Obispos de Colombia y Venezuela piden evitar xenofobia en la frontera


Aspecto del drama que se vive en la Frontera Venezuela - Colombia - AFP PHOTO Luis Acosta
Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic
“Preocupa a toda la comunidad binacional las medidas tornadas por el gobierno de Venezuela con sus consecuencias: la implementación del Estado de excepción en los municipios de la frontera Venezolana, de expulsión masiva, separación de las familias, pérdida de las viviendas y afectación de la vida económica y social de la región”.
Son los Obispos de Colombia y Venezuela, quienes se han pronunciado tras reunirse este jueves tres de septiembre, en la sede del episcopado colombiano, convocados por el cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, con el objeto de analizar la situación de la frontera.


Los prelados solicitaron a los presidentes Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro, se “encuentren para un diálogo que permita contraer compromisos concretos y a largo plazo”, y además, según sus criterios, es “urgente y debe ser permanente”.
“Tenemos consciencia de los graves problemas existentes en la zona fronteriza compartida por ambos países: redes de delincuencia organizada, tráfico de personas, grupos irregulares, tráfico de drogas, contrabando, corrupción pública y privada. Pero ninguna de estas graves dificultades (…) se resuelve por la vía de la fuerza”, dijeron.
En este sentido, se mostraron preocupados por las medidas que ha tomado el gobierno de Venezuela.
“Lamentablemente, como suele suceder, estas medidas han golpeado a sectores más pobres y vulnerables tanto en Colombia como de Venezuela”.
Deploraron todo exceso que atente contra la dignidad de la persona humana y sus derechos fundamentales. Además, pidieron apartar “toda ofensa o expresión descalificadora que pueda contribuir a conductas de tipo xenófobo”, y advirtieron que la militarización de las fronteras trae “riesgos impredecibles”.
Los obispos invitaron a la comunidad internacional a seguir de cerca esta situación de crisis y cooperar en la adecuada y la justa solución de la misma, ya que este problema no es solo de los habitantes de la frontera sino que involucra y compromete a todos.
Iglesia pide evitar la xenofobia

El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga ratificó el deseo de evitar “cualquier gesto o actitud xenofóbica que agrave el problema”, y no “ensanchar nuestros problemas sino trabajar por la unidad”.
Monseñor Diego Padrón Sánchez, presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, insistió en que “esta situación no puede continuar ni llegar al punto de crisis humanitaria, como ya se le ha llamado”, según reseña la web de la CEC. Padrón resaltó la importancia de la actuación entre las iglesias en ambos lados de la frontera.
Entretanto, monseñor Mario Moronta Rodríguez, obispo de San Cristóbal, invitó a los presientes de ambas naciones para que escuchen también la voz de los pueblos de frontera. 
“Yo invitaría a los dos mandatarios para que en el momento de tomar decisiones escuchen a la gente y no sólo a sus asesores”, porque “la gente tiene mucho más que decir”, dijo durante una rueda de prensa conjunta.
Finalmente, el cardenal Rubén Salazar, afirmó que “la frontera no es división sino el encuentro de dos pueblos”, e informó que las Conferencias Episcopales de ambos países se tendrán un nuevo acercamiento para hacer seguimiento a los compromisos de trabajo conjunto adquiridos en este histórico encuentro de iglesias hermanas.

Al encuentro también asistió el arzobispo de Coro (Venezuela), monseñor Roberto Lückert León; sumándose además, por Colombia, los obispos de las jurisdicciones eclesiásticas que se encuentran en la zona fronteriza. Las expresiones conjuntas pueden ser leídas directamente aquí: Comunicado


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