Venezuela: Antes de Navidad rezaron “por las almas de las tumbas profanadas”


Se trata de una ceremonia inédita en la que la iglesia de Caracas realizó un acto de “reparación y expiación por las almas de las tumbas profanadas” en el Cementerio General del Sur


Ramón Antonio Pérez | Dic 24, 2018

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“Inmenso dolor y estupor es lo que siente mi corazón como sacerdote y Deán de la Santa Iglesia Catedral de Caracas, por el saqueo, la profanación, y la desidia de la cual hemos sido víctimas también nosotros, al constatar el estado en que dejaron el Panteón de los sacerdotes canónigos de la Catedral ubicado en el Cementerio General de Sur”.
Así denunciaba monseñor Adán Ramírez Ortiz, en enero de 2018, las profanaciones de una veintena de tumbas en las que yacían los cuerpos de varios sacerdotes de la iglesia metropolitana de Caracas. El dantesco hecho habría ocurrido el 18 del citado mes, recayendo la presunción de culpabilidad en “grupos delictivos vinculadas a la palería y santería” y en “comerciantes del bronce”. El hecho fue publicado por Aleteia
Sin embargo las profanaciones de tumbas siguieron ocurriendo en Venezuela, teniendo no sólo como blanco a los sacerdotes cuyos “cráneos blancos” son muy valorados en el “mercado palero, la santería y la hechicería”. También fueron violentados los panteones familiares de reconocidos líderes políticos, militares y otros ciudadanos fallecidos.
Para la iglesia, el último caso emblemático, ocurrió el 2 de noviembre en el cementerio municipal de Valencia (estado Carabobo), cuando fueron profanadas las tumbas de un grupo de religiosas y de los sacerdotes Guillermo Villa y José María Rivolta. “*Sus tumbas han sido profanadas y nos duele profundamente este sacrilegio a la memoria y a sus respetos que reposan en esta morada*”, denunció la Arquidiócesis de Valencia.

“No podemos ser indiferentes”

En razón de ello, la iglesia de Caracas ha visto en estas profanaciones una deuda con los fallecidos y sus familiares. Por eso, desde la Arquidiócesis se programó para este 22 de diciembre una ceremonia religiosa en “Reparación y Expiación por las alma de las tumbas profanada en el Cementerio General del Sur”, según informó el obispo auxiliar de Caracas, monseñor Tulio Luis Ramírez Padilla quien presidió estos actos.
La ceremonia la realizó junto a un grupo de sacerdotes y diáconos de la Zona Pastoral Centro Sur, y de unas doscientas personas procedentes de varias parroquias. Primero encabezó una hora de adoración en la capilla del principal camposanto de Caracas, y luego con el Santísimo fue recorriendo las callejuelas de tumbas saqueadas, implorando el perdón y la reparación por el eterno descanso de quienes sufrieron estos desmanes.
El obispo auxiliar de Caracas hizo un llamado “a los fieles a vivir en la esperanza cristiana y a las autoridades que vigilen la seguridad del cementerio donde diariamente hay profanaciones de tumbas y robo de cadáveres de difuntos”, se lee en la nota enviada a Aleteia. Animó al servicio de capellanía liderado por el diácono German Machado y los “ministros de la esperanza” a continuar ofreciendo “el servicio religioso de exequias y acompañamiento diario a los fieles católicos que acuden” a este cementerio.
Tulio Ramírez saludó a los fieles que asistieron al acto religioso ofreciendo “el acompañamiento de la Iglesia ante la indiferencia de quienes deberían atender la seguridad y el resguardo de vivos y difuntos”. Alentó “la esperanza cristiana y mantener la alegría de quien pone su confianza no en los hombres que defraudan e incumple promesas sino en el Señor nuestro Rey y Señor que vive y reina para siempre”.
“Para que exista la paz tan deseada debe haber justicia y derecho entre los ciudadanos que nos lleven a un ordenamiento social y jurídico donde vivamos en paz y como hermanos nos respetemos unos a otros como lo manda Dios”, añadió.

Evento inédito


Hacia el final de la ceremonia, felicitó a los organizadores del evento totalmente inédito en Caracas, una ciudad “necesitada de oración y reconciliación entre los hermanos”. Después de bendecir los cuatro puntos cardinales del cementerio con el Santísimo Sacramento, retornó a la capilla donde leyó “las jaculatorias y oraciones” e “impartió la bendición a los fieles presentes”.

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