Parte de los asistentes a la asamblea del Consejo Nacional de Laicos de Venezuela en noviembre de 2019. Foto cortesía Ayeila Bello. |
El
Consejo Nacional de Laicos de Venezuela plantea entre sus desafíos impulsar “una
transición a la democracia”, con “elecciones supervisadas”, pero descartando “sentimientos
de odio y venganza”
Nov 07, 2019
El laicado conforma
la base estructural más amplia de la iglesia a nivel mundial. En Venezuela,
cumple infinidad de compromisos de fe y protagoniza acciones de caridad como en
el caso de las ollas solidarias destinadas a mitigar el hambre de los más
necesitados. En las casas y centros de acogida el laicado trabaja sin esperar
nada a cambio. Les brindan cobijo a niños, jóvenes y adultos en situación de
calle y atienden enfermos. Pero también dirigen
universidades y colegios, y hasta participan de la vida política.
Es muy amplio el
espectro en que se desenvuelven los creyentes católicos en el país suramericano. Por eso, desde el 1 de noviembre, el Consejo Nacional de Laicos de Venezuela
(CNL), se reunió en asamblea, bajo el lema: “Desafíos del cristiano en tiempos
de cambio”.
María Elena Febres-Cordero, presidenta del CNL dijo a Aleteia,
que en la asamblea no sólo dedicarían un espacio para conocer testimonios de
cómo llevan los laicos la santidad en el mundo de hoy. También tratarían
tópicos de la realidad venezolana con expertos en los campos económicos,
sociales, educativos, ambientales y culturales.
“Es
decir, nos colocamos en espacios de trabajo con los delegados para el plan de
acción que desarrolla el CNL como respuesta, y a la lectura de los tiempos”,
aseguró la investigadora y profesora universitaria. En efecto, la asamblea que
fue muy rica en su contenido, y tras su culminación el 3 de noviembre, dio a
conocer las conclusiones.
Mensaje al pueblo venezolano
María Elena Febres-Cordero, presidenta del Consejo Nacional de Laicos de Venezuela, junto a otros miembros de la directiva. Foto: @GuardianCatolic |
En su “Mensaje al pueblo de Venezuela” fijó
posición “en medio de esta crisis continuada y agravada” que se vive en el
país, donde “hoy nos ofrece dos vías inaceptables: vivir oprimidos en emergencia
humanitaria compleja, condenados a padecimientos de hambre y enfermedad o tomar
camino hacia otros países por fronteras de tierra, mar y aire”.
Alertaron que “el
éxodo cercano a los 5 millones no se va a detener, hasta tanto no se produzca
el cambio político que la nación entera está clamando”. Además, el CNL
cuestionó el “gravísimo deterioro en la prestación de servicios públicos
básicos de salud y educación, de electricidad y agua potable, de transporte y
comunicaciones, que atenta contra la dignidad, la integridad y el desarrollo de
nuestro pueblo”.
Descartar sentimientos de odio y venganza
María Elena Febres-Cordero durante la misa de inicio de la asamblea del Consejo Nacional de Laicos de Venezuela. Foto cortesía Ayeila Bello. |
Alertaron que
este deterioro “está ocasionando pérdidas incalculables de vida y recursos,
producto de la ineficiencia del Estado y graves y sistemáticas violaciones a
los derechos humanos fundamentales, entre los cuales sobresale el derecho a la vida”.
En lo económico,
el país registra récord mundial de una hiperinflación constante durante más de
cuatro años, que actúa como mecanismo exponencial del hambre del pueblo y el
robo de un salario digno acorde con su esfuerzo, dedicación y preparación. “Las
personas que durante toda su vida trabajaron para contar con una pensión o
jubilación digna, hoy mueren de mengua con una mensualidad que gira en torno a
los cinco dólares”.
Consideran que
“esta catástrofe no tiene otra salida que un cambio urgente del régimen que
inicie una transición a la democracia”. Así, se comprometen a unirse “a todas
las personas de buena voluntad que trabajan por dicho cambio por vías pacíficas
y constitucionales”.
Destacaron que urge
promover y apoyar toda iniciativa de reconciliación
y pacificación del país. “Trabajar con una mirada de amor y de la misericordia
que acoge en el perdón, para descartar sentimientos de odio y venganza que sólo
traerían más dolor y violencia”, indica el Consejo Nacional de Laicos de
Venezuela.
“La justicia imparcial deberá hacer su trabajo con aquellos que
tienen delitos graves cometidos y que seguramente responderán ante los
tribunales nacionales y también los internacionales”, exigen los seglares
venezolanos.
Así también exigen
la restitución del derecho a la libertad de expresión y opinión que permite el
sano debate de ideas y el contraste de diversas visiones indispensables en un
país democrático como el que anhelamos construir.
“Queremos un
país libre, justo y solidario que con el apoyo de la comunidad internacional y
de organismos especializados nuestras fuerzas políticas avancen en la
generación y puesta en ejecución de soluciones que permitan superar la crisis,
detener el deterioro que nos está llevando a la desintegración de la familia y
a la destrucción y muerte de personas”, dicen.
Elecciones libres y supervisadas
“Reclamamos el
derecho de dirimir nuestras diferencias por medio del ejercicio de nuestra
soberanía ciudadana, a través de procesos electorales en condiciones de
igualdad, transparencia e imparcialidad, en arreglo a nuestra legislación y con
la necesaria supervisión de organismos internacionales como la ONU, la OEA y la
Unión Europea”.
Desde la
asamblea se comprometieron a que el “laicado venezolano dónde quiera que se
encuentre, cumpliendo su misión, seguirá salvando vidas, ayudando enfermos y
necesitados; y, trabajando por la paz, la reconciliación y la justicia”. Porque
en este “momento de oscuridad en el que a muchas personas les parece que todo
está perdido, nos corresponde ser luz,
cultivar la esperanza activa que implica confianza en Dios, y ratificar nuestro
compromiso personal y comunitario con Venezuela”.
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