La Conferencia Episcopal Venezolana solidaria con quienes son deportados desde la isla del Caribe, recuerda las acciones humanitarias que se deben implementar de acuerdo con el mensaje del papa Francisco en la encíclica Fratelli Tutti: “acoger, proteger, promover e integrar”.
Ramón Antonio Pérez Aleteia Venezuela - publicado el 30/11/20
«Sobrevivimos
como pudimos en el mar. No hemos comido, nos picaron las plagas, algunos de los
niños están resfriados, vomitaron y están débiles. Pero gracias a Dios pudimos
llegar».
Estas palabras pertenecen a Cristian Mendoza, uno de los venezolanos retornados a Trinidad y Tobago; después que autoridades de esta isla del Caribe decidieron regresarlos a Venezuela, en una embarcación precaria, y sin respetar la condición de 16 menores de edad, publica el portal Aleteia.
Ahora
están en cuarentena obligatoria debido a la pandemia del coronavirus. Pero lo
sufrido estará con ellos por el resto de sus vidas.
“Es
una situación tan tremenda que no puedo hablar”, comentó Félix Marcano padre de
dos niños de 9 y 5 años que fueron deportados junto a la madre. “Estuvimos a
puntos de sufrir una tragedia mayor”, relató.
Devueltos al mar
El
incierto destino de más de una veintena de personas que fueron deportadas desde
las costas de Chatham Beach, en Trinidad y Tobago, el domingo 22 de noviembre,
generó una alerta mundial.
Incluso la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se hizo eco de la acción por parte del gobierno trinitense. “Todos los refugiados y migrantes, independientemente de su situación, tienen derecho al respeto y la protección de sus derechos humanos”, dijo la ONU sobre los menores venezolanos “devueltos al mar”.
El
sufrimiento duró unas 48 horas, aproximadamente, tiempo en el cual la débil
embarcación sufrió la avería del motor, siendo empujado por la brisa del mar
hasta la costa sur del país insular más próximo a Venezuela.
Al
mismo tiempo, un fallo en un tribunal trinitense suspendió temporalmente la
deportación de los migrantes, permitiéndoles regresar.
CEV: Fue una deportación sumaria
Pese
a ello, los obispos venezolanos la consideran una “deportación sumaria” que
“vulneró y puso en peligro la vida de los niños y sus acompañantes”.
El
cardenal Baltazar Porras, en su condición de presidente de Cáritas Venezuela,
junto a Roberto Lückert, de la comisión de justicia y paz de la CEV; Jaime
Villarroel, obispo de Carúpano y la red CLAMOR Venezuela, difundieron un documento, que
denominaron: “Ante los atropellos institucionales sufridos por los
migrantes venezolanos en el caso de la deportación ilegal de niños y mujeres en
Trinidad y Tobago”.
Las
palabras del Papa en la encíclica Fratelli Tutti (129), del pasado
mes de octubre, en las que habla del drama de los emigrantes, sirvieron a los
obispos para cuestionar la medida:
“Nos corresponde respetar el derecho de todo ser
humano de encontrar un lugar donde pueda no solamente satisfacer sus
necesidades básicas y las de su familia, sino también realizarse integralmente
como persona. Nuestros esfuerzos ante las personas migrantes que llegan pueden
resumirse en cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar”.
«Cumplan con los convenios internacionales»
“Dejamos sentada ante la comunidad internacional una
clara posición de repudio a los referidos actos; y ratificamos el apoyo a estos
niños y sus familias, manteniendo contacto con nuestra Diócesis Carúpano y de
Trinidad y Tobago, para exigir al gobierno de ese país cumpla con los convenios
internacionales, a favor de nuestros hermanos venezolanos migrantes que están
en su territorio”.
En
este orden, los prelados criticaron, en el documento de 3 páginas recibido por
Aleteia:
“las conductas de los gobiernos que afectan a
poblaciones vulnerables como lo son los solicitantes de asilo y los migrantes
provenientes de la República Bolivariana de Venezuela, en particular de niños y
adolescentes. A este particular son inadmisibles las deportaciones colectivas o
sumarias”.
Nuevas deportaciones de venezolanos
Los medios de Trinidad y Tobago han informado de nuevas deportaciones de emigrantes venezolanos, de acuerdo a lo que se ha conocido el pasado fin de semana. El 28 de noviembre le toco ser deportado a un grupo de 160 venezolanos que habían “entrado ilegalmente” al país; mientras un juez detuvo la deportación inmediata de otros 19.
El
ministerio de seguridad nacional advirtió en un comunicado que la deportación
de los 160 ciudadanos venezolanos, que entraron hace 60 días ilegalmente en
Trinidad y Tobago, se llevó a cabo este sábado “en conjunto con las
autoridades venezolanas”. Sin embargo, hasta el momento no ha habido
pronunciamiento del gobierno de Nicolás Maduro.
La
medida se hace en cumplimiento de la política del gobierno y respetando las
leyes de Trinidad y Tobago “para proteger a sus ciudadanos”, se
traduce de la misiva.
Desde
el año 2015, casi 6 millones de nacionales han emigrado de Venezuela, obligados
por la falta de alimentos y la atención médica en medio de una crisis
humanitaria compleja.
De
ellos, “al menos Trinidad y Tobago, con una población de casi 1,4 millones de
personas, alberga a más de 40.000 venezolanos”. Así lo reconoce ACNUR, la
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
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