“Hay
fotografías de la casa natal del beato que datan de unos 70 años”, refiere el
padre José Magdaleno Álvarez, rector del santuario de José Gregorio en Isnotú. En este artículo narra la anécdota de un hermano del Beato que estuvo a punto de ser asesinado en la
bodega familiar durante la Batalla de Isnotú, en octubre de 1899
Pbro. José
Magdaleno Álvarez / @josegregoriohernandezisnotu
Libertad, 11 de noviembre de 2021
Corresponden a la
vieja casona dedicada al comercio que, junto a la vivienda familiar,
caballeriza y solar, integraban el conjunto de lo que llamamos “casa natal de José Gregorio Hernández en
Isnotú”.
Todos ubicados donde se construyó el complejo del actual santuario inaugurado en octubre de 1966.
Conservamos el oratorio con el piso original de ladrillos ubicado donde nació
el beato, cuatro horcones de la residencia junto a algunas llaves, clavos y
bisagras. Últimamente se han recuperado varios maderos que habían estado en
casas particulares.
Pero disponemos también de una información interesante. Se trata de la descripción presentada por el propio Benigno Hernández en conjunto con un curador de menores, dos peritos y dos testigos.
El documento se elaboró con ocasión de la repartición de bienes entre Benigno, viudo de Josefa Antonia Cisneros y sus seis pequeños hijos, pues el equitativo y bondadoso padre contraería segundas nupcias con la boconesa María Hercilia Escalona.
El segundo matrimonio se llevaría a cabo en la iglesia San Alejo de Boconó, el 16 de noviembre de 1876.
Francisco Antonio Jelambi fungió como curador de los menores; los peritos valuadores fueron el General Francisco Barazarte y Bartolomé Briceño, siendo testigos Ángel María Ortega y Fernando Chuecos.
Estos
procedimientos legales se ejecutaron desde septiembre de 1874 hasta julio de
1875 en el pueblo que para la época se le llamaba Libertad y ya era parroquia
civil y eclesiástica (aunque sin sacerdote propio). José Gregorio tenía
entonces diez años.
Entre los bienes
valuados está la casa de comercio y la residencia. La descripción en el escrito
fechado el 19 de octubre de 1874 dice:
“Una casa de
tapias techada con tejas dedicada al comercio, teniendo sus correspondientes
armarios, mostradores y vidrieras, y otra casa a su fondo con sus correspondientes
casa de cocina y caballeriza, todas techadas con palma, con un solar cercado de
madera, en terreno propio y en el centro de la población, cuyos linderos son,
por el Este casa y solar de Juan Nepomuceno Villasmil; por el Norte la segunda
calle de la población; por el Oeste casa y solares de Antonio Mateos y Juana
Rosa Viloria, calle de por medio; y por el Sur calle principal de esta
población, valorada todo por la cantidad de mil quinientos venezolanos”.
La moneda legal en
curso para esos años era “el venezolano” la cual entró en vigencia en 1876 como
moneda única para el país y fue sustituida por el bolívar cuatro años después.
La casa de
habitación tenía estos muebles: cuatro carga baúles, cinco catres, dos mesas,
ocho silletas, utensilios de mesa y cocina, dos galápagos (sillas de montar).
Los objetos de menor valor no entraron al inventario. Desearíamos contar con
más detalles, pero al menos el aspecto legal nos brinda una oportunidad de
mirar desde la distancia lo que había en el negocio y en el hogar.
¿Estas casas
fueron construidas o compradas? No hay mención alguna de la construcción; pero
en el testamento redactado antes de su muerte Benigno dice que le hizo
considerables mejoras. Es decir, las casas ubicadas en todo el centro del
pequeño poblado fueron adquiridas por Benigno quien en pocos años ya poseía un
considerable patrimonio.
¿Cuáles productos
había en la bodega?
Nos interesa
destacar, de aquellos documentos, los enseres que había en la casa de comercio.
Los armarios contenían diversidad de mercancía pues Benigno tenía una bodega
muy bien surtida, una pequeña tienda donde se expedía gran variedad de productos
procedentes sobre todo de casas comerciales de Maracaibo. Favorecía el comercio
el hecho de que Isnotú era lugar de paso obligatorio para quienes venían del
Zulia.
Hacemos por
nuestra cuenta una clasificación de aquellos productos.
La rama textil y de
vestir parece más abundante: telas
(cotín americano, cotín inglés, bogotana de diversos tamaños, piezas de
algodón, liencillo de diversos tipos, cotonía catalana, lomo de camello,
crehuela de diversos tipos, holanda, zaraza de diversos tipos y tamaños, crea,
salvaje, lona de algodón, casimir de diversos tipos y tamaños, cotón americano,
pan de pobre, oreja de toro, warandol crudo, dril en diversas presentaciones y
tamaños, imitación de Marsella, cáñamo,
yerbilla de diversos tamaños, alpaca, warandol, balleta, punto blanco, muselina
variada, céfiro, grano de oro, lino), cobijas variadas, camisas de diversos
tipos de telas, sombreros (de pelo, de fieltro, de cogollo), franelas de
algodón, pañuelos de diversos tipos de tela, chamarretas, mantas de diversas
telas, hamacas, platilla, sombreritos para niños, zapatitos para niños, botones, hilos, zapatos
de adultos, alpargatas (de talón, de
suela), zapatos para adultos y otros.
Contenía la bodega
enseres variados como: cintas, peines, aguas de olor en frascos, portamonedas,
plumeros, anteojos, hebillas de chaleco, cortaplumas, naipes, cucharas,
cubiertos, cuchillos (grandes y medianos, cabos de madera, de clins, con
vainas, etc.), cerraduras para baúles, espuelas para cabalgar bestias de
diversas marcas, candados, frenos para las bestias, paragüitos, hachas,
machetes, espejos, cueros, serruchos, calderos, quintales de diversos
materiales y otros.
Del ramo
alimenticio y utilería para el hogar destacan: sardinas, aceite en botellas,
espelmas, harina (¿de trigo?) jabón en
pasta, arroz, sacos, encurtidos en vinagre, tabacos, medias suelas, panelas, planchas,
agua divina, querosén, maicena, hinojo, pirón, clavos, fósforos, losa surtida,
fideos, cominos, canela, cafeteras de hierro, aceite perfumado, aldabas para
ventanas, velas, damesana (recipientes), calabozos, sardinas, llaves de pipas,
panelas de azúcar, vasos, barriles, pipas con llaves, una romana, un peso,
añil, tubos para lámparas (¿de kerosene?) y otros.
Había objetos
referidos al tema que hoy llamaríamos escolar: resmas de papel, estambre,
libros escolares o para aprender a leer, cuadernos para escribir.
Del renglón de
bebidas encontramos: aguardiente, ron, vino blanco, ginebra, cerveza, vino
tinto y brandi.
En cuanto a
productos medicinales o lo que se llamaba entonces botica figuran los
siguientes: aceite de bacalao, botellas de depurativo, aceite de castor,
tinteros, sal de Epson, rob laffceteur, pulpa de tamarindo, tricófero, tónico
oriental, hierro por el hidrógeno, alcanfor, magnesia calcinada, espíritu de
nitro, éter sulfúrico, agua amoniacal, ácido nítrico, té, ipecacuana, nuez
moscada, aceite vermífugo, arsénico, cardenillo, cálomel, sulfato de quinina.
Anécdota que casi
culmina en tragedia familiar
Años más adelante en esta bodega estuvo a punto de ser abatido Cesar Hernández cuando acaeció la sangrienta batalla de Isnotú en octubre 1899.
Los soldados tumbaban la puerta
del negocio para saquearlo estando él dentro. Entraron y lo aprehendieron
mientras uno desde fuera le apuntaba con el máuser. Al hermano de José Gregorio
se le olvidó que llevaba un revólver en el bolsillo y no lo sacó. Lo
requisaron, le quitaron el arma, el reloj, el portamonedas y los víveres que
encontraron. Cesar nunca más volvería a portar un arma de fuego.
Otros bienes
familiares
Por el mismo
procedimiento legal, consta que don Benigno poseía los siguientes animales en
Isnotú y otros lugares donde tenía propiedades: 12 reses (entre vacas, novillos
y becerros), dos caballos, 17 burros de carga (variados), cinco cerdos y 22
animales entre gallinas y gallos.
Según el listado
de bienes, encontramos que había 237 personas en la lista de deudores
(compradores al fiado) tanto de Libertad como de sus alrededores.
Refería además el
documento las siguientes propiedades: una posesión de tierras en Cheregüé
valorada en 200 venezolanos, una
posesión de tierras en la parte este de Isnotú avalada en 400, un retazo de tierras a orillas del camino
público valorado en 60, una plantación de café valorada en 320, una plantación de café con su casa en La
Abejita valorar en 320, una casa en
fábrica en Isnotú valorada en 140, un
terreno ubicado en San Juan en 40, una
plantación de café en el sitio denominada Zalaja valuada en 120, un alambique
en mal estado valuado en 100 venezolanos.
Y las deudas que
para el momento tenía Benigno Hernández con sus proveedores de Maracaibo
también se describen: José Jiménez, Münch van Dissel y Compañía, Carlos Menke y
Compañía, Manuel Dagnino y Compaña, Schmilusky y Compañía, Guillermo Cook y
Compañía, José María Lares, Minlos Breuer y Compañía, Riedel Bornhorst y
Compañía, Blohn Mecklemburg y compañía, Schon Wilson y Compañía. Total en
deudas de giros: 17.327,93 venezolanos.
Memoria para la
identidad
Sirva esta reseña
también para informar que entre los objetos del santuario hemos hallado y
restaurado la placa que colocaron en la casa natal del beato. Esta plancha de
cemento fue puesta en el año 1952 y ahora estará exhibida en la “casita de
oración”.
Sigamos
redescubriendo el pequeño y valioso patrimonio histórico local, expresado en
historias familiares y lugareñas, personajes y objetos que constituyen un
baluarte para el pueblo que fue Belén y Nazaret del beato.
1 Comentarios
Excelente datos históricos de la familia de nuestro Beato felicitaciones. Pero sería interesante recordar que cundo muere Don Benigno María Hernández Manzaneda en 1890. Nuestro Beato se encontraba fuera del país haciendo su posgrado en la ciudad de París por lo que no pudo asistir a la exequias de su padre y él da instrucciones por escrito su cuñado Temístocles Carvallo, para que todos sus bienes heredados por su padre, fueran otorgados a sus sobrinos en partes iguales, lo que fue un gesto hermoso digno de un santo.
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