¡Niño Jesús de Curiepe! ¿Por qué se reúnen muchas imágenes del Niño Jesús en Venezuela?

La "Gran Misa de la Esperanza del Niño Jesús de Barlovento" marcó el inicio de la Navidad en la más extensa región de afrodescendientes en Venezuela. Barlovento es una región de gente alegre, además de poseer una gran riqueza cultural, religiosa y espiritual

Ramón Antonio Pérez - Aleteia Venezuela
publicado el 03/12/21

El Niño Jesús de Curiepe, estado Miranda (Venezuela), tiene trescientos años. Es una manifestación religiosa y cultural dedicada a la Navidad que se realiza entre los meses de septiembre y diciembre en Barlovento, en la Diócesis de Guarenas. Consiste en una peregrinación de la imagen con velorios donde rezan el rosario y cantan aguinaldos.

Cada población de Barlovento tiene un niño Jesús “más joven” que lo representa. Con frecuencia son invitados de manera especial a las comunidades vecinas o se reencuentran con sus similares en lugares establecidos. Pero el Niño Jesús de Curiepe es el más antiguo y reconocido como el niño peregrino, porque recorre cada población hasta llegar al lugar escogido del reencuentro o su pueblo de origen para dar inicio a la Navidad.

Este 1 de diciembre de 2021, 16 imágenes sagradas del Niño Jesús concurrieron a la iglesia Nuestra Señora del Carmen, en Higuerote, capital del municipio Brión, para su reencuentro. Monseñor Tulio Luis Ramírez Padilla les dio la bienvenida para celebrar lo que, en adelante, será llamada la Misa de la Esperanza del Niño Jesús Barlovento.

La decisión del obispo va a tono con la actividad pastoral emprendida desde que tomó posesión de la Diócesis de Guarenas, el 6 de febrero de este año, de impulsar “una iglesia en salida” y motivar el “reencuentro con la periferia…” que llama el papa Francisco.

Su gesto es una manera de enriquecer y motivar que estas expresiones se mantengan en el tiempo, sembradas e iluminadas con los valores del Evangelio, especialmente, cuando al inicio de la Navidad se busca motivar la paz con llegada del salvador de la humanidad.

Una familia para la Gloria de Dios

“Quiero felicitarlos de manera especial porque ustedes son devotos del Niño Jesús”, dijo el obispo en la primera Misa de la Esperanza. 

“Así como los parranderos y cargadores abren el camino llevando la imagen feliz del Niño, así podremos recorrer el camino de la paz para transformar los ambientes de nuestra vida personal y comunitaria”, añadió.

“Somos una familia que se ama, se perdona y se ayuda. Por eso, queridos hermanos y hermanas, les reconozco afectivamente este trabajo espiritual que hacen al llevar la alegría a través de la ternura de estas imágenes del Niño a cada una de sus comunidades. Todas reflejan la paz, la alegría y el entusiasmo que provienen de un corazón agradecido a Dios”.

Estas acciones de hermandad y solidaridad al trasladar al Niño llevándolo al pueblo y a sus comunidades es un signo de esperanza para todo el país, indicó Tulio Ramírez.

“Les agradezco en nombre de la iglesia porque a través de varios siglos, ustedes han conservado estas ricas tradiciones vinculadas al niño Redentor, enseñándonos que Jesús es el verdadero camino, la verdad y la vida; y que esta rica tradición forma parte de nuestro gentilicio y del reconocimiento por el acervo cultural y religioso en esta zona”, añadió.

“Valoro infinitamente a todos los miembros de las diversas sociedades y asociaciones religiosas que nacen en el seno de la madre Iglesia y con gran impulso sostenido desde hace varios siglos vienen cultivando su gran amor a la ternura de la infancia de Jesús”, destacó el obispo de Guarenas.

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Son 300 años de historia a los que se fueron sumando otros niños

“La historia del Niño Jesús de Curiepe data del año 1721”, dijo para Aleteia el mayordomo de la cofradía Jhonny Maestre. Una banda con la descripción: “Curiepe 1721 – 2021”, adorna la imagen que va recostada en la camita de un nicho con incontables “dijes o joyas de oro y plata que ha recibido en pago por los milagros realizados”.

Maestre valoró el reencuentro: “Su nombre lo dice, esta es la Misa de la Esperanza, es decir la misa de la paz, una paz a la cual tenemos derecho todos los venezolanos”.

El Niño Jesús de Curiepe es transportado y bailado por su mayordomo y otros cofrades que se van turnando. “Si bien, es una historia nace de la rebeldía y en contra de la esclavitud que sufrieron las poblaciones afrodescendientes, ahora es distinto e importa que se les tome en cuenta con la fe y costumbres que les caracteriza”, dijo un devoto.

El recorrido del Niño Jesús de Curiepe dura 74 días, llegando desde Barlovento hasta las costas de La Guaira, en la costa central de Venezuela. Recorre Higuerote, La Sabana, Todasana, Osma, Oritapo, Caruao, Chuspa, Guayabal, Aricagua, Capaya, Pueblo Seco, Chirimena y Carenero. Se cumple en honor a Nuestra Señora de Altagracia y su sagrada familia, desde el 1 de diciembre hasta el 2 de enero. La peregrinación del Niño Jesús de Curiepe termina aproximadamente el 7 de enero; No obstante, durante otras fechas se presenta en diversas poblaciones, como en el día de la Santa Cruz de Mayo.

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“La Misa de la Esperanza nos unirá mucho más”

La población de San Fernando Rey también se sumó a la Misa de la Esperanza. Ellos desde 1943 sacan su imagen a parrandear del 5 al 6 de enero. La de ellos no es una imagen que se encuentre protegida en un nicho, representando cercanía con los devotos.

“La Misa de la Esperanza es una oportunidad para reunir a todos los Niños Jesús de Barlovento y de mostrar nuestra fraternidad para seguir llevando la tradición y la fe que desde hace siglos nos une como hermanos”, dijo Edgar Palma con el niño en brazos.

Entretanto, Roque Sojo transportaba y presentó al obispo, el Niño Jesús de Birongo, otra de las poblaciones de Barlovento donde la tradición, la cultura, la fe y los deseos de libertad de los afrodescendientes se dieron la mano desde su fundación en 1721, como como Nuestra Señora de Altagracia y San José de la Nueva Sevilla de Curiepe.

El Guapo, población fundada el 16 de mayo de 1777, participó con un niño Jesús que fue presentado por Luis Enrrique Díaz, la profesora Arely Domínguez y otros cofrades.  Le dijeron a Aleteia que esta devoción al Niño Jesús es de sus más preciados tesoros.

“Ésta tradición se realiza en nuestro pueblo desde el año 1915. En los tiempos del padre Francisco Zaldívar consistía sólo en llevar al niño a algunas casas y caseríos donde mujeres con velos y ropa andaluza, acompañada de algunos caballeros y niños, rezaban y llevaban velas encendidas con mucho orden y respeto”, relata Luis.

La actividad culminó con el compromiso de monseñor Tulio Ramírez de darle formalidad a la misa de la Esperanza mediante un decreto diocesano, “para que las palabras no se las lleve el viento y darles fuerza a estos encuentros de fraternidad, solidaridad y cercanía”. Precisó que el próximo año la eucaristía con todos los niños Jesús será en Tacarigua.