El secretario vaticano para las relaciones con los
Estados, Paul Gallagher, viaja al país latinoamericano y queda a disposición
para "cualquier coloquio"
PABLO CESIO // ALETEIA
El papa Francisco sigue de cerca la
situación de Venezuela y su preocupación no solamente se expresa en palabras,
sino también en hechos concretos.
Tal es así que decidió
mandar al canciller del Vaticano, Paul Gallagher, a Venezuela, para seguir de
cerca la evolución de la situación que vive el país y quedar a disposición para “cualquier
coloquio”.
Este viaje fue
confirmado en las últimas horas por el secretario de Estado vaticano, Pietro
Parolin, en el marco de una visita oficial a Lituania.
El anuncio sobre la ida
de Gallagher a Venezuela surge a pocos días del envío de una carta de Francisco
al presidente Nicolás Maduro en la que se pide que se encamine “el
diálogo con la oposición”.
“Fue una carta en la que se
pide el diálogo para facilitar el encuentro entre Gobierno y oposición. Dar
respuesta a los problemas graves y reales, y creo que la única manera es que lo
hagan juntos, con diálogo”, aseguró Parolin antes de participar en la
presentación de Donne, Chiesa, Mondo“, la nueva edición de la
publicación que la Santa Sede dedica a las mujeres.
El propio portavoz
vaticano Federico Lombardi confirmó el envío de esta carta de “carácter
personal” el pasado fin de semana. Sin ahondar en detalles, Lombardi aseguró en
esa ocasión que el Papa sigue “con mucha atención” y “participación” las
circunstancias de Venezuela.
Recordó también el pronunciamiento del Papa durante la bendición Urbi et orbi del
Domingo de Pascua, el 27 de marzo pasado.
En aquella oportunidad
pidió que el mensaje pascual “se proyecte cada vez más sobre el pueblo
venezolano en las difíciles condiciones en las que se encuentra
viviendo y sobre cuantos tienen en mano los destinos del país”, para que
“se pueda trabajar en vista del bien común, buscando espacios de diálogo y
colaboración con todos”.
El llamado fue recogido
rápidamente por la Asamblea Nacional de Venezuela y tuvo inmediatas
repercusiones políticas.
Días después llegaría un
durísimo comunicado de los obispos venezolanos sobre la situación de Venezuela
en el que exhortaron al Gobierno a que se permita llevar al país “alimentos,
medicinas y otros insumos necesarios, provenientes de ayudas nacionales e
internacionales”.
“Nunca debemos ser
ciudadanos pasivos y conformistas, sino sujetos conscientes de nuestra propia y
calamitosa realidad”, manifestaron.
Hasta la propia Comisión Pontificia para América Latina hizo referencia a
este pronunciamiento de los obispos y ratificó la preocupación por Venezuela.
“Se trata, sin ninguna
duda, de la peor crisis nacional de Venezuela en la era republicana. A
una inflación de más del 700% y al progresivo desabastecimiento de insumos
básicos se ha sumado ahora la peor crisis energética de su historia, que ha
llevado a cerrar numerosas instituciones públicas, entre ellas muchos centros
educativos, y a reducir al mínimo las horas laborables para los empleados
públicos”, expresa.
“Paradójicamente el
gobierno venezolano acaba de anunciar otro aumento salarial, pero aún con ello, el
sueldo mínimo no alcanza para cubrir la tercera parte de la canasta
familiar”.
“En el campo político
son muy altos los niveles de polarización entre el Gobierno y la
mayoría opositora del parlamento, situación que se ha agudizado aún más con
la convocatoria nacional a un referendo revocatorio, que sólo en dos días logró
recolectar más de dos millones y medio de firmas”.
“Y a todo ello se suma
un ambiente de convulsión social muy delicado, alimentado por
esa polarización, que seguramente es motivo de profunda preocupación para el
Papa y para la Santa Sede”, prosigue la comisión pontificia.
A todo esto se suman las
intenciones del propio nuncio apostólico en Caracas, Aldo Giordano,
quien se reunió con el vicepresidente venezolano, Aristóbulo Istúriz, para
señalarle que está “listo para colaborar con la paz” y
“contribuir al bien del pueblo de Venezuela”.
No solo Venezuela
En los últimos días el
Papa demostró seguir muy de cerca la situación de los países de América Latina.
Además de Venezuela también está preocupado por la crisis política que vive Brasil y
en ese sentido lo hizo saber a través del arzobispo de Río de Janeiro, Orani
João Tempesta.
“He hablado con el Santo
Padre y le he pedido que rece por nuestro país, Brasil, en este momento
delicado. Me ha dicho que está preocupado y que reza por nuestro país”, expresó Tempesta, que pudo intercambiar
palabras con el Papa tras una audiencia general.
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