DE UNA NUEVA SOCIEDAD.
En este campo
tenemos que activarnos mucho más. El amor al prójimo es la prueba y sello de
nuestra fe en Jesucristo. Existen en
nuestras instancias eclesiales diversas iniciativas orientadas a la pastoral
social, aunque con diverso grado de organización. Estas actividades no siempre
están articuladas a otras áreas de pastoral de la parroquia y se realizan de
forma individual o de un pequeño grupo, por lo que en ocasiones resulta difícil
captar nuevos voluntarios para este trabajo. Este trabajo es muy necesario,
dada la situación de penuria que sufren muchísimas personas.
Entre las
actividades sugeridas en las asambleas previas se destacan: la visita y
acompañamiento espiritual y social a los enfermos en los hospitales y clínicas
cercanos a las parroquias, en sus hogares y las visitas a los ancianatos, a
través de los ministros extraordinarios de la sagrada comunión; el apoyo a
programas de Pastoral Social promovidos por las propias parroquias o por
instituciones de inspiración cristiana; la existencia de centros de salud
(odontología, psicología, medicina general, pediatría, etc.), en diversas
parroquias; el sostenimiento de comedores populares y para indigentes; la
recolección y distribución de alimentos, medicinas y equipos médicos para
ayudar a familias necesitadas, ancianos y enfermos; la promoción de centros
deportivos y recreativos para jóvenes y niños; la recepción y distribución de
ropa a los necesitados (roperos parroquiales) y la recolección de juguetes que
después se distribuyen a los pobres; cursos sobre la Doctrina Social de la
Iglesia; la capacitación de jóvenes y adultos para el trabajo; la ayuda a
niños no escolarizados; el apoyo a
grupos de “Alcohólicos anónimos” y “narcóticos anónimos”; la existencia de
grupos misioneros y de jóvenes vinculados con la Pastoral Social; la promoción
de Club de abuelos.
Reconociendo el
esfuerzo que se viene realizando en relación a la pastoral social, es necesario
reconocer que debemos hacer mucho más, y
articular orgánicamente y promover iniciativas sistemáticas para que sus
acciones no sean sólo asistencialistas sino que ayuden a crear conciencia de la
necesidad de vivir los valores cristianos en nuestra sociedad y adquirir la
formación adecuada.
INICIATIVAS QUE
PODRÍAN DESARROLLARSE EN ESTE CAMPO
1-Reactivar la
Caritas Arquidiocesana
2- El
establecimiento de Caritas en cada una de las Parroquias o de un pequeño comité
de pastoral social y de salud arciprestal para aunar esfuerzos, activar la
conciencia arciprestal alrededor del sostenimiento de las obras de solidaridad
dela Iglesia.
3- Reactivar las
obras de pastoral social que se encuentran debilitadas e implementar otras,
según las necesidades y posibilidades de cada Parroquia y Arciprestazgo.
Promover convenios que lo hagan posible.
4. Crear mecanismos
para la participación de los laicos,
especialmente de los jóvenes, en actividades sociales, como pueden ser la
vinculación con grupos de Derechos Humanos; el rescate de los valores cívicos
así como la tolerancia, el respeto, la solidaridad, la construcción del bien
común, la cultura de la vida y de la paz. Para ello se debe formar a los
miembros de la comunidad parroquial en Doctrina Social dela Iglesia.Tambiénse
debe prestar especial atención a la familia como núcleo fundamental de la vida
social, a través de la asistencia y acompañamiento de mujeres embarazadas, campañas pro – vida y la atención espiritual
para matrimonios en crisis. Todas estas iniciativas se pueden potenciar en el
contexto del Año Santo de la Misericordia.
CONCLUSIÓN:
Luego de escuchar
la invitación de Jesús, “Echen las redes para pescar”, San Pedro, confiado y
decidido, respondió: “!en tu nombre echaré las redes”! (Cf. Lc 5, 4-5) Esa
actitud decidida, proactiva, esperanzada, el nuevo ardor que nos pedía San Juan
Pablo II, es la actitud que debe animarnos en
este encuentro fraterno para la renovación de la vida y de la acción
pastoral de nuestra Iglesia de Caracas. Se trata de darle nueva fuerza, con
ardor apostólico, optimismo y entusiasmo, al trabajo pastoral en nuestra
Arquidiócesis.
¡Acojamos la
invitación de Cristo, y llenos del Espíritu Santo echemos las redes para
pescar! La tarea es ardua, pero hermosa, reconfortante, y hacerla es una
bendición de Dios para nuestros hermanos. Y pongamos nuestras inquietudes,
anhelos y esperanzas de renovación de la Iglesia en Caracas en manos de nuestra
madre amorosa y patrona, Nuestra Señora de Coromoto. Que ella nos bendiga, y
logre que Nuestro Señor Jesucristo transforme nuestra agua en vino, como en las
Bodas de Caná (Cfr. Jn 2, 1-11) Amen.
Alocución en la
Asamblea Arquidiocesana de Pastoral, 30
de mayo de 2015,
Colegio Nuestra
Señora de La Consolación,
Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas
Fotografías de a actividad:
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