Predicador del Papa dirigió mensaje de fe a los venezolanos durante Día Nacional de la Oración en Caracas

.La Renovación Carismática Católica de Venezuela convocó esta actividad por intermedio de su Comité Nacional encabezado por Emma Mata de Reyes. El padre Cantalamessa habló de la esperanza como una posibilidad de lo que con certeza se espera en el futuro, ya que “al ser vencida la muerte, la enemiga del hombre, surge para nosotros la esperanza en una Vida Nueva”


Ramón Antonio Pérez
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Caracas, 16 de mayo de 2010.- Con una enseñanza centrada en la resurrección de Jesucristo y sus implicaciones de fe para los cristianos, el Padre Raniero Cantalamessa, predicador oficial de la Casa Pontificia de Roma, fue el encargado de dirigir la homilía durante la celebración eucarística que se efectuó en el estadio de béisbol de la UCV de esta ciudad, con motivo del Día Nacional de Oración 2010, convocado por la Renovación Carismática Católica de Venezuela.
Monseñor Jesús Tomás Zárraga Colmenares, obispo de San Carlos, estado Cojedes y asesor nacional de la RCC, fue el encargado de presidir la misa. Estuvo acompañado de Monseñor Saúl Figueroa, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Caracas y un grupo de sacerdotes y diáconos entre quienes destacaron los padres Jaime Kelly, Miguel Ángel García, Pedro José Guerra y Vicente Mancini, promotores de esta “corriente de gracia” a nivel nacional e internacional.


“Cristo ha Resucitado, eso es suficiente”El Padre Catalamessa explicó que el mensaje de la Resurrección de Cristo dado a los Apóstoles es una Buena Nueva también para hoy, “porque somos miembros de su Cuerpo; si no se cree en la resurrección de la carne menos se cree en la resurrección espiritual”, dijo. Convocó a los asistentes para “ser testigos de su resurrección” en todos los escenarios de la vida, en el trabajo, en las escuelas, en la universidades, en la regiones donde se viva. “La resurrección es todo para el cristiano”, dijo citando a San Agustín y el Concilio Vaticano II.
Durante las enseñanzas también expuso el ejemplo de fe en la Resurrección de Cristo, mostrado por el monje San Serafín de Sarov, quien vivió muchos años en los bosques de Rusia sin hablar con persona alguna, sólo compartiendo con animales. “Pero cuando se le acercaba alguien, él le decía: ¡Hermano alégrate, Cristo ha resucitado!”.
Este mensaje implicó una dinámica en plena homilía, en la que el Padre Cantalamessa invitó a cada asistente a decirle al que tenía al lado: “Hermano, hermana, Cristo ha resucitado”, generando un mayor entusiasmo en las gradas del recinto beisbolero. Mientras, en el altar Cantalamessa repetía: “¡No los veo, no los veo, no escucho, Cristo ha resucitado!, lo cual subía el bullicio y la alegría entre los carismáticos.
Acotó que “después de la Pascua los apóstoles hablan todo el tiempo del Dios de la esperanza (…) Jesús tenía que derrumbar el muro de la muerte para inocular la esperanza”. “Si no se cree en la resurrección de la carne se niega la resurrección de Cristo”, dijo de manera enfática el padre Cantalamessa.
Jesús envió también a las mujeres
El Predicador del Papa explicó a modo de ejemplo el tema de la Resurrección con el pasaje de los huesos secos, que se encuentra en el Capítulo 37 de Libro del Profeta Ezequiel, relativo al valle de los huesos secos “porque tenemos que resucitar en el corazón”. “Yo espero que cada uno de Ustedes regrese a su casa con un corazón resucitado”, dijo generando nueva algarabía en las tribunas del estadio.
Finalmente, dijo que en la Biblia hay muchas citas de envíos especialmente dirigidos a varones: Abraham, Moisés, Isaías; y tan sólo en el contexto de la resurrección se le da corto espacio de envió a las mujeres hecho por Jesús en el Capítulo 28 de Mateo. En consecuencia, hizo un llamado para que éstas se afiancen en esa misión dada a ellas y vayan por el mundo a anunciar que “Jesús ha resucitado”.

Padre Miguel Ángel GarcíaPor su parte, el sacerdote Miguel Ángel García, procedente de la Diócesis de Guayana, dirigió la segunda durante la jornada matutina. Estuvo centrada en la prerrogativa del Poder que Dios entrega a los hombres. “El poder es una prerrogativa especial y propia sólo de Dios y no del hombre. Aunque ceda una parte de ese poder al hombre, le sigue perteneciendo a Dios”, dijo.

Gran alegría carismática
El altar fue instalado en la zona central del campo de beisbol de la Ciudad Universitaria y la actividad se cumplió en medio de un marco de mucha oración y alegría por parte de las representaciones que acudieron desde todas las regiones del país.
Los asistentes lucieron pancartas y vestimentas alusivas al encuentro, a la renovación en el Espíritu Santo, en apoyo al Papa Benedicto XVI y la Iglesia Católica en general; mientras la cantante Nenita Ferrer y su agrupación tuvieron responsabilidad de animar con cantos el Día Nacional de Oración, siendo el conductor el padre Pedro Guerra.
También animaron el encuentro el Ministerio de Danzas y Pantomimas Trono de Gracia y la Red Nacional de Arte Enredados. La televisora EWTN estuvo grabando para transmitir vía cable el discurrir de este Día Nacional de Oración 2010, en Caracas.







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