"La
fundación diocesana de la salud, conformada por médicos creyentes y voluntarios
de interés humanitario, busca atender a niños y adultos mayores en situación de
vulnerabilidad en Venezuela", publica el portal Aleteia Español
Ramón Antonio Pérez | Ene 30, 2020
Julián Dorta tiene
más de 70 años de edad y como todo adulto mayor, con los años también le
llegaron sus achaques en la salud. Sufre de hipertensión arterial, la
silenciosa patología crónica presente en más de un tercio de quienes conforman la
tercera edad.
En Venezuela las enfermedades se han multiplicado y la mayoría de
los pacientes hipertensivos luchan contra la falta de atención en los hospitales
públicos debido a la escasez de personal médico, insumos y equipos técnicos
adecuados; y con el poco dinero que reciben de la pensión, viven en un
permanente dilema: comprar medicamentos o “algo” para comer.
El domingo 26 de
enero, Dorta formó parte de una fila de personas que fueron atendidas de manera
gratuita y con la posibilidad de recibir medicamentos en la iglesia “Sagrado
Corazón de Jesús”, dentro de un urbanismo en Guarenas, estado Miranda.
En la
misa del domingo anterior había escuchado que la fundación diocesana de salud "San Rafael Arcángel", realizaría una
jornada médica en esta parroquia. “¡Esta es mi oportunidad, no la voy a
desperdiciar! ¡Allí estaré bien temprano”, dijo a sus familiares.
Dorta cumplió
con los trámites de la jornada: primero hizo su fila, recibió un “pinchazo en
el dedo” para la glicemia, fue pesado y le midieron la tensión como parte del
control metabólico.
Luego fue atendido por la doctora María Collazo, una
gastroenteróloga que ha cargado con la responsabilidad de llevar adelante esta fundación
y sus jornadas, con el objetivo de atender primordialmente a niños y adultos “en
situación de vulnerabilidad”.
Tras ser atendido,
el rostro de Julián era de total alegría. “Estos operativos son muy importantes porque
todos estamos necesitados”, dijo al ser consultado para Aleteia.
“Yo
tenía tiempo sin acudir a un médico, y también sin poder comprar las pastillas que
debo tomar todos los días como me lo acaba de decir la doctora”, repitió el
hombre.
“Gracias
a la iglesia, desde hoy tomare nuevamente mi tratamiento. Aquí me han tratado
muy bien”, indicó de manera dichosa y estrechando la mano del
presbítero Teodoro Sosa, quien presenció la parte final de la consulta médica
donde fue atendido su parroquiano.
Una iglesia en modo esperanza
Puede ver más fotografías pinchando en el siguiente enlace: https://es.aleteia.org/slideshow/jornada-salud-venezuela/5/ |
Sosa, un
sacerdote todavía joven y procedente de una zona rural de le región de
Barlovento, en el estado Miranda, conoce muy bien la realidad de su feligresía,
sus necesidades, anhelos pero también las esperanzas y la fe que los motiva a
superar la realidad en que viven.
Tomó para sí las
palabras del agradecido Julián Dorta, y con ellas reconoció el incansable
trabajo de los 37 médicos especialistas, las 6 enfermeras, 3 farmaceutas, 2
técnicos cardiopulmonares y 6 odontólogos, así como al resto de los voluntarios
y fundaciones de interés humanitario, que colaboran con la fundación diocesana
y hacen posible la jornada.
“Estoy
altamente agradecido por esta actividad dedicada a nuestros hermanos más
desprotegidos y necesitados”, dijo en la cancha deportiva que sirvió de
centro médico. “Es Dios quien les permite dar ese valioso tiempo de sus vidas
para ayudar a nuestros hermanos que vinieron con deseos de ser atendidos”.
“Estamos
para darle bienestar a aquellos que nos necesitan, y más, ante la realidad que
vivimos hoy en nuestra Venezuela, demostrando que sí se pueden hacer cosas
positivas”, acotó luego del balance.
“Es un apostolado, una labor social de la iglesia”
María Collazo,
la directora de la fundación evaluó “muy positiva esta jornada”. No era para
menos, tenían previsto realizar unas 300 consultas pero atendieron 541
pacientes según las cifras que dio a conocer. Dijo que “las fundaciones amigas
como fundaraziel y monseñor Gustavo García Naranjo- colaboraron con la jornada facilitando
medicamentos para la instalación de dos farmacias, una destinada a pediatría y
otra para adultos mayores”.
“Nosotros
estamos haciendo un apostolado de la salud porque somos gente creyente”,
expresó la gastroenteróloga. “Hacemos este trabajo social como lo hace la
iglesia en todo el mundo, destinando nuestros esfuerzos, en este caso, hacia
niños y adultos mayores que son los más necesitados”. Igualmente expresó: “Vemos
con mucha preocupación que en Venezuela los ancianos no tienen como acceder a
la medicina privada”.
Por su parte, el
profesor Rubén Briceño, uno de los voluntarios y responsable de logística en la
fundación, también expresó su creencia en este tipo de apostolado por parte de
los seglares cristianos en Venezuela. “En la iglesia católica, que está formada
por todos los creyentes, desde siempre hemos atendido a los más necesitados por
medio de la acción social, del reconocimiento a la persona, del amor y atención
al prójimo”.
Aleteia conoció
que actualmente la diócesis de Guarenas está tramitando los permisos necesarios
para abrir un consultorio médico permanente en el municipio Zamora del estado
Miranda, donde serán atendidos de manera gratuita pacientes del eje Guarenas,
Guatire Barlovento de esta entidad. “Para hacer consultorios necesitamos esos
permisos”, enfatizó María Collazo, casi como un ruego destinado a las
autoridades sanitarias de Venezuela.
Vídeo de la actividad:
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